"El éxito se mide por el número de ojos que brillan a tu alrededor". Benjamin Zander
Todos nacemos con unos determinados genes heredados de nuestros padres y que están codificados en el ADN. Esto es nuestro genoma, nuestra genética, pero para que estos genes puedan expresarse necesitamos lo que se conoce como epigenoma o epigenética, unas marcas químicas que se añaden al material genético, regulando su actividad. Estas marcas químicas vienen determinadas por factores externos o hábitos de vida.
Se sabe, por ejemplo, que el tabaco provoca efectos epigenéticos negativos. Por contra, el ejercicio causa impactos positivos que nos protegen de múltiples enfermedades e, incluso, pueden contribuir a la salud de nuestros descendientes.
El doctor Manel Esteller -considerada la principal eminencia mundial en epigenética- nos explica en esta entrevista cómo influyen los hábitos de vida en los cambios epigenéticos y como éstos pueden determinar la salud y longevidad de una persona: “El ejercicio moderado, sin exageraciones, retrasa la edad biológica respecto de la cronológica”.
Pregunta: ¿Cuáles son los efectos epigenéticos que provoca la práctica de ejercicio?
Manel Esteller: El deporte es una actividad un poco ambiental porque es algo que hacemos externo con nuestro cuerpo y que es capaz de modificar químicamente las estructuras musculares y otros órganos. Es una actividad capaz de modificar las señales que regulan nuestro genoma.
Puede leer la entrevista íntegra en el siguiente enlace:
Los hábitos tóxicos causan cambios epigenéticos que aceleran el envejecimiento
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