Ya sé que Marvel nos viene contando desde 1961 que son cuatro, pero no os dejáis engañar por la editorial estadounidense. Según mi experiencia, la palabra ‘fantástico’ debe incluir algo mucho más complejo que estar envuelto en llamas o tener una elasticidad poco común. Algo así como nacer con unas habilidades que te permitan destacar allá donde vayas, pises el suelo que pises o estés en el continente que sea. Algo así como ganar los cuatro Grand Slams en el universo ATP. Ocho son los hombres que lo han conseguido y que han dejado su huella para la eternidad de nuestro deporte. Cada uno con su estilo, en su época y a su ritmo particular, pero todos ellos logrando un hito que les coloca para siempre en el escalafón más alto de los desafíos individuales. Al nivel de los verdaderos super-héroes.
Fred Perry [8GS] Logró el Career Grand Slam entre 1933 y 1935. Aquí donde lo ven, este británico no nos dejó solamente una reconocida marca de ropa como legado. Estamos ante el primer tenista de toda la historia (y eso que comenzó dedicándose al tenis de mesa) que consiguió capturar los cuatro torneos de Grand Slam. Empezó levantando el Abierto de Estados Unidos en 1933 y tan solo dos años después ya tenía los cuatro palos de la baraja, saliendo vencedor de Roland Garros ante Gottfried von Cramm, gran rival de generación. Engordó un poco más sus registros hasta que en 1936 decidió pasarse al profesionalismo.
Don Budge [6GS] Logró el Career Grand Slam entre 1937 y 1938. Subimos el nivel. Don Budge no se conformó con ganas los cuatros grandes, él quiso ser el primero en hacerlo de forma consecutiva y, además, en un año natural. En 1937 ya se había apuntado un Wimbledon y un UsOpen, dos tronos que defendería el curso siguiente y a los que añadiría Australia y Roland Garros. Ante tal lluvia de gloria y éxitos, el dinero del profesionalismo llamó a su puerta para cerrar una increíble carrera como amateur. Por aquel entonces, los billetes de Jack Kramer pesaban más que una bonita vitrina llena de trofeos.
Rod Laver [11GS] Logró el CGS entre 1960 y 1962. Para muchos, el mejor jugador de todos los tiempos. Laver bien conocía las hazañas de Perry y Budge en el pasado, así que se propuso, al igual que ellos, intentar superarlas. Ganar los cuatro grandes en una misma temporada ¡en dos ocasiones! fue el mejor regalo que el australiano pudo dejarle a nuestro deporte. La primera vez como amateur (1962), la segunda ya como profesional (1969), pero siempre coincidiendo en una mismo concepto, y es que la gente que le vio jugar no admite discusión alguna: fue el mejor en cualquier nivel de competición. Por cierto, el título por el que más tuvo que sudar fue el de los Estados Unidos, donde cedió en dos finales consecutivas antes de abrazar por fin la victoria en su mágico 1962.
Roy Emerson [12GS] Logró el CGS entre 1961 y 1964. Sin duda, el gran beneficiado de que Rod Laver firmara su contrato como profesional. Emerson pasó de perder finales de Grand Slam (sobre todo ante Rod) a salir campeón de ellas, así hasta doce veces, récord vigente durante muchos años en el circuito masculino hasta que Pete Sampras lo superara en la entrada del nuevo milenio. Fue Wimbledon el que más le costó -no llegaría hasta 1964- pero mientras, lo fue supliendo con otros 16 Grand Slams en la categoría de dobles, reuniendo 28 en total. Hoy por hoy, todavía no existe el hombre que contemple más majors que Roy.
Andre Agassi [8GS] Logró el CGS entre 1992 y 1999. La historia del chaval de Las Vegas fue tan prodigiosa e inabordable a la vez que solamente él mismo podía contarla de la manera más precisa. Gracias a Dios, así nos la relató en su autobiografía. Un hombre que detestaba la hierba acabaría ganando su primer Grand Slam en Wimbledon. Un hombre que se adaptaba de manera sensacional a la arcilla tuvo que esperar hasta 1999 para sentarse en el trono de la Philippe Chatrier (en 1990 y 1991 tuvo que conformarse con la bandeja de plata). Fue el primer tenista de la época moderna en recolectar los trofeos de los cuatro grandes templos, además de poner más tarde el broche de oro, y nunca mejor dicho, en los Juegos Olímpicos de Atlanta. Toda una leyenda de los años noventa.
Roger Federer [17GS] Logró el CGS entre 2003 y 2009. ¿Se imaginan al hombre con más Grand Slams de la historia en categoría individual dejándose una plaza sin conquistar por el camino? Hubiese sido un sin sentido. Pues no fue fácil. Etiquetado ya como el rey de la hierba y con múltiples títulos sobre cemento, a Roger Federer se le atragantó durante muchas primaveras la corona parisina. ¿Cuál sino? Siempre la que más problemas ha dado a la mayoría de los grandes. Hasta tres finales llegó a perder ante Rafael Nadal, el anti-héroe que se empeñaba en impedir que su espejo a seguir pusiera los dos pies en el Olimpo. Hasta que en 2009 y tras una sorprendente derrota del español, el helvético supo aprovechar la oportunidad que la vida le brindaba ante un inexperto Robin Soderling, sumando en Roland Garros su primer y único entorchado hasta el momento.
Rafael Nadal [14GS] Logró el CGS entre 2005 y 2010. De él se llegó a decir que era un jugador nacido para arrasar en tierra batida y naufragar fuera de ella. De hecho, los tres primeros años desde su llegada a la élite así lo correspondieron. Pero en 2008 todo empezó a cambiar. Primero la hierba de Londres, al calendario siguiente el plexicushion de Australia y, finalmente, en 2010, la pista rápida norteamericana. Allí en el Us Open, con la ayuda de Óscar Borras y sus consejos para la modificación de su servicio, el balear dio con la tecla para convertirse en el deportista español más laureado de nuestra historia. Después seguiría anotándose títulos en el resto de lugares, pero no fue hasta aquel instante donde la gente realmente entendió la capacidad de superación y adaptación que podía alcanzar un chico de 23 años con ganas de comerse el mundo. Dos años antes, por cierto, ya se había colgado el Oro en los JJ.OO de Pekín.
Novak Djokovic [12GS] Logró el CGS entre 2008 y 2016. Nadie tardó tanto en construir el cuadrilátero (ocho años). El serbio ha sido el último en sumarse a esta gran fiesta repleta de leyendas. Nacido en una época para tirarse de los pelos, el tenista de Belgrado empezó muy joven a despuntar en el circuito, aunque tuvo que tropezar en infinitas ocasiones hasta demostrar que podía competir con los mejores en cada plaza. Cuatro intentos han hecho falta para verle por fin coronarse en París, de nuevo Roland Garros como broche final a este último Career Grand Slam. Igual que en su día le pasara a Federer, sin Rafa de por medio aquí todo es más fácil. Aunque dentro de unos años nadie se acordará de esto y sí de quién terminó levantando la copa.
Como curiosidad, cinco de ellos lograron completar su rompecabezas en el único grande disputado sobre polvo de ladrillo, Roland Garros. En el caso de Novak Djokovic, último fichaje, era el clásico modelo de alguien que luchaba contra el tiempo pero con muchas papeletas para terminar ganando el duelo. Señalado ya como una de las raquetas más completas de la historia, todo el mundo entendía que, antes o después, el serbio lograría cerrar el círculo que él mismo abrió en 2008. Tras su conquista de París, el octavo sillón de esta privilegiada habitación ya tiene dueño. Ojalá me equivoque, pero la experiencia me dice que mucho tardaremos en ver entrar un nuevo escaño entre estas ocho leyendas.
* Fernando Murciego es periodista.
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