"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
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Modric es la fluidez, la capacidad para filtrar, dividir e iniciar. Redknapp se empeña, durante tramos, en colocarle volcado en una banda. Y desde allí, genera el Tottenham su fútbol. A menudo intermitente, pero sus apariciones son las que otorgan sentido al juego. Ubicación en el espacio, buen disparo de media y larga distancia y precisión de cirujano. Es un codiciado y ansiado elaborador de juego, aunque el croata dibujaría un patrón de juego más cercano al mediapunta que al iniciador de juego.
Luka es menudo, bajito y débil físicamente. Solo la inteligencia y la capacidad para tener varias jugadas pensadas antes de recibir le otorgan la valía. Y es muchísima. Pese a ser un jugador eminentemente técnico y depurado, no cesa en el esfuerzo y el desgaste por el equipo cuando es necesario. Su mente le permite visualizar jugadas antes, dar menos toques y, por tanto, hacer el fútbol fluido. En otra época se le habría desechado por su tamaño y músculo. Ahora, por suerte, somos capaces de apreciar a quien piensa y elabora en detrimento de quien solo brega y destruye.
Rinde en cualquier zona del mediocampo. Incluso cuando es volcado hacia la zona exterior y tiene que ayudar en largo recorrido por banda. Su posición natural es interior en un trivote, el más adelantado, o por delante de un pivote (o dos) defensivo. Es capaz de absorber un gran caudal de juego y ser el eje de un efecto pendular, de lado a lado. Mezcla verticalidad y horizontalidad, pero la influencia del fútbol inglés en su juego le hace ser particularmente urgente en algún disparo o pase arriesgado. El talento y la inteligencia le permiten también escoltar al 9 y funcionar como llegador.
Como hemos mencionado, el caudal y talento del Tottenham ha pasado por sus botas en todos los partidos que ha disputado. Diestro, con gran precisión de disparo y de pase, tanto largo como al hueco o en corto. Refinado, abusa de la zona interior de su bota, aunque ello no es sinónimo de defecto. Defensivamente no es bueno; no le caracteriza nada en especial más que el compromiso. Pero la capacidad para refulgir en ataque bien valen los millones que indica su cláusula. Sobre todo en el escenario de fútbol de toque que resurge a nivel global, en el que los mediocentros creadores cobran una importancia notoria y los de nivel que cumplen el perfil de los Xavi, Modric o Arteta comienzan a escasear.
* Fran Alameda es periodista. En Twitter: @Fran_Alameda
– Foto: The Sun
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