"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
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1.- Sacrificar a los interiores para dar protagonismo a los laterales puede ser una buena idea. Pero exige que los laterales sean listos, precisos y eficaces. Y estén en buena forma. Hay equipos ahora mismo en Europa que alinean hasta cuatro laterales en el mismo equipo y les funciona bastante bien. Algunos de los hombres que atraviesan un mejor momento del fútbol continental son precisamente laterales: Lichsteiner, Piszczek, Alaba… Los del Barça, sin embargo, no se encuentran entre ellos y el sacrificio que están viviendo los interiores aparenta ser excesivamente costoso.
2.- El París Saint-Germain ha vencido finamente al Barça a partir de cinco hombres que han ejercido de maravilla sus respectivas funciones: David Luiz anticipándose, Pastore y Cavani descargando balones para tomar una breve pausa y juntar a su equipo, Lucas Moura atacando los espacios y Thiago Motta lanzando balones –además de cortar un montón de pases– como si fuese un quarterback de toda la vida. Ellos cinco han deshilachado a un Barça que llegaba confiado en su plan de cerrar atacantes, abrir interiores y subir laterales.
3.- El plan había resultado bien excepto en Málaga hace una semana, donde ya se detectó que hacía falta bastantes más cosas que defenderse con orden y fiar el juego al renacimiento de Messi y la electricidad de los chicos jóvenes. Hacía falta un paso más en el orden táctico, pero en siete días y con otro partido por medio no resulta sencillo darlo. Y mucho menos si el equipo acumula un sinnúmero escalofriante de errores no forzados en la salida de balón. Imprecisiones constantes, pases errados, conducciones torpes, impropias en jugadores de tanta clase, pero que han dejado un reguero de inseguridad en la zona más próxima a Ter Stegen.
4.- Tantos pequeños errores unidos a tanta concentración parisina han abocado muy pronto el partido a un gol local, que ha llegado en saque de falta como podía haberlo hecho por cualquier otra vía. Ha contrastado semejante torpeza colectiva con la precisión del gol del empate conseguido por Messi, un prodigio de combinación al primer toque entre Neymar, Iniesta y el argentino, similar en velocidad y acierto al gol que el pasado domingo protagonizaron Xavi, Alves y el mismo Messi. Ha sido un contraste clamoroso: torpes sacando el balón, deliciosos en el gol.
5.- El juego, sin embargo, se mantenía espeso y lleno de titubeos. En ocasiones se piensa que es por falta de intensidad, expresión que se acuña en cuanto algo sale mal. Pero podías ver a Neymar, Iniesta, Messi, Pedro, Rakitic y Busquets acudir al unísono a perseguir un balón en pies de los rivales. ¡No había falta de intensidad, sino de juego colectivo! Por entonces, el Paris Saint-Germain había marcado el “gol del bajito” en un error del portero Ter Stegen en saque de esquina al segundo palo, también mal defendido por Rakitic.
6.- Este condicionante mostraba la penuria del juego blaugrana, que seguía estancado en la indefinición. En este primer tramo de la temporada, Luis Enrique no ha desvelado aún cómo quiere jugar exactamente. Bien, seguimos sin saberlo porque en París no se pudo apreciar ningún cambio, salvo que los interiores son los grandes sacrificados de la nueva disposición posicional. Los interiores, que eran los hombres más importantes porque eran quienes movían la maquinaria, ahora son los sacrificados. Desde luego, esta decisión puede acabar siendo correcta y positiva, pero en la última semana se ha mostrado como mínimo discutible.
7.- Busquets simboliza esta indefinición en el juego porque hoy en día no sabes si va o viene, si guarda la posición porque es lo que toca o porque ve tan negro el panorama por delante y a sus costados que no se atreve a moverse. El mediocentro se ha mostrado totalmente descolocado en París y muy probablemente eso simbolice la desconexión del Barça, la indefinición presente en la que aún no está claro si hay que juntarse para jugar agregados o separarse para hacerlo disgregados. No cabe duda que Luis Enrique resolverá pronto.
y 8.- El partido del Barça pedía los cambios que ha introducido el entrenador. Han coincidido esos cambios con el repliegue parisino y el Barça ha asaltado el área de Sirigu, pero entonces también se ha evidenciado que atacar una defensa organizada y muy prieta exige circulaciones estudiadas y triangulaciones trabajadas. El equipo tiene talento y energía suficientes para corregirse y probablemente veremos esas modificaciones en breve. O quizás no y los laterales continúen siendo los hombres libres y los interiores, los sacrificados. En este caso, más les vale a los laterales ponerse en forma.
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