"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Crónicas 2015-2016 / Internacional / Supercopa Europa 2015 / Fútbol
1.- Messi condiciona tanto el juego, que un análisis previo puede quedarse en nada y condicionar tanto el resultado como la crónica posterior. Cuando en la primera acción ofensiva favorable al Sevilla, Banega marcó de falta directa mientras ter-Stegen miraba el balón entrar, todo parecía indicar que el Barcelona necesitaría un nivel superlativo de Messi, que adelantó su pretemporada para noches como esta.
2.- Y el nivel superlativo llegó, pero no como esperábamos. Tras ese gol de Banega, que hizo buena la falta de Mascherano en el borde del área, Messi dispuso de dos en el otro campo, una cercana también al área y la otra alejada. En el minuto 15, el Barcelona ya ganaba 2-1. Messi convirtió las dos faltas por la misma escuadra sin que Beto, que se lanzó a ambas pero no llegó a ninguna, pudiera hacer nada. La importancia de lo psicológico: el Sevilla se adelantó en el marcador y tenía el partido donde lo quería. Pero Messi ni parpadeó. Y el encuentro era otra vez favorable al Barça.
3.- A todo esto, Rafinha jugaba en el lugar de Neymar -Pedro está más fuera que dentro- y Krychowiak bajó al central junto a Rami. Esta posición del polaco, condicionada por las bajas, fue clave porque el Sevilla perdió el centro del campo ante Iniesta y, sobre todo, Messi, que partía desde el extremo pero jugaba por dentro y dominaba él solo a Banega y Krohn-Dehli. Ayudó el papel de Rakitic, muy arriba, y el rol de Alves como extremo. Qué importante fue su renovación para el Barcelona.
4.- Los de Emery defendían en 4-4-2, con Gameiro e Iborra saltando a Mascherano y Piqué cuando entraban en campo rival. Su plan ofensivo pasaba por el balón largo a Iborra y la búsqueda de la segunda jugada. Pero Busquets y Mathieu, excelentes en las ayudas a Mascherano en la primera parte, no permitían que el exlevantinista pudiera habilitar con claridad a sus compañeros. La presión adelantada del Barcelona era coral, todas las líneas salían e incluso el propio Messi participaba del plan defensivo, ya fuera dificultando la salida a Krychowiak o Tremoulinas.
5.- El Barça lo tuvo claro. Donde antes había dos toques, ahora cuatro o cinco. Cada jugador sostenía el balón más tiempo que antes. Pausaban el partido e invitaban al Sevilla a salir. Y cuando lo hacía, Messi por dentro y balón al argentino. Rafinha también daba soluciones ofensivas, recibiendo de espalda, aguantando el balón y girándose para mantener la posesión.
6.- Llegó un gol de Suárez tras asistencia de Mathieu que fue anulado por fuera de juego. Y poco después, justo antes del descanso, el Sevilla dispuso de una jugada a balón parado que podía ser peligrosa y lo acabó siendo en su contra. El Barça se hizo con el balón, buscó rápido a Luis Suárez y el uruguayo definió ante Beto. Falló, pero una de sus mejores virtudes es la perseverancia y la paciencia -aunque no lo parezca- para dar el pase correcto en el momento justo. Esperó a que Rafinha entrara al área pequeña y, caño incluido, encontró al jugador brasileño para hacer el 3-1.
7.- El inicio de segunda parte del Sevilla no fue competitivo. Las pérdidas desde atrás y los pases horizontales con mucho que perder y poco que ganar permitían a Busquets jugar muy arriba, circunstancia que aprovechó Suárez para marcar el cuarto gol. El Barcelona olió la sangre y quiso ir a por el quinto, pero en un contraataque comandado por Vitolo, el Sevilla pudo recortar distancias. En esta ocasión le costó al Barcelona volver en la transición defensiva, y sobre todo lo hizo Mathieu cubriendo la zona central, donde ya estaba Mascherano, dejando solo a Reyes al segundo palo.
8.- Si el principio de la segunda mitad no fue bueno por parte del Sevilla, todo cambió con este segundo gol. Quedaba mucho por jugarse los de Emery empezaron a tener más el balón, martilleando el lado derecho, donde Alves no tenía suficiente con la ayuda de Rakitic. El Barcelona se había relajado y los de Emery lo tenían claro: ataque por la izquierda y centros al segundo palo, donde Mascherano sufre como central. En una de estas Mathieu hizo penalti y Gameiro lo transformó.
9.- Luis Enrique vio clara la debilidad en el lado débil del juego aéreo, y situó a Bartra junto a Piqué, pasando Mascherano al centro del campo con Busquets. Rafinha fue el jugador sustituido. Le respondió Unai Emery, dando entrada a Inmobile y Mariano Ferreira. En un saque de banda, Bartra quiso anticiparse a Inmobile cuando la jugada reclamaba guardar la posición. Perdió el balón y Konoplyanka a placer pudo rematar. El Sevilla había empatado un partido que parecía decantado para el lado catalán. El fútbol…
10.- Si bien el físico pudo afectar, el problema del Barcelona fue de orden defensivo y tensión competitiva. El Sevilla creyó que podía hacerlo, viendo que los culés, sin la batuta de Iniesta y con Messi algo más desaparecido, dejaban que los minutos pasaran sin competir. Luis Enrique descifró tarde la debilidad en el lado de Mascherano y un Mathieu que en ataque tuvo buenas incorporaciones, pero en defensa mostró sus problemas de concentración.
11.- El partido llegó a la prórroga y Luis Enrique dio entrada a Pedro por Mascherano. El Barcelona recuperó el control del partido asentando la posesión en campo rival, pero el Sevilla se mantenía sólido en defensa, dejando solo un jugador por delante del balón y con las dos líneas muy juntas. El Barça tocaba, pero era incapaz de crear peligro si no aparecía Messi, sobre el que el Sevilla se juntaba.
12.- El fútbol, como la vida, da muchas vueltas. No nos preguntaremos que quién escribe el guión de este juego, porque lo conforman los futbolistas. El partido podía acabar de muchas maneras. Una de ellas, era con una falta de Messi cerca del área. No anotó. Tampoco en el rechace de la barrera. Pero el despeje de Beto lo cazó Pedro. El jugador al que se relaciona con el Manchester United, y del que Robert Fernández, Director Deportivo del Barça, reconoció antes del partido que se quería ir.
13.- Pedro marcó, como lo hizo en Mónaco hace seis años, donde inició su círculo triunfal en el Barça, un círculo que muy probablemente ha cerrado esta noche en Georgia. Su oportunismo, o como dijo Mascherano al final del encuentro, la “varita mágica” con la que está tocado el jugador tinerfeño, ha dado a su equipo la Supercopa de Europa, igual que aquella veraniega noche de 2009 en Mónaco.
14.- Messi condicionó el juego durante muchos minutos, tanto en estático como en movimiento. El Barcelona perdió la concentración en el juego y el control cuando Iniesta fue sustituido. Y el Sevilla, con mucho corazón y siempre la misma arma ofensiva -jugada en la banda izquierda y centro al área- hizo aparecer la psicosis en la defensa del Barça, y mostró también la importancia de los tres cambios en un partido de estas características.
y 15.- Iniesta levantó la Supercopa de Europa mientras Pedro miraba y aplaudía. Quizá recordando su decisivo gol, o haciendo un repaso a toda su carrera como blaugrana. Cerrando, con su varita mágica, un círculo que pasará a la historia del club.
* Ismael Ledesma.
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