1.- Para la defensa de 3 deben cumplirse dos premisas: capacidad para someter al rival en el centro del campo y que el contrario no emple las bandas. El Mallorca las utiliza, de ahí que sorprenda el arranque que presenta Guardiola: Mascherano y Puyol por fuera, Piqué en el vértice defensivo.
2.- La primera premisa no se cumple: muerde el Mallorca, presiona alto, ahoga a los defensores blaugrana y, en consecuencia, no se deja someter ni dominar. Y si el primer punto no se cumple, el segundo genera zozobra. El equipo de Caparrós ataca por fuera y el Barça sufre por ahí.
3.- Diez minutos de intensidad local que el Barça no consigue atemperar. Guardiola deja hacer, buscando que se cumpla la Teoría de las Judías Secas. Pero transcurre el primer cuarto de hora -el tiempo máximo prudencial que acostumbra a esperar- y la fluidez sigue sin aparecer. Ha planteado un 3-3-3-1, con Alexis arriba y tres mediapuntas (Iniesta, Messi, Pedro), pero el problema está abajo, en la salida de balón y su encauzamiento suave.
4.- Encasquillado pese a dos fogonazos puntuales de Messi, Guardiola decide intervenir a los 25 minutos: Busquets de central, Thiago al mediocentro, Iniesta de interior, Alexis a banda derecha y Pedro a la izquierda. Recomposición clásica, llamada a la ortodoxia. Y entonces sí: todo vuelve a su sitio y el río se encauza, volviendo a su lecho natural.
5.- El gol de Alexis o de Messi (¿Peina o no peina? Yo creo que el chileno roza el balón) aposenta al Barça, en especial por el fenomenal trabajo defensivo de Thiago, que se pasa media hora haciendo coberturas como lateral y se consolida como 4 de posición pese a que todavía sigue cometiendo errores puntuales en la ejecución de algunos pases demasiado arriesgados.
6.- A los 56 minutos, la expulsión de Thiago quiebra los planes. Interesante la reacción inmediata de Guardiola: apenas vista la tarjeta roja, toma decisiones junto a Tito Vilanova. Y decide ser intervencionista. Muy intervencionista. Entrará Montoya por el gris Cesc para devolver a Busquets a la posición crucial del eje, donde interpretará otra lección magistral de control, pausa, cobertura y plataforma de lanzamiento. Equipo en 4-4-1.
7.- El siguiente movimiento será colocar a Keita por Pedro para plantarse en 4-3-2. El intervencionismo del entrenador durante el partido compensa su chocante decisión en la alineación inicial, que aparentemente no ha parecido la más acertada. Sus movimientos posteriores, sí lo han sido. Y mucho.
8.- Con Keita acompañando a Busquets ha sido el turno de Iniesta, autor de un recital prodigioso sobre un césped propio de la maleza tropical amazónica. Se ha disfrazado de Xavi y ha defendido a su equipo a base de quedarse el balón en propiedad. A la puerta de su despacho ha colgado el siguiente cartel: Andrés Iniesta, Amaestrador de Balones. Y ha detenido el tiempo.
y 9.- Partido con todos los ingredientes, previos y en el desempeño, para que el Barça hubiese tropezado en el marcador y perdido los nervios en estos tiempos de matrix arbitral y de comités. Ni siquiera jugar con 10 durante más de media hora ha parecido desgastar al equipo en esta fase trascendente del curso, cuando jugar cada 72 horas será un factor crucial. Ejercicio de madurez en los defensas, con Piqué y Mascherano concentrados como si fuesen Puyol; de pausa y control en los medios, con Iniesta y Busquets soberanos; y de frialdad en Messi, cada día más completo como futbolista, ya directamente metido en su tercera fase.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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