"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
24 de Julio de 2011: en la primera posta del relevo 4×100 libres del Mundial Shanghai’11, el australiano James Magnussen barre toda la competencia con un explosivo 47”49, octavo mejor crono mundial de todos los tiempos, segundo australiano de la historia y mejor marca universal sin bañador de poliuretano. Magnussen fue una bala en el agua china, un prodigio surgido del silencio, una catástrofe para los americanos de Phelps y los franceses de Bernard.
Cuatro días más tarde, Magnussen gana el título individual con 47”63 y una ventaja de 32 centésimas sobre Brent Hayden gracias a unos últimos 30 metros prodigiosos. Es el primer oro para un australiano en la prueba reina del Mundial, algo curioso dada la potencia natatoria del país.
Y ahora, este Magnussen explosivo acaba de irse a niveles estratosféricos al ganar los trials nacionales con 47”10, cuarto crono de la historia por detrás de los 46”91 de César Cielo, los 46”94 de Alain Bernard y los 47”05 de Eamon Sullivan, todos ellos con bañadores de poliuretano, una ventaja sideral. A la estela de Magnussen, por cierto, James Roberts se ha clasificado también para Londres’12, nada menos que con 47”63. Junto a Matt Targett (48”32) y Eamon Sullivan (48”53 en los trials) compondrán un relevo formidable,, favorito olímpico sin duda.
La natación de los JJOO promete éxitos extraordinarios y retos formidables. Magnussen será uno de los reyes de la piscina.
– Foto: Reuters
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