1.- La selección de los Países Bajos nos ha dado la razón de por qué las considerábamos una de las candidatas al título antes de empezar con su empate en el día de hoy ante la todopoderosa Alemania. Sus resultados contra equipos grandes, pero sobre todo la sensación que nos habían dejado contra Francia e Inglaterra en los últimos tiempos, no eran fruto de la suerte, sino del resultado de un trabajo bien realizado, que el gran público ha podido observar hoy.
2.- Ni mucho menos ha sido una decepción para Alemania. Conscientes eran del poderío neerlandés, como observamos en la declaraciones de Doris Fitschen antes del partido. Sin lugar a dudas era un partido trampa; debutar contra una selección tan potente era un arma de doble filo. Si ganaban era lo esperado; si perdían, una decepción. El empate ha sido un buen resultado que les hará coger ese tono competitivo y esa ambición que necesitan como el comer. No hay que olvidar que hoy debutaban en un torneo grande con la absoluta hasta un total de cinco jugadoras del once inicial (Leonie Maier, Jennifer Cramer, Nadine Kessler, Lena Lotzen y Dzsenifer Marozsán).
3.- Alemania no ha generado nada ofensivamente. El motivo es evidente: Dzsenifer Marozsán. Su irregularidad es siempre la tónica dominante, pero también estamos acostumbrados a que nos deleite con ciertos detalles de su calidad exquisita. Pero hoy, nada de nada. Su partido lo podríamos calificar de horrible. Si la mediapunta de origen húngaro no organiza y da pausa al juego, Alemania se colapsa. Lo venimos observando desde el primer partido de la fase de clasificación. Marozsán está falta de ritmo, muy fuera de forma física y lo que es peor aún en una jugadora de sus características: está mentalmente espesa. Veremos si Silvia Neid se atreve a dejarla en el banquillo, primero para darle un toque de atención y segundo para que el equipo no juegue con una jugadora menos, ya que encima no ayuda en defensa.
4.- La pareja de centrales tiene que cambiar. Annike Krahn y Saskia Bartusiak son jugadoras muy fuertes, pesadas y buenas en el marcaje, pero tienen ciertas limitaciones evidentes: frescura y velocidad. Hablando claro, Krahn no está para jugar y sólo la cabezonería de Silvia Neid en no confiar en una jugadora como Josephine Henning, de características parecidas a la anterior, hacen que la del PSG sea titular. Pero es que ni siquiera juntar a Henning y a Bartusiak sería la solución. La clave está en una chica llamada Luisa Wensing. En una selección en la que estás intentando dar una nueva imagen en la que la frescura y el desparpajo son las principales características, no tiene sentido poner a un par de jugadoras que rompen esa intención. Wensing cometerá errores por su juventud, pero es la jugadora clave para que Alemania no sufra atrás y sobre todo para que la pareja de centrales no desentone con el resto del equipo.
5.- ¿Se ataca más y mejor por jugar con más delanteras? La respuesta en este partido ha sido clara: no. Anja Mittag y Lena Lotzen han estado muy perdidas jugando en las alas y Alemania lo ha pagado caro. Sin referencia arriba, ya que Célia Okoyino da Mbabi siempre baja a recibir, ni profundidad en los costados, todos los balones iban al centro, donde se ha creado una embudo impresionante en el que Marozsán no ha encontrado la salida, y de esta manera la selección neerlandesa no se ha visto en apuros y ha defendido un poco a su antojo.
6.- Un detalle muy interesante ha sido la gestión del banquillo. Mientras que Reijners ha sobrevivido con su once inicial, Silvia Neid ha movido sus cartas sin mucho convencimiento. Ya lo hizo en algún que otro partido: se niega a sacar a Marozsán, y la sacrificada ha sido Kessler. La entrada de Simone Laudehr ha sido un acierto, pero quizás la sustituida no tenía que haber sido la capitana del Wolfsburg. Ha visto el error que suponía poner a una delantera como Lotzen en la banda derecha y ha sacado a Melanie Leupolz a poco más de quince minutos del final. Cambio acertado pero muy tardío. Por último, ha sido absolutamente incomprensible cómo no ha sido lo suficientemente valiente para poner a Fatmire Bajramaj en el campo. Sí lo hizo en los últimos amistosos, pero hoy la presión de equivocarse o la incertidumbre han podido con ella.
7.- No hemos visto dos de los grandes rasgos de Alemania: la presión asfixiante que suele provocar robos de balón y ocasiones y las llegadas por banda de las laterales. No ha habido una gran presión en los primeros minutos debido a que Koster y Hoogendijk han buscado mucho balón en largo, pero cuando lo han tenido controlado en sus pies la presión solitaria de Okoyino da Mbabi y el miedo por las ocasiones sufridas y por dejar desguarnecida su defensa han entrado en acción. Maier ha llegado muy poco y Cramer lo hacía sin tener muy claro qué hacer.
8.- Nadine Agerer ha estado a la altura de lo que se espera de ella. Ha salvado a la selección en los momentos difíciles, ha estado valiente en todas sus acciones y ha intentado que sus compañeras se contagiaran de su carácter, algo que no ha conseguido.
9.- Pero no todo han sido errores alemanes, sino que los errores han venido mayoritariamente por aciertos de las neerlandesas. Su fútbol directo y vertical les ha permitido dejar en entredicho a las alemanas, que por un momento se han sentido acomplejadas. Si hubiera habido precisión, podríamos estar pensando que ya serían primeras de grupo. Defensivamente hablando han sabido unir las líneas, provocando que el fútbol alemán se cortocircuitara, y no han sufrido por las bandas. Quizás nos quedamos con la duda de la línea defensiva, ya que ha cometido algunos errores serios.
y 10.- El partido nos ha dejado muchos detalles para la reflexión, que podríamos resumir en dos apuntes: los Países Bajos son un claro candidato al título y Alemania tiene mucho campo de mejora, a la vez que mucho que mejorar si quieren llevarse el título. Por cierto, la racha de las alemanas continúa y ya son 58 los partidos sin perder en la Eurocopa.
* Borja Rodríguez.
– Foto: AFP
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