"El modelo de juego es tan fuerte como el más débil de sus eslabones". Fran Cervera
Bayern Múnich / Borussia Dortmund / Fútbol / Alemania / Crónicas 2013-2014
1.- “Ambos equipos tienen bajas, la diferencia es que ellos las pueden cubrir mejor”, había dicho Klopp en la conferencia de prensa antes del partido. Las bajas de última hora de Hummels y Schmelzer, unidas a las ya conocidas lesiones de Piszczek, Gündogan y Subotic, obligaron al Dortmund a tener que enfrentar a su máximo rival sin ninguno de los miembros de la defensa que los llevó a la final de la Champions. Manuel Friedrich, jugador retirado hasta hace dos semanas, ocuparía el centro de la zaga. Klopp tenía un durísimo reto por delante. Los últimos partidos habían dejado claro que aguantar replegado al Bayern durante noventa minutos era prácticamente imposible. Intentarlo con una defensa de circunstancias no tenía sentido. En cambio, el partido ante el Hertha había demostrado que los bávaros podían sufrir bastante si se los presionaba arriba. Por ello, Klopp decidió apostar por presentar su delantera titular, mantener su doble pivote y confiar en que entre los seis lograran alejar el partido lo más posible de su maltrecha defensa. A cuatro puntos de su rival, el Dortmund tenía que arriesgar. No le quedaba otra.
2.- Guardiola, en cambio, fue bastante precavido. “Si los dejas correr, estás muerto”, dijo Pep en la previa, y su planteamiento giró en torno a esa idea. El exentrenador del Barcelona realizó varias modificaciones en el mecanismo de salida de su equipo con el objetivo de que sus jugadores perdieran el balón lo menos posible atrás y quedaran mejor parados en caso de una eventual contragolpe rival. Lahm regresó a la posición de mediocentro y su presencia en el inicio de cada jugada permitió al Bayern superar la presión de los dos delanteros rivales con bastante facilidad. Por otra parte, Javi Martínez fue el centrocampista más adelantado, ocupando la posición de interior derecho. El español tenía la misión de tapar a Sahin, que tras la baja de Hummels había quedado como el único lanzador de su equipo. Guardiola quería evitar a toda costa que el Dortmund saliera rápido al contragolpe.
3.- Ambos detalles sin duda fueron importantes, pero la verdadera clave del primer tiempo estuvo en el tercer ajuste realizado por Guardiola. En los últimos dos meses, los de Pep venían jugando con falsos laterales. Rafinha y Alaba centraban su posición y se colocaban a la altura de los interiores, dándole a Lahm más alternativas para continuar el ataque por dentro. Este recurso le otorgó una infinidad de ventajas al Bayern en los últimos partidos, pero también lo hizo más vulnerable en la transición defensiva. Al estar centrados, los laterales quedaban muy lejos del extremo del otro equipo y cuando el rival recuperaba la posesión las dos bandas estaban completamente libres para lanzar un contragolpe. Guardiola sabía que ese punto débil ante el Dortmund podía ser mortal, así que le ordenó a sus dos laterales que se quedaran abiertos cuando su equipo sacara el balón jugado desde atrás. Sin duda el planteamiento más conservador del de Santpedor en lo que va de temporada.
4.- Con los laterales abiertos y Javi Martínez inusualmente proyectado hacia adelante, la única opción de pase por el carril central era un Kroos marcado muy de cerca por Bender. Donde solía haber cuatro, ayer había sólo uno, así que Lahm no tenía más opción que abrir el balón hacia las bandas, obligando a su equipo a enfrentarse una vez más al histórico achique lateral del Dortmund de Klopp. Guardiola ha venido introduciendo varios movimientos para superar esta situación, pero la gran mayoría gira en torno a la brutal capacidad de desborde de Ribéry. Sin el francés en el campo, los de Pep veían cómo la historia de sus últimos enfrentamientos con su máximo rival se volvía a repetir. Cada vez que Rafinha o Alaba recibían el balón estaban inmediatamente rodeados por jugadores locales. Además, al no tener que marcar a nadie por dentro, los pivotes borusser podían ayudar en el achique y ejercer aún más presión sobre los costados. El Dortmund robaba en la banda y salía a toda la velocidad hacia la portería de Neuer mientras el Bayern caía una y otra vez en la misma trampa. El Signal Iduna Park estaba encendido.
5.- Todo parecía sonreírle al Dortmund. Lewandowski ganó una infinidad de duelos aéreos haciendo que su equipo apenas extrañara la precisión en los balones largos de Hummels. Los defensores locales lanzaban pelotazo tras pelotazo para superar la presión del Bayern y el polaco los bajaba todos. Cuesta pensar en un mejor delantero para el juego directo en este momento. Su plasticidad y técnica para controlar hasta los balones más inverosímiles ya no sorprenden a nadie. Lewandowski volvió a ser, por mucho, el mejor jugador de su equipo.
6.-El Bayern no dejaba de sufrir en cada lance del partido. Los de Guardiola no lograron plantarse con continuidad en la zona de tres cuartos durante ningún lapso de tiempo de la primera parte. Pese a ello, las pocas veces que consiguieron superar la presión del Dortmund sembraron el pánico en la afición local. Friedrich nunca logró estar a la altura del partido y concedió espacios por todas partes. Los defensas del Dortmund dejaron claro desde el primer minuto que era la primera vez que jugaban juntos y no aportaron ni la más mínima sensación de seguridad. Por ello la percepción al descanso era que había sido un duelo bastante parejo pese a que el BVB había ejercido un claro dominio táctico durante toda la primera mitad. Guardiola había sido tan respetuoso con el Dortmund en su planteamiento que le había quitado la posibilidad a su equipo de presentarle verdaderos retos a su rival. Tenía que hacer ajustes.
7.- Si Pep había decidido pasar un poco del carril central en el primer tiempo, en el segundo decidió sobrepoblarlo. Javi Martínez pasó a jugar de mediocentro y Lahm ocupó la posición de interior derecho a la misma altura de Kroos. Luego, en el minuto 56, Götze ocupó el lugar de Mandzukic y pasó a jugar de falso nueve. La joven estrella alemana desempeñó a la perfección su rol, tirando constantes apoyos a la espalda del doble pivote rival y haciéndole la vida imposible a Friedrich y Sokratis. La ya dubitativa pareja de centrales del Dortmund nunca supo si seguirlo o mantener su posición, dejando a su equipo continuamente en inferioridad numérica en el centro del campo. Por último, Robben y Müller recibieron más libertad para moverse por todo el frente de ataque, y por momentos el Bayern acumuló hasta seis jugadores en el carril central. Boateng y Dante no tenían problemas para encontrar siempre a alguien libre en salida y la calidad en la circulación de balón se disparó. El Dortmund, arrinconado, apenas podía salir a la contra.
8.- Si Pep le había permitido a su equipo buscar pases por dentro era sólo porque contaba con Javi Martínez para corregir cualquier perdida comprometida en la salida, pero el juego del equipo tras la entrada de Götze había sido tan superior que el de Santpedor olió sangre y decidió jugársela. Thiago entró por Boateng y Javi pasó a jugar de central. Lahm volvió al mediocentro y comenzó a filtrar pases hacia la zona de tres cuartos con muchísima facilidad. El Bayern se juntaba por dentro, atraía marcas y la soltaba hacia afuera, donde los laterales recibían siempre libres. El Dortmund, totalmente replegado, ya no llegaba a las segundas jugadas y las posesiones visitantes se hicieron eternas. Así llegó el primer gol. Lahm condujo por el centro y abrió hacia Müller en la banda derecha. El ’25’, con tiempo y espacio para pensar, encontró a Götze sin marca en la frontal del área. 0-1 y éxtasis en la tribuna visitante. El Bayern estaba ganando en el estadio de su máximo rival por primera vez en tres años.
y 9.- Con la ventaja en el marcador, el Bayern decidió replegar y buscar un contragolpe. Klopp, desesperado, cambió a un 4-4-2 ultraofensivo que dejó muchísimos espacios atrás. Los visitantes no perdonaron y sentenciaron el partido. 0-3 y media Bundesliga en el bolsillo para los de Guardiola, que afrontan el último mes antes de la pausa invernal con una confianza y un margen de maniobra que el de Santpedor no hubiera imaginado ni en el mejor de sus sueños a principios de temporada. “Todavía no es mi equipo. Necesito tiempo”, había dicho Guardiola en su última conferencia de prensa. Ahora lo tiene.
* Ignacio Archondo.
– Foto: Reuters
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