Selecciones / Eurocopa 2016 / Fútbol
Lass, el pulpo renacido
Lassana Diarra anunció hace tres años que no quería volver a jugar con la selección francesa,por discrepancias sobre convocatorias y tras una actitud injusta de la federación con el jugador nacido en París hace 30 años. Previamente a ello, su salida por la puerta de atrás del Real Madrid tras haber sido un pilar fundamental en el conjunto blanco, sus idas y venidas en cuanto a rendimiento y su frío temperamento le impidieron ser uno de los mejores box to box del fútbol europeo. Rusia parecía que terminaría con él, pero solo lo hizo parcialmente.
El multimillonario proyecto del Anzhi de Majachkalá le brindó una nueva oportunidad de ser futbolista. Lejos ya de su mejor nivel, el mejor Lass no volvió. Se esfumó en la República de Daguestán. Tras la crisis que asoló al Anzhi, Lass siguió en Rusia. Fichó por un Lokomotiv que pese a que le daría minutos en un primer momento, dejó de contar con él debido a su interminable plaga de lesiones –que le dejó prácticamente sin jugar en la última temporada–. Fue entonces cuando Míchel acudió a Lass y Lass fue en busca de Míchel.
El OM, que venía de una de las situaciones más convulsas de los últimos años –incentivada por la dimisión de Bielsa en la jornada 1 y las dificultades de Míchel en sus primeras semanas en Marsella– necesitaba un mediocentro que le diera rendimiento. La salida de Imbula rumbo a Portugal y de Lemina a la Juventus exacerbó la necesidad de buscar un centrocampista que ayudara a equilibrar la medular de un equipo con una media de edad bastante baja. Lass reunía las condiciones idóneas para ello, pero sus 13 meses inactivo y la presión de la afición del OM no auguraban un futuro fructífero para el jugador ni para el equipo phocéen.
Lass llegó junto a Diaby, otro futbolista de perfil similar, pero con más lesiones aún que su compatriota. Solo 67 minutos sumaron ambos la temporada pasada, un dato que evidencia que no parecían, a priori, jugadores llamados a olvidar a los Imbula, Lemina y Ayew.
Pero contra todo pronóstico, Lass se ha hecho amo y señor del centro del campo del OM desde el primer día que llegó. Su extraordinaria capacidad de liderazgo, su temple, el exquisito toque de balón y su incansable físico le han permitido rendir a la perfección en sus primeras experiencia en la Ligue 1 (con Le Havre disputó Ligue 2 antes de partir al Chelsea). Pese a ello, el rendimiento del OM no ha sido regular durante toda la temporada, en contraposición con el de Lassana.
Se habla mucho de Kanté, de Coquelin, de Gonalons, incluso de Imbula, pero a día de hoy, no hay un mediocentro francés que se pueda equiparar en cuanto a rendimiento al jugador del Olympique de Marsella. Lass, pivote defensivo sobre el papel, es un jugador que dribla con suma facilidad. Posee una velocidad que, combinada con su potente tren superior, le permite ser un dolor de cabeza para los rivales que deciden ir a presionarlo a campo contrario. Ya sea como primera vía de salida de balón o como llegador a la frontal del área para potenciar su fuerte disparo, el OM tiene en él un comodín para afrontar determinadas situaciones del encuentro.
LA MUERTE DE SU PRIMA
El pasado mes de noviembre acudimos a uno de los hechos más negros de los últimos años en Francia. El Estado Islámico mató en París a más de 100 franceses, entre los que se encontraba la prima de Lass. En esos momentos, Lass disputaba con Francia un amistoso ante Alemania –volvió gracias a Deschamps y su estima en él– y la muerte le pilló terminado el encuentro.
Muchos aficionados franceses pensaron que Lass ya no volvería a Francia tras los atentados de París –por el descenso en el rendimiento ante situaciones extremas como esta–, pero estaban equivocados. Lass comenzó a finales de 2015 a cimentar su liderazgo en el campo, demostrando que su inactividad la temporada pasada estaba más que superada. Para el recuerdo, sus lágrimas en Wembley tras sonar la Marsellesa en el Inglaterra-Francia que se jugó unos días después del atentado. A criterio de Deschamps, la muerte de la prima le ha reforzado a valorarlo todo, entre ello, el fútbol.
¿Cómo va a ser titular en la Eurocopa con la competencia que hay? Una de las preguntas más habituales entre los aficionados al fútbol es la de saber cómo un jugador defenestrado como Lass va a ser titular en la próxima Eurocopa. Basta con ver su último partido ante el Athletic Club este pasado jueves, donde lo robó todo, para comprobar que es un jugador en un estado de forma espectacular al que no le tiembla el pulso a la hora de ejecutar acciones arriesgadas, ya que su confianza se lo permite.
Francia es quizás una de las selecciones con más competencia en el centro del campo. Capoue, Gonalons, Mavuba, Coquelin, Sissoko, Schneiderlin, Cabaye, Imbula, Toulalan, Kanté –y los que me dejo– y el mencionado Lass luchan por ser uno de los tres privilegiados que disputen la Eurocopa de titular con el combinado francés. Deschamps ha sido justo y ha metido a Lass de titular en los últimos partidos de pivote, con gran resultado. Es un jugador con el que Pogba y Matuidi, descolgados siempre en ataque, tienen la confianza suficiente para incorporarse al ataque sin que su preocupación sea su acusada espalda, con la que tradicionalmente ha sufrido Francia en los últimos años. Lass siempre está ahí, en el momento idóneo para robar, y si llega tarde, recupera la posición con velocidad y zancadas muy marcadas.
Conociendo a Deschamps, el perfil Lass es necesario en Francia. Es un jugador que es un pulmón, que no se cansa nunca y que tiene un pase largo necesario para que Francia inicie transiciones, con y sin balón. Por lo tanto, es difícil pensar a día de hoy en una Francia sin Lass como eje del centro del campo.
* Andrés Onrubia.
– Foto: Olympique de Marsella
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