Las cosas no estaban yendo bien con José Luis Mendilibar. El entrenador vasco llegó con una idea de juego que no pudo materializar en las sesiones de entrenamiento y en los partidos. Tras los años de perfeccionamiento defensivo por parte de Juan Ignacio Martínez, Joaquín Caparrós lo llevó al extremo, con los índices de posesión más bajos de Europa y defendiendo en área propia. La buena dinámica colectiva y Keylor Navas llevaron al conjunto granota a realizar una notable temporada, pero gran parte de la hinchada reclamaba una evolución en la manera de jugar.
Mendilibar, pues, buscaba ir un paso más allá y hacer evolucionar el estilo levantinista. Para ello, los tres principios básicos eran el movimiento constante en la fase ofensiva en busca de receptores de balón; la defensa adelantada, más cerca del centro del campo que del propio área; y la priorización de la posesión ante el balón largo.
Pero para que toda propuesta se lleve a cabo debe haber una aceptación por parte del grupo de jugadores. El Levante U. D. no tiene una plantilla confeccionada para ello y, tanto por costumbre como por características de los jugadores, el cambio o evolución no pudo materializarse. Mendilibar dejó muy buenas propuestas y ayudó a que jugadores jóvenes como Iván López, Toño o Camarasa se asentaran como activos muy válidos de rotación. Los jugadores veteranos, en cambio, sufrían más. En vistas de que en Primera División no hay tiempo que perder, Quico Catalán y Manolo Salvador apostaron por la línea continuista a Juan Ignacio Martínez o Caparrós. El cambio tendrá que esperar. Es el turno de Lucas Alcaraz.
Lucas Alcaraz es el entrenador idóneo para la situación que atraviesa el club granota. Se maneja bien en situaciones límite, con equipos en puestos de descenso que necesitan salir de él, y está acostumbrado a dirigir plantillas humildes similares a las de otros cinco o seis equipos de Primera cuya salvación depende de la adecuación del entrenador a su jugadores y su capacidad para extraer el máximo rendimiento de lo que dispone. Por supuesto, y este es el punto más importante, lo que propone Alcaraz convence a sus jugadores. Se sienten representados y cómodos. Este es el primer paso. Vemos qué está intentando hacer el técnico andaluz.
Para empezar, ha conseguido tener a toda la plantilla involucrada, con especial atención a los jugadores veteranos, los líderes del vestuario acostumbrados a dar un paso adelante cuando hay más dudas y nervios.
En la fase defensiva:
En la fase ofensiva:
El tiempo dirá si Lucas Alcaraz consigue su objetivo: hacer que el equipo levantinista juegue el próximo año en la máxima categoría del fútbol español. Será difícil, y como él mismo manifestó, en muchos tramos de la temporada “se sufrirá”. De momento ha conseguido dotar de orden y rigor táctico a un equipo que venía en una muy mala dinámica. El Levante U. D. sabrá competir, aunque aún necesita algo de tiempo. Los entrenamientos están siendo largos y duros, pero el equipo va interiorizando lo que quiere Lucas Alcaraz. El Levante U. D., de la mano del técnico andaluz, ha vuelto a sus orígenes, a lo que le hizo grande.
* Ismael Ledesma.
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