Los sucesores

por MARTI PERARNAU el 17 mayo, 2013 • 17:12

Pendientes de oficializar la decisión de José Mourinho de abandonar el Real Madrid, podría darse en breve un hecho relevante: una variación formidable en los principales banquillos europeos. Si repasamos lo sucedido en la Champions League de hace dos temporadas comprobaremos que de los ocho entrenadores que accedieron a cuartos de final… solo Mircea Lucescu permanece en su puesto. Así, el Barça campeón perdió a Pep Guardiola y el finalista Manchester United ha visto la jubilación de Alex Ferguson. Los semifinalistas fueron el Madrid, que también perdería a su técnico, si se confirma la marcha de Mourinho, y el Schalke que dirigía Ralf Rangnick. Los cuartofinalistas fueron Tottenham (Harry Redknapp), Chelsea (Ancelotti), Inter (Leonardo) y Shahktar (Lucescu). De los ocho técnicos, solo permanece Lucescu (y aún Mourinho).

Si en lugar de dos años retrocedemos a la temporada pasada, el panorama no es muy diferente: Di Matteo ya no está en el Chelsea, a Heynckes le quedan dos semanas en el Bayern, Pep se fue del Barça, Mourinho está haciendo la maleta, Jovanovic ha abandonado el APOEL y Deschamps dejó el Olympique de Marsella. Se mantienen Allegri en el Milan (verbalmente azotado por Berlusconi a menudo) y Jorge Jesús en el Benfica. Dos de ocho.

No me atrevería a sacar ninguna gran conclusión de lo anterior, pues advertimos equipos que funcionaron de maravilla con un técnico que atravesó tres décadas y reinventó veinte veces su plantilla, y también conjuntos que cambiaron a menudo de entrenador obteniendo excelentes resultados. ¿Será cierto que mantener veinte años al mismo técnico es mejor que nada? Con Ferguson lo parece, pero quizás con Wenger en el Arsenal no podríamos decir lo mismo, ni tampoco con Thomas Schaaf en el Werder, recién finiquitada su carrera en Bremen tras 14 años. Posiblemente no sea sencillo ser un Ferguson y también existan otras vías para alcanzar un palmarés excepcional, como ha mostrado Heynckes. Siempre pensé que la longevidad a lo Ferguson era sinónimo de éxito, pero ya no estoy seguro de ello.