El fútbol está marcado por objetivos, más que por aspiraciones. Para que nos entendamos, marcarse una meta otorga una realidad más firme que aspirar a alcanzarla. Quizá esta afirmación es un sueño utópico que, en ocasiones, puede convertirse en un hecho real. Sobre esta idea, el Mainz 05 es un auténtico experto en cumplir sus metas porque sabe cuáles son.
El rol del Mainz 05 en la Bundesliga está muy definido. Claramente es un equipo en continua evolución dado el reciclaje constante al que se tiene que someter temporada tras temporada, pero sin desestructurar al bloque. Los cimientos están muy bien consolidados, de ahí que sea un asiduo de la mitad de la tabla del campeonato liguero. Desde que ascendió en el 2009, no ha bajado de la décimotercera posición, llegando incluso a ser quinto en 2011.
Su identidad está siendo muy productiva tanto en resultados como en negocio. Fijándonos en las últimas cinco temporadas que lleva en la máxima categoría, el equipo Maguncia ha conseguido beneficios en las últimas cuatro –un total de 12 millones–, aprovechándose de su cantera sobre el terreno de juego y después, de los traspasos.
Nombres como Neven Subotic, André Schürrle, Lewis Holtby, Adam Szalai y Jan Kirchhoff son algunos de los ejemplos de la catapulta que significa el Mainz 05, un club que ha potenciado las categorías inferiores y dado oportunidad a los jóvenes. Con estos nombres, quién sabe qué deparará a los Shawn Parker o Johannes Geis.
Poco a poco, el equipo de Thomas Tuchel, culpable de exprimir al máximo el proyecto, está demostrando ser un hueso duro de roer para aquellos que aspiraban a estar en mejores puestos. Todo esto se debe al sistema camaleónico que está patentando el técnico. Ha variado en numerosas ocasiones de once –aunque parece haber encontrado un modelo fijo–, amoldándose a lo que puede exigir el rival. Las rotaciones, sobre todo en la medular, han sido constantes.
En esta temporada, los de Maguncia han pasado por numerosas formaciones según las exigencias. Tuchel ha conformado alineaciones con un 5-2-2-1 –algo que vimos ante el Bayern de Pep– y, sobre todo, un 4-1-4-1, con un mediocentro como nexo entre la zaga y la medular.
El Mainz, en su primordial interés por controlar el campo y generar superioridad, finalmente optó por un sistema habitual, el 4-2-3-1, sobre todo al conseguir una estabilidad aparente con Geis, Soto o Baumgartlinger en el doble pivote y con Okazaki como claro referente en el ataque. No obstante, la posición de Zimling en el enganche ofrece interpretaciones diversas, ya que su movilidad tanto horizontal como vertical permite vislumbrar un 4-3-3. La solidez de este planteamiento comenzó a solidificarse ante el Eintracht Frankfurt.
Lleva tres semanas practicando un fútbol atractivo y valiente. En el nuevo modelo de juego, cabe destacar la importancia de sus dos referentes más ofensivos e importantes: Nicolai Müller y Shinji Okazaki.
El canterano alemán goza de la libertad que le da Tuchel. Se posiciona en el perfil izquierdo, pero es frecuente encontrarlo en zonas interiores tanto para asociarse como para buscar su pierna derecha para disparar. También deja a Park todo el carril para otorgar profundidad al Mainz, cosa que el técnico alemán no permite por el flanco diestro con Polter y Popesch.
Por su parte, Okazaki era una clara incógnita por su polivalencia. Tuchel, dada la falta de un referente que se amoldase a las características del equipo, se decantó por el japonés. No es un delantero centro experimentado en el puesto, pero está solventando sus carencias a base de atacar los espacios y buscar la espalda de los defensores. También se deja caer a los costados, algo propio de su estilo de juego, vertical y asociativo. Tiene un rol muy diferente al que ofreció Szalai en temporadas pasadas.
Ambos jugadores son una de las parejas más eficientes en la Bundesliga. Müller, con 7 goles, y Okazaki, con 5, han aportado más de la mitad de los goles anotados por el Mainz 05 (21), convirtiéndolos a ambos en imprescindibles.
El Coface Arena podría estar ante otra bonita oportunidad de mejorar sus objetivos, porque una vez cumplidos estos se puede aspirar a otras cumbres y mirar hacia arriba sin que entre el pánico.
* Guillermo González es periodista.
– Foto: 1. FSV Mainz 05
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