"La audacia tiene genio, poder y magia. Comienza ahora, ponte en marcha”. Johann W. Von Goethe
Una de las cosas que más me maravilla del fútbol, y que forma parte, diría yo, de su magia es el cambio inesperado que puede verse en un equipo en un momento determinado por acción de su entrenador. Normalmente esto sucede cuando es travieso y quiere jugar con los rivales. Rubi demuestra que lo es. Me explico. Que llevo 17 jornadas seguidas planteando un 1-4-2-3-1, pues ahora y contra ti, F. C. Barcelona B, planteo un 1-4-3-3 con falso nueve. Utilizo a mis tres mediocentros de campanillas –Leao por delante de los centrales y avanzados, como interiores, Timor y Rubio– y al hombre de más calidad que tengo –Óscar– como falso nueve o mediapunta. ¿Quieres generarme superioridad por dentro? Pues no voy a dejarte. Todo esto se adereza con el arrebato por la banda izquierda de Mojica y una defensa seria. Los astros se alinean. Resultado final en Zorrilla: 7-0. En este caso toca ser justo en la victoria y darse cuenta de que no es tanta la diferencia que separa a ambos equipos. Eso sí, el Real Valladolid manejó mucho mejor los tiempos del partido que su rival. Como yo entiendo el fútbol, cuando acabas de meter un gol tienes que ir con ímpetu inmediatamente a por otro, y cuando lo encajas, no tienes que volverte loco. Los tres o cuatro minutos siguientes el equipo debe arroparse en ataque y en defensa (siempre que el tiempo restante para la finalización del partido lo permita). En pocas palabras, evitar cometer errores no forzados fruto de la precipitación. No es más que mostrarse fuerte en la guerra psicológica y aplicar la cordura en el manejo de resultados que nos enseñó el profesor Cantatore: “1-0 no es nada, 2-0 es algo y 3-0 es ventaja”. El Real Valladolid lo interpretó así, después de meter el primer gol a la salida de un córner, pero el Barça B no lo hizo, quiso empatar demasiado rápido y al minuto siguiente encajó el segundo. Ahí se acabó el partido.
Contra el Alavés, y empujado por la sanción de Leao, el Pucela volvió al sistema 1-4-2-3-1. Rubio y Timor como mediocentros, Óscar González de mediapunta y arriba Jonathan Pereira (nueva adquisición del mercado de invierno). La realidad es que tanto Óscar como Pereira en ningún momento se mostraron como referencias claras en punta, lo que dificultó mucho su marca. Ambos intercambiaban constantemente sus posiciones. Desde mi punto de vista se comportaron como dos falsos nueves, descolgándose mucho y consiguiendo así superioridades por dentro. En una de ellas, y tras un pase en profundidad de Pereira a la carrera en velocidad de Mojica se fraguó el gol de Rubio. Este fue el primer momento desequilibrante del partido, ya que hasta entonces el Alavés se había mostrado como un equipo ordenado y con capacidad combinativa.
No quiero avanzar en el análisis sin manifestar que mi cabeza todavía está digiriendo lo que significa de novedoso poner el campo a la vez a Óscar y Pereira. El Real Valladolid prácticamente se ha comportado tácticamente como un 1-4-4-2, donde sus dos delanteros no han querido serlo. Como he comentado, eso trajo beneficios ofensivos por el centro, pero a la vez, y por las características de ambos futbolistas, mermó la capacidad defensiva en esa misma zona. A medida que iba avanzando el partido el Alavés se fue imponiendo en mediocampo y amenazó con el empate, hasta que Rubi decidió volver al 1-4-3-3. Quitó a Pereira e introdujo a Sastre. Desde ese momento el equipo blanquivioleta volvió a coger el control de partido. Timor por detrás, de mediocentro defensivo, y Rubio y Sastre, de interiores por delante, dieron equilibrio. Menos campo que abarcar para cada uno de ellos, lo que facilitó su toma de decisiones, que de inmediato se tradujo en amplitud y profundidad. El Alavés tuvo que preocuparse de nuevo de defender. Resultado final: 2-0.
Dejando a un lado los resultados, que lo inundan todo, desde el punto de vista táctico parece que con los tres mediocentros el Real Valladolid funciona. Al margen de que poner a los que tienen fútbol y además corren en el mediocampo, como Álvaro Rubio, nunca va a venir mal y siempre ayuda.
Por lo visto, los tres Reyes Magos, en forma de trivote, llegaron a Zorrilla antes de que se les esperara, y parece que han venido a quedarse durante un tiempo. ¿Cuánto? Solo el pillo de Rubi sabe el tiempo que quiere jugar con estos juguetes.
1.- El Real Valladolid posicional (septiembre 2014)
2.- Los detalles de Zorrilla (octubre 2014)
3.- Que la inspiración te encuentre trabajando (noviembre 2014)
4.- Ser justos en la victoria y en la derrota (diciembre 2014)
* Daniel Juan Sánchez es entrenador.
– Foto: Real Valladolid
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