Arsène Wenger: “Él (Özil) es un grandísimo futbolista, con una calidad más que demostrada tanto a nivel de clubes como a nivel internacional. Lo hemos observado y admirado desde hace mucho tiempo, tiene todas las condiciones necesarias que busco en un jugador para el Arsenal”.
Las palabras del técnico alsaciano daban la bienvenida al big move del Arsenal. Mesut Özil será jugador gunner durante las próximas cinco temporadas tras una operación en la que la entidad londinense ha invertido casi 50 millones de euros, convirtiéndose en el traspaso más elevado de toda la historia del club y en el futbolista alemán más caro de todos los tiempos. Un traspaso récord que se cerró oficialmente en la última hora del mercado de fichajes.
La llegada de Özil supone para el equipo un salto de calidad en una de las líneas en las que ya tiene un amplio potencial. Era una oferta de mercado única para satisfacer a una hinchada desilusionada tras varios rechazos de futbolistas apetecibles. Mesut tendrá que deleitar a un Emirates que le espera como el fichaje más ilusionante desde Dennis Bergkamp.
Su fichaje también supone un golpe sobre la mesa autoritario del Arsenal en el aspecto económico. Tras varias temporadas teniéndo que despedirse de sus jugadores franquicia (Robin van Persie, Thierry Henry o Cesc Fàbregas) e incluso de segundos espadas válidos (Alexandre Song o Samir Nasri), obligando a Wenger a tener que recomponer verano sí y verano también parte de la columna vertebral en el equipo, este año no ha habido ninguna salida dolorosa, han retenido a Santi Cazorla, Theo Walcott o Jack Wilshere, que eran los futbolistas con mejor cartel del equipo, y se une a ellos Mesut Özil, que ejemplifica de la mejor manera los sacrificios efectuados en los últimos tiempos para hacer un fichaje de relumbrón. El Arsenal demuestra que tiene capacidad deportiva y económica para atraer a jugadores de élite y que a Wenger no le tiembla la mano a la hora de hacer una fuerte inversión, por lo que responden a dos de las mayores críticas que estaba recibiendo el proyecto en los últimos años. Mediáticamente hablando, la jugada le ha salido redonda al Arsenal.
Sin embargo, en el aspecto deportivo su fichaje arroja algunas dudas. Es una fuerte inversión por un futbolista que da un salto de calidad a una de las zonas mejor cubiertas y que quizá menos gasto económico debería representar. Se echa de menos en la plantilla a un jugador distinto al resto y que pueda aportar otras condiciones para que el Arsenal sea un equipo sumamente competitivo en todas las competiciones. El jugador más peculiar es Abou Diaby, que entre lesiones y lesiones ya no se recuerda cuál fue su última temporada sin pisar la enfermería. Un perfil con capacidad de brega, robo y buenas capacidades físicas sería bienvenido por toda la plantilla y sería un activo interesante. Ofrecería cosas que, a día de hoy, salvo el mencionado Diaby, nadie del Arsenal garantiza. Los Wilshere, Ramsey, Cazorla, Arteta y compañía comparten unas mismas características con Özil: jugadores asociativos, con un amplio repetorio técnico y facilidad para filtrar buenos pases. Y también responden a las mismas desventajas: defensivamente son futbolistas a los que les cuesta generar robos, uno de los mayores déficits del Arsenal la temporada pasada.
Otra de las posiciones más descompensadas es la del ‘9’, donde solo Giroud es el futbolista apto para un equipo que con la llegada de Mesut querrá batallar por la Premier League. Ahora mismo, el francés es uno de los mejores delanteros de la Premier, su comienzo ha sido fabuloso y por fin las estadísticas avalan su buen juego e inteligencia dentro del campo. Las alternativas son el jovencísimo Yaya Sanogo o el repudiado Nicklas Bendtner. También se podría tirar de parches como usar a Podolski en una posición en la que su rendimiento cae bajo mínimos, o a Theo Walcott, que cambiaría parte de los ideales del conjunto gunner para tratar de sacar su máximo potencial. A día de hoy, Olivier Giroud no tiene un claro competidor por el puesto tras la negativa del Chelsea de ceder a Demba Ba.
En la retaguardia, la plantilla va corta de efectivos. Únicamente hay tres centrales natos, que son Mertesacker, Koscielny y Vermaelen. Dejaremos al último como una incógnita porque la temporada pasada rindió muy por debajo de su nivel y este año no ha podido hacer una pretemporada normal y corriente. El que será el cuarto será Bacary Sagna, lateral derecho que ha dejado buenas sensaciones en su nueva posición pero que no deja de ser un parche para momentos puntuales. Si el central belga no recupera el nivel que se espera de él, Bacary podría incluso pasar a ser el tercer defensor del equipo. La línea defensiva está ahora mismo expectante y espera acontecimientos para saber si era necesario o no traer a un defensa más.
Özil es un fichaje excelente a la hora de abarcar portadas de tabloides ingleses y acallar las críticas sobre que el Arsenal se estaba convirtiendo en un equipo vendedor y casi sin capacidad adquisitiva para hacerse con futbolistas que ya han demostrado su calidad en entornos de máxima exigencia. Eso es lo positivo que deja su llegada. Lo negativo es que en el ámbito deportivo han faltado un par de refuerzos para aumentar el nivel general del equipo, cuya mejora se queda a medio camino. Habría sido un excelso fichaje si se hubieran saciado antes las necesidades del equipo, y podría haber sido la guinda del pastel. Ahora queda esperar acontecimientos y al próximo mercado de fichajes invernal. Solo Wenger sabe lo que va a suceder con más o menos certeza.
* Paola Cid.
– Foto: Reuters
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