Hacía mucho tiempo que en el Nuevo Zorrilla no se veía un repertorio tan amplio en la estrategia. Contra el C. D. Tenerife le dio los tres puntos al Real Valladolid. Dos libres directos magistralmente ejecutados por Rueda y Timor solventaron el partido por la vía rápida. Alguien podría pensar que estas acciones hacen que un partido se decante a favor de un equipo u otro sin merecerlo. Quizás en otras circunstancias sí, pero no es el caso que nos ocupa. Existe un trabajo detrás. No recuerdo ver tirar ninguna falta directa a Jesús Rueda en sus años de profesional, lo que indica a las claras que el entrenador ha hecho un casting entre sus futbolistas. Para sorpresa de todos, cuando en la segunda parte se presentó otra ocasión similar, aunque en este caso por el perfil derecho, fue David Timor quien disparó a puerta con idéntico resultado. No parece casualidad. Cada uno sabe su papel.
Contra el Real Betis, el Real Valladolid desplegó todo un repertorio de córneres ofensivos que a punto estuvieron de dar sus frutos. Un par de saques de esquina botados a la frontal del área rival que terminaron en sendos tiros a puerta, por no hablar de la sincronización que se apreció entre pasador y rematadores en aquellos que fueron centrados al segundo palo. Nada dejado a la improvisación. En jornadas anteriores, también en córneres ofensivos, hubo movimientos de arrastre de cuatro jugadores que desde la frontal corrieron hacia el primer palo, con bloqueos incluidos, para dejar el espacio libre al cabeceador (Roger) que venía desde la segunda línea, o jugadas de pillo de calle en la que el lateral derecho (Chica era el actor en este caso) acudía presto al banquillo para solucionar un problema en su bota, libre de marca por supuesto, y arrancaba en sprint cuando nadie lo esperaba para recibir el balón en la inmediaciones del pico del área y terminar la jugada con un centro sin oposición.
Todo esto habla muy bien del cuerpo técnico del Real Valladolid, para desgracia de sus rivales, a los que les va a costar saber qué zonas defender en los córneres dada la variedad presentada en tan pocas jornadas.
De la misma forma que se cuida el detalle en el balón parado, también se hará con el balón en movimiento, es decir con el modelo de juego posicional implantado. Es una hipótesis, porque Rubi, al igual que Guardiola en el Barcelona, realiza todos los entrenamientos importantes de la semana a puerta cerrada.
Contra el Tenerife se vio por primera vez esta temporada cómo el Valladolid superó claramente al rival en varias fases del partido convirtiendo la amplitud en profundidad, por ambos carriles exteriores, con desdoblamientos de los laterales en los momentos adecuados. No obstante, el equipo sigue encontrando demasiadas trabas por dentro que dificultan que el rival acabe siendo atraído hacia el eje central para luego sorprenderlo por fuera.
Falta asumir un poco más de riesgo en la salida de balón para desestabilizar al equipo contrario. Con Javi Varas, y su seguridad en el manejo de los pies, muchos más saques de puerta se inician con pases en corto. Los centrales, Marc Valiente y Jesús Rueda, son habitualmente los receptores de estos pases. El problema radica en que a partir de ahí ninguno de los dos consigue superar con facilidad la primera línea de presión rival dejando en ventaja a algún compañero libre. En la gran mayoría de las ocasiones bastaría con que condujeran el balón en velocidad hasta dividir el pase cuando les saliera un adversario, provocando en ese momento la presencia de un hombre libre (normalmente un mediocentro o mediapunta) entre las líneas contrarias. Por el contrario, Valiente y Rueda lo que suelen hacer es pasarse el balón entre ellos o con los laterales y tratar realizar un pase hacia adelante cuando ningún rival trata de evitarlo, sin obligar a que nadie salga a por ellos y así comenzar a construir las superioridades desde atrás.
La lesión de larga duración de Roger va a modificar los planteamientos de Rubi. Por las características de lucha y entrega del delantero valenciano, la presión tras pérdida adelantada se va a resentir. No es que el Real Valladolid la estuviese ejecutando a la perfección, pero sin su exponente más destacado se antoja complicado realizarla con éxito. Roger, desde su posición de delantero centro, inducía positivamente a sus compañeros de equipo en la transición ataque-defensa, ya que todos le veían correr.
1.- El Real Valladolid posicional (Septiembre 2014)
* Daniel Juan Sánchez es entrenador.
– Foto: Real Valladolid
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