Marco Verratti se está haciendo un nombre en el fútbol europeo. Tras ser uno de los pilares en el ascenso del Pescara de Zdenek Zeman a la Serie A, saltó de golpe al proyecto millonario del Paris Saint-Germain el pasado verano. Es un mediocentro de los denominados creativos, cuya misión es sobre todo hacer jugar a los demás. No está consolidado como titular indiscutible aún en el PSG, pero ya ha sido titular en varias fases de la temporada dejando partidos francamente buenos, como el encuentro de ida de los octavos de final de la presente edición de la Liga de Campeones ante el Valencia en Mestalla. Ya ha sido internacional absoluto y Cesare Prandelli le tiene en sus oraciones para el futuro de la escuadra azzurra.
Es un jugador bajo de estatura y ligero de peso. Es muy rápido de movimientos y a la hora de girarse, cualidad que le ayuda a compensar los duelos ante jugadores más físicos en el mediocampo. Su dinámica de juego es alta y su movimiento es constante, lo que le permite constituirse en una referencia en la zona ancha. Va bien al suelo y cuando se tira para robar lo hace de un modo rápido, por lo que es capaz de recuperar bastantes balones abajo pese a su perfil de jugador ligero.
En sus inicios en el Pescara era mediapunta, y fue Zeman el que le retrasó a la posición de mediocentro, como organizador de juego. En esa posición fue clave en el ascenso del Pescara y ahí juega en el PSG en la actualidad, aunque por sus características puede ser interior o mediapunta perfectamente, dependiendo de lo que se pretenda de él en cada situación. Maneja los tiempos para pasar el balón perfectamente, es un buen administrador del ritmo y un magnífico pasador, en corto y también en largo, un aspecto que muy pocos jugadores manejan con solvencia en el fútbol actual.
Es un mediocentro ideal para descongestionar el juego cuando el rival realiza una presión alta. Verratti crece en la base de la jugada en ese aspecto concreto del juego. Si juega con un 4-4-2, habitual en Ancelotti, y su acompañante es Matuidi, él es la referencia con y sin balón; a cargo de Matuidi está el recorrido de un campo a otro y el despliegue, defensivo para robar y ofensivo para llegar. Si juegan tres centrocampistas (lo que no es descartable ante un rival como el Barcelona), Verratti puede actuar como interior y en esa posición tiene capacidad para asociarse en corto, esconder el balón (algo que maneja a las mil maravillas) y poder acercarse al área contraria y ejecutar un último pase o incluso terminar la jugada.
Si el PSG opta por intentar gobernar un partido a través del juego elaborado (ante el Barça es difícil pensar que busque esa concepción del juego), la posición de Verratti sería en la base de la jugada pero, por el contrario, si el equipo busca más el juego de transición no sería ilógico verle como interior, aunque de lo que más está jugando es de mediocentro.
Es un futbolista muy cualificado técnicamente, con un manejo de la pierna derecha extraordinario. Con la derecha pasa bien y regatea con facilidad, sus pases en corto son precisos y los pases en largo le salen con facilidad. Cuando intenta esconder el balón en el mediocampo tiene soltura para dar la espalda a su defensor y salir con un giro rápido favoreciendo siempre su pierna diestra cuando vuelve a ver la jugada de cara.
Posee una tendencia natural a buscar el pase al hueco, el que bate una línea, y ese pase, normalmente con el interior de la pierna derecha, lo ejecuta con la precisión y la fuerza necesaria. Si en una transición ofensiva Verratti pasa de verle la publicidad de la camiseta al contrario a que éste le vea el número, las opciones de que ejecute un pase interior que signifique una ocasión de gol se elevan exponencialmente.
No destaca especialmente por su manejo de la pierna izquierda, aunque es capaz de pasar en corto, ni por su disparo. Verratti no es un medio que tenga mucho gol.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: AFP
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