"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
Opinión de urgencia acerca del éxito de Madrid al pasar (junto a Estambul y Tokio) el corte de las tres candidaturas finalistas a los Juegos Olímpicos de 2020:
1º.- Felicidades a la candidatura de Madrid. Es un éxito llegar a la fase final por tercera vez consecutiva. Lo es aún más en la actual situación económica social: bordeando la catástrofe, si no instalados de pleno en ella. Y aún lo es más cuando recordamos la gravedad de las acusaciones que la misma candidatura lanzó contra los votantes del COI en octubre de 2009, al perder la votación por los Juegos de 2016. Apartar al actual ministro y exalcalde Gallardón de dicha candidatura ha permitido restañar heridas con el COI, disculparse y volver a la carrera por el premio. Enhorabuena calurosa a los responsables de la actual candidatura.
2º.- Salvo cataclismo, los Juegos de 2020 son para Europa. Llevamos años explicándolo, así como el tremendo engaño salpicado de errores que cometió la candidatura a los JJOO de 2016 cuando pretendió hacer creer a propios y extraños que aquella era la verdadera oportunidad. La geoestrategia del COI maneja otros conceptos que Gallardón no quiso o no supo ver. O lo vio y prefirió ocultarlo, lo que es harto probable.
3º.- Los JJOO de 2020 apuntan a Europa por estrategia. Consumado el deseo de Juan Antonio Samaranch de que Barcelona albergase la edición de 1992, las sucesivas obedecieron a tres criterios:
– El financiero: Atlanta y Coca Cola en 1996; Londres y la City en 2012
– El geoestratégico: Sydney en 2000; Pekín en 2008; Río de Janeiro en 2016
– Las raíces europeas: Atenas en 2004; Londres en 2012; los próximos de 2020
El COI ha combinado con finura dichos criterios, convirtiendo las elecciones en auténticos cónclaves del poder político y mediático mundial: recordemos la elección de octubre de 2009 en Copenhague, con Obama, Lula y el Rey Juan Carlos batallando por los votos. Imposible confeccionar un ceremonial más elefantiásico que aquel.
En el ínterin, ha colmado las aspiraciones de Rusia con los JJOO invernales de Sochi 2014; Estados Unidos no cuenta en tanto no resuelva su contencioso económico con el COI; África ha sido designada in pectore para 2024; y una candidatura asiática (Tokio, ya oficialmente) sufrirá la hipoteca que el propio COI le impuso al elegir a la coreana PyeongChang como sede los JJOO de Invierno de 2018. Conclusión: toca Europa (salvo hundimiento continental).
4º.- Roma y Berlín, candidaturas formidables y ganadoras, se autoeliminaron antes de empezar. En ambos casos por prudencia económica. Merkel no podía permitirse la imagen de inversión compulsiva que conlleva unos Juegos mientras sacude su látigo por toda la geografía europea. Mario Monti, al borde del rescate financiero, no podía ser menos: “Sería intolerable, en estos tiempos de crisis…”, se justificó el primer ministro italiano mirando de reojo a la prima de riesgo.
5º.- En la elección de 2009 para adjudicar los JJOO de 2016 que recayeron en Río, la candidatura de Tokio obtuvo 22 votos en primera votación. No resultó eliminada porque Chicago obtuvo menos: 18 de los 94 sufragios emitidos. Por delante, Río sumó 26 y Madrid 28, la más votada. En segunda votación, Río subió a 46, Madrid obtuvo 29 y Tokio cayó eliminada con solo 20 votos.
6º.- Tokio sufrirá mucho para superar los 25 votos. En realidad, el COI solo cuenta con 12 miembros asiáticos entre su centenar de miembros. Inferioridad manifiesta. Ni siquiera la división del voto entre dos ciudades europeas (Estambul y Madrid) parece poder garantizarle su acceso a la votación final.
7º.- Solo un error muy grosero por parte de una candidatura europea permitiría que Tokio accediera a la segunda y definitiva votación a dos. Sería lógico que Madrid y Estambul disputaran ese pulso final, garantizando que los JJOO de 2020 se celebrarán en una Europa que, para entonces, debería haber salido ya de su profunda crisis económica, social y política.
8º.- La crisis mundial ha estallado también en los Juegos Olímpicos, reduciendo las candidaturas a la mínima expresión y obligando al COI a rebajar pretensiones y exigencias. Pero nada evitará que si Madrid continúa cometiendo los errores estratégicos de las últimas candidaturas, vuelva a caer.
y 9º.- Para Madrid, si no es ahora, probablemente ya no será. Si el nuevo presidente del COI, que resultará elegido asimismo en Buenos Aires en septiembre de 2013, es el alemán Thomas Bach, actual vicepresidente y presidente de la comisión jurídica, las dificultades para una candidatura española se acrecentarán. Si Estambul conquista 2020, hay que tener en cuenta que 2024 tiene color africano y para 2028 confluirán otros intereses: la reconciliación con EEUU, una satisfacción a los cataríes o el retorno a Asia. Es ahora o (probablemente) nunca.
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