La gran estrella rumana de finales de los 70 y principios de los 80, justo tras el declive de Nicolae Dobrin y el despegue de Gica Hagi. Se pasó media vida en el ASA Târgu Mureş pero fue en el Steaua de Bucarest donde conquistó los trofeos más importantes de su carrera. También tuvo jugó en Bélgica y Francia y posteriormente ha ejercido de entrenador en numerosos países. Nacido el 11 de marzo de 1953 en Târgu Mureş (Rumania), jugaba como centrocampista. Futbolista zurdo y cerebro del mediocampo, distribuía el esférico siempre con criterio, tenía una gran finura y precisión en el pase y además poseía un chut magnífico desde lejos.
Sus primeros pasos como futbolista los dio en el Chimica Târnăveni en etapa juvenil. Se mantuvo hasta los 17 años, momento en el que fichó por el gran club de su localidad natal, el ASA Târgu Mureş. Por entonces, año 1970, el equipo militaba en la categoría de plata del fútbol rumano, pero una temporada más tarde ya se unió a los más grandes equipos del país.
Con Bölöni en el plantel acumularon casi tres lustros en Primera División con un subcampeonato y un tercer lugar como mejores puestos de la clasificación en 1975 y 1976, lo que les permitió participar en la Copa de la UEFA. En el vestuario coincidió con algún internacional Tricolorii como Nicolae Nagy, Iuliu Hajnal, Imre Biro o Árpád Fazekas, pero en 1984 decidió dar el salto al Steaua de Bucarest.
Dirigidos por Jenei hasta 1986 y Iordănescu en 1987, y con Ducadam, Piturca, Balint, Belodedici o Hagi allí saboreó la gloria de los títulos. Dos dobletes de Liga y Copa en 1985 y 1987 (anotó el gol de la victoria en la final copera) al superar al Dinamo de Bucarest y un año mágico, el de 1986, en el que también conquistaron el campeonato doméstico y además reinaron en Europa con la máxima competición continental y la Supercopa obtenida frente al Dinamo de Kiev con un gol de Hagi.
En la Copa de Europa la participación de Bölöni fue fundamental para eliminar de forma consecutiva al Velje danés al que anotó un tanto, el Hónved húngaro, el Kuusysi Lahti finlandés en cuartos y el Anderlecht en semis. En la final esperaba el F.C. Barcelona de Schuster, Carrasco, Archibald, Migueli o Urruti que era gran favorito. Sin embargo, un gran partido de Ducadam y la ineficacia culé llevó el partido a la prórroga y luego a los penaltis. Bölöni erró su disparo al igual que su compañero Majearu pero Lacatus y Balint sí materializaron sus lanzamientos para desesperación de los blaugranas que no marcaron ninguno. El Steaua se imponía por 2-0 en la tanda y levantaba la ‘Orejona’ en Sevilla.
El jugador zurdo dejó el Steaua al finalizar la temporada de 1987 y tras un bagaje de 97 partidos y 24 dianas, se marchó al fútbol belga, al modesto Racing de Bruselas. Allí jugó una campaña para hacer las maletas con destino a Francia. En el país galo se enfundó primero la zamarra del Créteil el curso 1988-1989 y luego la del Orléans, donde puso fin a su carrera futbolística en 1992.
Con la selección rumana fue internacional en 102 ocasiones consiguiendo un total de 23 tantos. En la actualidad es el quinto jugador con más partidos del equipo nacional, pero cuando disputó su último choque en 1988 era el futbolista que más veces había vestido la elástica Tricolorii y el primero en pasar de 100 duelos. Debutó en junio de 1975 en un encuentro clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Montreal ante Dinamarca en Bucarest. Jugó en otros tres partidos de calificación para el torneo e incluso se estrenó como goleador en uno de ellos ante Francia. Sin embargo. fueron superados por les bleus en el grupo 4 y Rumania se quedó sin acudir a la competición olímpica.
La Tricolorii pasó más de una década sin asistir a ningún evento futbolístico de importancia, pese a contar con Bölöni, Dumitru, Iordanescu, Georgescu o Cornel Dinu en el combinado nacional. El zurdo jugó encuentros en las clasificaciones para la Eurocopa de 1976, el Mundial de Argentina o la Euro de 1980, pero Rumania fue superada en la tabla por España en las tres ocasiones. En ese tiempo en los amistosos que concertaron con otras grandes selecciones tampoco obtuvieron grandes resultados pese a que Bölöni logró encadenar varios dobletes como ante Grecia en 1977 y Japón en 1982.
El primer gran éxito después de mucho tiempo se produjo en la calificación para la Eurocopa de Francia de 1984 con Mircea Lucescu como seleccionador. Encuadrados en el grupo 5 con Suecia, Checoslovaquia, Italia y Chipre, consiguieron 12 puntos y se ganaron el pasaporte al torneo. El centrocampista aún del Târgu Mureş en esa época brilló junto a Andone, Klein, Lung o Stefanescu y marcó tres goles vitales frente a Chipre en Huneadora y Limasol o Italia en Bucarest. En territorio galo se vieron las caras España, Portugal y Alemania Occidental y aunque únicamente cosecharon un empate frente a los españoles, gracias a un disparo raso de Bölöni, en los otros dos choques compitieron pese a que perdieron por la mínima.
Bölöni continuó vistiendo la camiseta amarilla rumana durante cuatro años más, pero nunca logró su objetivo de disputar un Mundial. En la clasificación para la Copa del Mundo de México 1986 Inglaterra e Irlanda del Norte les apartaron del sueño y dos años después también se despidieron de sus opciones de repetir presencia en la Eurocopa de 1988. El cerebro del Steaua disputó su último partido contra los Países Bajos el 1 de junio de 1988 y su gol número 23 tuvo lugar escasas fechas antes, en otro amistoso contra la RDA, en Halle, en marzo que finalizó con empate a tres tantos.
Su dilatada carrera como técnico tuvo de partida el Nancy francés a mediados de los años 90. Allí permaneció durante siete años en los que dirigió a Vincent Hognon, Cédric Lecluse, Mustapha Hadji, Wilson Oruma, Pablo Correa o Tony Cascarino y su principal éxito fue ascender al equipo a Ligue 1 en 1998. A continuación fue reclamado por la Federación de su país para entrenar a la selección, pero la experiencia no fue positiva y apenas estuvo un año en el cargo.
En 2001 fichó por el Sporting de Lisboa donde conquistó un fantástico doblete de Liga y Copa en 2002 gracias a jugadores como André Cruz, Paulo Bento, Jardel, Joao Pinto, Sá Pinto o Phil Babb. A mediados de la siguiente temporada fue despedido, aunque antes de irse dejó como legado el debut de tres enormes futbolistas de la cantera: Cristiano Ronaldo, Ricardo Quaresma y Hugo Viana. Regresó a Francia para tomar las riendas del Rennes, al que colocó en la mejor posición de su historia en un Campeonato de Liga, cuarto, y luego se sentó en el banquillo del Mónaco durante 20 jornadas en la campaña 2006-2007.
Tras una corta aventura en el Al-Jazeera de los Emiratos Árabes Unidos, con el que logró una Copa del Golfo en 2007, volvió a Europa y a Bélgica, concretamente al Standard de Lieja. Con ‘Los Rojos’ siguieron los éxitos y entre 2008 y 2009 amplió su palmarés como técnico con una Liga en la que superaron al Anderlecht en un playoff final y dos Supercopas. Bölöni contaba en ese momento con un plantel en el que figuraban Witsel, Mbokani, Benteke, Defour, Carcela-González o el estadounidense Onyewu.
En el año 2010 le fichó el Al-Wahda por una campaña y después ha peregrinado por el Lens, el PAOK, con el que completó un gran papel en la Copa de la UEFA del año 2011-2012, el Al-Khor qatarí donde estuvo tres años y el Al-Ittihad saudí.
En 2008 recibió de manos del presidente rumano Traian Băsescu, la Orden al Mérito Deportivo de su país.
* Alberto Cosín.
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