"Volved a emprender veinte veces vuestra obra, pulidla sin cesar y volvedla a pulir". Nicolás Boileau
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Físico, rígido, corpulento, estirado, pero técnico. Sakho es uno de los centrales más prometedores del fútbol francés, y uno de los más completos, ya que es un perfil muy complicado de encontrar en los equipos de la Ligue 1. Comenzó como un desconocido en el Paris FC, para después intentar triunfar en un PSG. Allí, Sakho comenzó a despuntar como central muy pronto, su potencia y su abrumador físico le hicieron ir siempre por delante en las categorías inferiores. En el 2007, y a sus 17 años, Sakho debutó con primer equipo. A partir de ahí sus actuaciones fueron de menos a más y el PSG encontró en él el defensa elegido para muchos años. Además, ha estado presente en todas las categorías de la selección francesa, desde la sub-16 hasta la absoluta, con la que ha sido 14 veces internacional. La llegada del jeque fue el inicio de la decaída de Sakho. Fichó a centrales de mucho nombre como Thiago Silva o Alex y su protagonismo comenzó a disminuir hasta el punto de acabar como cuarto central de un equipo en el que partía como líder incluso cuando llegó Thiago Silva. Ahora, todos pelean por Sakho.
Mide casi 1,90, posee una gran musculatura y, además, tiene un cuerpo que le permite llegar a muchos balones aéreos y luchar cuerpo a cuerpo. Su tren inferior es la parte que más le caracteriza, ya que tiene unas piernas muy largas que le permiten ser muy rápido fuera del área. Pese a tener un tren inferior privilegiado, su tren superior es un poco lo contrario. Sufre mucho con jugadores verticales, pequeños y que sean técnicos, y todo esto por su cintura, que es de las más limitadas de la plantilla del PSG. Su físico privilegiado le hace ser el amo y señor fuera del área. Es un seguro de vida a la espaldas de las defensas, ya que sus piernas llegan siempre primero que el rival. Hay que matizar que Sakho es un central que arriesga mucho, y eso es un aval para él, ya que casi siempre va al suelo y con esa fuerza gana la mayoría de sus duelos. El hándicap para él es que, pese a ser rápido, pierde mucho la posición. Físicamente es buenísimo, pero cuando se cruza con equipos técnicos, sufre bastante. En el área, Sakho rechaza prácticamente la mayoría de los balones aéreos, ya que tiene potencia y altura suficiente.
En el ámbito psicológico, Sakho es un central altamente cualificado. Mantiene la compostura durante los noventa minutos y es complicado que salga del partido por una acción que le perjudique o por una acción ingenua para un central como él. Siempre busca ser el último hombre en llegar al corte, lo que le hace ser un jugador con desparpajo en el terreno de juego. Gracias a eso, Sakho ya ha sido capitán del PSG durante varias ocasiones y con excelente resultado, ya que es un jugador que habla con sus compañeros, les coloca y sobre todo les apoya, algo indispensable en la psicología del fútbol. En un equipo como el PSG, ser un central tan correcto no le ha beneficiado. Ancelotti buscaba a jugadores que mordiesen, que fuesen carroñeros en el campo. Unas cualidades que no tiene Sakho, más acostumbrado a ser un jugador que no hace ruido, pero que siempre está presente en el campo y en quien siempre se puede confiar.
Sakho no es un central que destaque por su técnica, pero tampoco es un perfil de central que desentona en la salida de balón. Su elevada altura le permite cubrir la pelota con excesiva facilidad. Si partimos de la base, el francés es un central con una gran serenidad, que nunca arriesga en exceso en la salida de balón y con un toque interior privilegiado. Por su estilo de juego, Sakho tiene capacidad para jugar en el centro del campo –una posición en la que aún no ha disputado ningún partido como jugador, quizás porque apenas utiliza su pierna derecha–. Aprovecha su cuerpo, posee una brillante lectura de la jugada y tácticamente es un jugador excelente. Su gran ventaja es que, pese a no ser un defensa muy veloz, aprovecha su físico y largas piernas para escupir al rival en zonas de ventaja. Es algo que ha ido mejorando con el paso del tiempo y que en las últimas temporadas se lo hemos visto ejecutar durante numerosas ocasiones –y con grandes resultados–. Uno de sus mayores problemas es el desplazamiento en largo; apenas lo utiliza en los partidos y es una pérdida para equipos que buscan salir por el desplazamiento largo de sus centrales, buscando la referencia en ataque o la profundidad en las bandas –algo que hacía mucho el PSG–.
Con el físico, la cualidad que más ha caracterizado a Sakho como central. Cuando le vemos jugar, es casi imposible que observemos un gol en contra provocado por un error táctico suyo. Nunca pierde la posición, y cuando decimos nunca es nunca. Es un defensa que espera el momento oportuno para robarle la pelota al rival. Y, pese a ir de forma arriesgada en varias ocasiones, siempre se posiciona en el lugar idóneo de la jugada. En equipos cuyos partidos se convierten en un ida y vuelta, Sakho es el tipo de jugador ideal. La cobertura que hace a los laterales siempre es abusiva, partiendo de que es un central que impone respeto por un físico que le permite llegar con facilidad a los cortes. Como hemos comentado anteriormente, Sakho es un estilo de jugador ideal para jugar como mediocentro. Por cómo se sitúa en el campo, por cómo sabe leer la jugada y por cómo empuja en el campo. Su presencia en el terreno de juego le permite achicar una gran parte des campo a su propio equipo, además de crear superioridad en las zonas de presión. No es polivalente, quizás porque es un jugador que no tiene capacidad para distribuir a un equipo, pese a que tácticamente es exquisito. El talón de Aquiles de Sakho son los jugadores técnicos, no los rápidos. Con los jugadores técnicos –y normalmente bajitos– que tienen un bajo centro de gravedad y que atesoran una cintura ancha, Sakho sufre muchos problemas. No tiene apenas cintura y sus reacciones son tardías. Lo contrario ocurre con los extremos veloces, que cuando buscan el desborde se topan con el cuerpo de Sakho. En definitiva, es un central bastante completo en general y, por lo tanto, es más sencillo encontrar un jugador que sepa acoplarse junto a él en el centro de la zaga.
* Andrés Onrubia.
– Fotos: Nicolas Tucat (AFP)
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