Levante U. D.: empezar de nuevo

por ISMAEL LEDESMA el 2 octubre, 2013 • 16:38

El listón estaba alto. José Ignacio Martínez había llevado al Levante a los mejores años de su historia. En su primer curso consiguió que los granota jugaran competición europea por primera vez. El sexto puesto (mejor clasificación histórica del Levante en Primera División) hizo que durante la temporada pasada el escudo levantinista se paseara por los campos de Europa. Además de hacer un dignísimo papel en esta competición, el Levante no sufrió para mantener la categoría. Pero el cambio era necesario: un vestuario llevado al límite de sus posibilidades, dos años de éxitos inauditos y un clima algo enrarecido al final de la pasada temporada. JIM, con todo el cariño de afición, club y prensa, volaba hacia Valladolid. Y después de todo esto, Joaquín Caparrós.

LA PRIMERA JORNADA FUE MENTIRA

Hubo cambios profundos en la plantilla. Ballesteros, Barkero, Juanlu o Munúa, jugadores veteranos e importantes en el vestuario, salieron. Diop ha estado a punto de hacerlo e Iborra se marchó al Sevilla apenas unas horas antes de empezar la temporada oficial. Cuando tienes todos estos cambios, el entrenador es nuevo y tu primer partido es en el Camp Nou, es difícil salir airoso. El problema para el Levante en ese partido es que nunca dio sensación de competir. Contra los culés es básico cerrar los pasillos interiores y mantener las líneas juntas, cosa que no se hizo. Además, el Levante no salía al contraataque. El primer pase tras el robo del balón no estaba interiorizado (pocas veces se robó) y el Barcelona, que atacó muy bien, estaba bien posicionado para recuperar el esférico. Los equipos de Caparrós están bien trabajados y tienen alma y carácter. El Levante en el Camp Nou mintió. No era ese.

El fútbol volvía al Ciutat de València y el propósito del Levante era claro: competir. Y lo hizo. De hecho, podemos decir que el Levante jugó mejor en casa contra el Sevilla, contra la Real Sociedad o contra el Almería que en la única victoria hasta ahora: en Vallecas. Contra el equipo de Paco Jémez concedió demasiadas ocasiones de gol y se mostró poco agresivo en ataque, pero consiguió ganar en el descuento con un gran contraataque. En el resto de partidos, varios detalles:

En busca de la fiabilidad defensiva anterior. Decir que el Levante de JIM era un equipo defensivo se transformaba a veces en críticas, cuando realmente era una gran virtud. A partir de unos jugadores muy específicos y una grandísima organización defensiva, el Levante recibía pocos goles en contra (en relación al tiempo que le atacaban). Con el paso de los partidos se está mejorando en este aspecto, aunque Keylor Navas aún tiene que aparecer en demasiadas ocasiones. Para el futuro del Levante este aspecto es básico; seguro que Caparrós prefiere un 0-0 a un 3-3. Con el primer resultado el Levante estará más cerca de la victoria que con el segundo, ya que no es un equipo con los jugadores y el sistema para irse a altos registros goleadores.

Vyntra-Navarro, pareja por consolidarse. Ballesteros era fundamental por su ascendencia en el vestuario, su liderazgo y su dominio del área, pero Lukas Vyntra y David Navarro se están consagrando como una pareja muy competente: potencial en el juego aéreo y mayor velocidad en el achique, aunque de menos calidad defensiva en el área que con Ballesteros-Navarro.

Dominar más situaciones de partido. El pasado año el guión de partido era claro: estar ordenados atrás, robar y lanzar el contrataque con la clarividencia de Barkero y la velocidad de Martins (hasta que se fue). Joaquín Caparrón parece querer tener más posesión del balón, aun sabiendo que contra algunos equipos esto es tarea complicada. Contra el Almería o la Real Sociedad se vio. Pese a esto, el Levante sigue siendo de los equipos con menos posesión de Europa.

Babá, el ‘9’ típico del Levante. Felipe Caicedo, Koné, Martins… Para el estilo de juego que prioriza el Levante, tener un delantero fuerte, rápido y potente es básico. Barral, aun siendo un gran jugador, no cumple este perfil, y a Nong se le verá más veces partiendo desde la banda. Poco antes del cierre de mercado el Levante pudo firmar la cesión de Babá Diawará, del Sevilla. Su situación recuerda la de Koné: son jugadores de perfil físico parecido que no jugaban en el Sevilla y necesitan aprovechar esta oportunidad.

Profundidad de plantilla (dentro de las expectativas) y polivalencia. A continuación adjuntamos un posible once titular (los primeros que se nombran en cada posición) y su rotación, pero cabe señalar que Sergio Pinto ha venido jugando como mediapunta, posición que también puede ocupar Barral. El Zhar, Pedro Ríos o Xumetra pueden cambiar de banda sin que apenas se note. El Adoua puede jugar como central y en el doble pivote.

EL PARTIDO CONTRA EL VALLADOLID: UN ENFRENTAMIENTO ESPECIAL

Volvía José Ignacio Martínez a la que fue su casa y, como no podía ser de otra manera, el Ciutat de València le recibió entre aplausos. El partido, más allá del 1-1 y el penalti fallado por Ivanschitz, dejó varios aspectos para resaltar:

Queda mucho para ser un equipo fiable en el ataque posicional. Contra diez y jugando en casa, al Levante le costó construir desde atrás. El papel de Ivanschitz en este aspecto debe ser clave, y el internacional austriaco aún no ha aparecido como se espera de él.

Falta de puntería. 17 disparos son muchos, pero que realmente crearan peligro en la meta de Mariño, fueron unos pocos. Babá necesita más ayuda en ataque.

Rubén García: joven y canterano, volvió a jugar y el equipo lo notó. Por una banda, por el centro… es un jugador diferente y puede suponer un salto de calidad para el equipo. Es internacional por España en las categorías inferiores. Irrumpió con fuerza la pasada temporada y este tiene que ser el año en el que se asiente. Tiene un grandísimo futuro si da un paso adelante, y el Levante solo será su plataforma.

Todo proyecto nuevo necesita su tiempo y el Levante de Joaquín Caparrós no es una excepción. Con el paso de las jornadas iremos analizando las mejoras en el juego, las variantes tácticas y los aspectos negativos. Si por algo se caracteriza Caparrós es por ser un técnico intervencionista. Esto es solo el principio.

* Ismael Ledesma.

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– Foto: Kai Forsterling (EFE)