"Hay que recordar que quienes escriben para los imbéciles siempre tienen un numeroso público de lectores". Arthur Schopenhauer
La Copa Mundial de Futsal demuestra una clara diferencia de un perfil deportivo y filosófico entre Brasil y España, que disputarán la final. Y este antagonismo no se limita a este deporte, sino que también se puede ver en otros, especialmente en fútbol.
Un detalle que me llamó la atención para escribir este artículo fue la cobertura de prensa general y especializada, así como los comentarios de los aficionados. En España, por lo que pude observar, la mayor expectativa desde su debú frente a Irán fue evolucionar tácticamente, crear posibilidades colectivas, ampliando la cohesión en la cancha y hacerse más fuertes mentalmente para los partidos más difíciles que podrían llegar con el avance de la competición.
En Brasil se destacan las jugadas individuales, los goles de Fernandinho o cualquier acción de Falcao para humillar al oponente. No quiero decir que un estilo es bueno y el otro malo, o que hay policías y ladrones en esta historia. El objetivo de este artículo es sólo mostrar las diferentes culturas deportivas de estos dos países, que tienen la oportunidad de decidir la contienda mundial de fútbol sala el próximo domingo, una vez superados Colombia e Italia en semifinales.
En el país sudamericano, en su conjunto, siempre esperan la aparición de un individuo con talento que va a resolver las cosas por sí mismo. Y esto no se limita a los deportes. Las planificaciones y proyecciones colectivas no acostumbran a tener parte en nuestro trabajo diario en las organizaciones. Esperamos siempre un extra clase y no nos preparamos para su producción en serie.
Para un perfil histórico, e incluso rasgos antropológicos, siempre buscamos el predominio de lo ofensivo como prioridad en deportes de equipo. En una entrevista, concedida el año pasado, al pivote Wilde se le preguntó sobre la diferencia principal entre Brasil y España en el fútbol sala. Sin ningún problema, el delantero dijo: “En España, el objetivo es tener la posesión y el progreso consciente. En Brasil, el objetivo es terminar el ataque“. El discurso fue aprobado por el jugador Ari, también del Barcelona.
Javier Lozano, seleccionador español que consiguió los títulos de 2000 y 2004, explicó que la importación del brasileños en la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) jugó un papel decisivo en la fusión de estilos y permitió a los españoles aprender lo que les faltaba. Porque aquí, en mi país, seguimos valorando el aspecto individual y no preparamos una forma de juego para las generaciones futuras.
Claro que Brasil puede vencer a España el domingo y derribar cualquier argumento que se utiliza en este artículo. Es posible. Sin embargo, el objetivo aquí es discutir el legado deportivo dejado para las futuras generaciones y el avance de este deporte. Ya no mandamos en absoluto en el fútbol sala y dejamos de ser también una referencia en el fútbol. Es un cambio cultural difícil que tiene características históricas, pero algunas cosas tienen que cambiar para que Brasil pueda ser referencia en estos deportes de nuevo.
Por lo que podemos observar, España va a seguir por delante de nosotros como cultura colectiva, sin importar lo que pase estos días en Tailandia.
*Fernando Pacheco es Diretor de la compañía Penser Desenvolvimento Estratégico, ex-Periodista del Diário LANCE! y MBA en Human Resources Management.
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– Fotos: EFE
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