“Empecé de portera porque no quería correr, y ahora me harto a correr más que nadie”, comentaba entre risas el pasado mes de julio durante la Eurocopa Sub-19 de Turquía. Es Lola, la guardameta del Atlético de Madrid Féminas y durante varias temporadas fija en las categorías inferiores de la Selección española. Desde esta semana es internacional absoluta con España. Un talento natural de 19 años llamado a ocupar la portería de la Selección durante la próxima década. Carácter, alegría y ganas de mejora diarias la definen por completo. Y su historia, como tantas otras, comienza su andadura en el fútbol mixto, un balompié de acogida temporal para tantas y tantas chicas que luchan por un sueño imaginado a base de esfuerzo.
Comenzó en su pueblo con chicos, pasó más tarde tres temporadas en el Sevilla Femenino, una en el Sporting de Huelva y desde el pasado verano ocupa las redes del Atlético. En total, suma cuatro temporada en Primera División y no alcanza los veinte años. Fue elegida, además, Mejor Portera del Mundial Sub-17 (2010) de Trinidad y Tobago. Casi nada en este ámbito. “Dejas de crecer cuando olvidas de donde vienes”, es su lema, que le acompaña en forma de tatuaje todos los días. Gallardo es humildad. Aprendizaje sin fin.
Es uno de sus puntos fuertes. Alta y esbelta, es un apartado que todavía puede desarrollar debido a su edad. De aspecto remolón y divertido fuera del campo, es una delicia en el trabajo. Si no se conoce a la meta andaluza, ver una sesión preparatoria engancha y reemplaza con impaciencia a la llegada de la competición. Imponente bajo palos, posee una personalidad muy marcada que le convierten en una de las figuras más importantes del equipo. Otra de sus virtudes es, sin lugar a dudas, la concentración. Puede recibir apenas uno o dos disparos peligrosos a lo largo de un encuentro. Aparece, y a lo grande. Serbia, Inglaterra o Portugal sufrieron su elasticidad en el último Europeo Sub-19. Tiene margen de crecimiento natural, y es posible que veamos una portera con mayor masa muscular en los próximos años.
Gallardo pertenece a ese grupo de guardametas modernas, un aspecto cada vez más extendido en el mundo de la portería. No solo para, capítulo que merece especial atención, sino que ejerce de figura libre como cualquier otra jugadora de campo. Su dominio y uso de pies progresa de forma directamente proporcional al estilo de su equipo y de la Selección. Los balones no se rifan, se controlan y se juegan por bajo. La colocación es uno de los elementos más importantes de su repertorio, así como la capacidad de elección según el momento. Es sobria en el área y su constante actividad verbal para animar, dar aliento y poner orden son el arte táctico de una figura con gran futuro. Sus números refrendan el trabajo: a estas alturas de campeonato ha recibido cerca de un 60 % menos de goles que la temporada pasada.
Hacer referencia al apartado técnico de Lola Gallardo es hacerlo a sus reflejos, a la agilidad derivada de los mismos y a su valentía y buen hacer en el juego aéreo. Este último aspecto tiene margen de mejora. Se crece a lo largo de un partido y la espectacularidad en muchas de sus paradas tiene como respuesta la mezcla de aspectos físicos y técnicos. Saca balones difíciles a bocajarro; muchas veces se vuelve omnipresente ante los asedios. En los últimos tiempos está mejorando sus habilidades a la hora de atajar o rechazar lanzamientos de penalti. Es un talento natural y posee las condiciones necesarias para llegar a ser una de las mejores porteras del fútbol europeo.
* Carlos Hierro. En la web: bagatelasdeldeporte.wordpress.com
– Foto: Atlético de Madrid
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