España se impuso a Noruega por 3-0 a Noruega y jugará la final de la Eurocopa Sub-21 el próximo martes ante Italia. La selección de Julen Lopetegui ha competido bien durante todo el campeonato y es finalista con toda justicia.
La fisonomía de España y Noruega condicionaba el tipo de partido desde el inicio: España con el balón y Noruega replegado atrás, buscando salir al contragolpe y aprovechar su potencial a balón parado. La presencia de Koke y Thiago escoltando a Illarramendi contribuyó a que España fuese dominador absoluto del balón en la zona ancha.
Por la derecha, Martín Montoya y Tello percutieron durante todo el primer acto; en la banda izquierda, Alberto Moreno e Isco hicieron algo similar con una salvedad: Isco tiene tendencia siempre a ir por dentro y eso hace que España tenga más desequilibrio interior. El lateral del Sevilla supo leer siempre el espacio generado por el malaguista para sumarse siempre al ataque por ese costado.
Skullerud, técnico noruego, prescindió de inicio de Nordveit, el futbolista del Gladbach que ha jugado de central y en mediocampo en este torneo, y confió en la pareja Berge-Strandberg para el centro de la zaga. En el centro del campo, Henriksen y Eikrem flanquearon a Johansen. El 4-5 -1 noruego en defensa se convertía en un 4-3-3 cuando el conjunto nórdico conseguía salir, aunque en la primera parte lo hizo muy poco. Berget y King no pudieron proyectarse mucho en ataque ni habilitar a Pedersen.
El primer gol de España llegó doblegando a Noruega en uno de sus puntos fuertes: el balón parado. Un saque corto mal defendido concluyó con un centro lateral que peleó Bartra arriba y definió Rodrigo con habilidad y un punto de pillería cruzando el balón ante un Nyland que había estado muy bien durante los primeros 45 minutos.
Pese a que el resultado obligaba a arriesgar a Noruega, era difícil que cambiasen las directrices del encuentro. La entrada de Nielsen por King al inicio de la segunda parte mostraba las intenciones de Skullerud de dotar al equipo de más presencia ofensiva.
España seguía con el control total del partido, pero con un punto de tranquilidad favorecido con el resultado que terminó por restar al equipo agresividad y verticalidad hasta el tramo final. Morata entró por Rodrigo para revitalizar el ataque en España y minutos después Nordveit entró por Eikrem en Noruega para intentar restar más balones y tener más presencia en la zona de gestación del juego.
Una acción fantástica entre Morata e Isco concluyó con una acción individual espectacular del malaguista. Amagó, recortó, se introdujo en el área y soltó un punterazo a la escuadra. Un golazo que sentenció el partido y contribuyó a redondear la gran Eurocopa que está firmando. Faltaba el ya clásico gol de Morata y llegó en una acción que comienza a dominar con facilidad, ganando la espalda de la defensa cerca de la banda izquierda. Resolvió a la segunda pero hay que destacar la facilidad que tiene para ganar ventajas cuando inclina el campo hacia ese costado.
El próximo martes España se enfrentará en la final a Italia, que le podrá pelear más la posesión; será interesante ver qué registro adoptarán ambos ante un rival que sí les puede competir el balón.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: Sportsfile
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