La tormenta se queda en la isla

por ALEX ARGELES el 15 diciembre, 2012 • 19:56

1.- El Mallorca de Caparrós comenzó la temporada liguera de manera sensacional. Con un juego intenso, presionando muy arriba e impulsado por los goles del ariete israelí Tomer Hemed consiguió situarse en los puestos europeos durante las primeras jornadas. Pero el efecto Caparrós se ha ido diluyendo con el paso de las semanas y, a día de hoy, ya nadie se acuerda de las lesiones sufridas por Javi Márquez, Joao Victor o Nunes. Todo se convierte en una excusa cuando no ganas un partido desde finales del mes de septiembre y en el trofeo copero el Sevilla te endosa cinco goles.

2.- El Athletic de Bielsa vivió un sueño durante la primera mitad del 2012: la final de la Copa del Rey y la lucha por un título europeo 35 años después. Con un fútbol atractivo, vertical y vertiginoso maravillaron a toda Europa cuando eliminaron al Manchester United; pero el fútbol no tiene escrúpulos, y los leones acabaron la temporada con las manos vacías y la cabeza embotada. Los problemas se acumularon en verano. La salida de Javi Martínez por la puerta de atrás, la enquistada no renovación de Llorente y la egoísta decisión de Ander Herrera y Amorebieta de no operarse durante el verano de sus lesiones de pubis lastraron a un equipo que aún sigue sin estar recuperado anímicamente. Un bajón que se ha certificado esta semana con su prematura eliminación en la Copa del Rey a manos del Eibar y la vivida anteriormente en la fase de grupos de la Europa League.

3.- Con este panorama llegaron dos entrenadores de raza como Caparrós y Bielsa al Estadio Iberostar. Con la necesidad vital de puntuar para alejarse de los puestos de descenso y tranquilizar a sus respectivos entornos, donde empezaba a escucharse rumores de destitución. Dos entrenadores acorralados por las circunstancias y por los malos resultados. Bielsa reconstruyó su defensa haciendo debutar al canterano vasconfrancés Aymeric Laporte, un fino central zurdo, atrevido con el balón en los pies, pero aún falto de físico para el primer equipo. Un jugador con futuro, al que se le nota casta y que ya es capitán de la selección sub-19 de Francia.

4.- Caparrós mantuvo el bloque que naufragó en Copa contra el Sevilla. Un once amplio, que buscaba abrir las bandas con Giovani Dos Santos y las subidas de Nsue, un jugador que empezó de delantero y ha acabado de lateral. El entrenador utrerano propuso un partido intenso, presionando muy arriba para robar balones a la improvisada pareja que formaron San José y Ander Herrera. Un embudo en el centro del campo con Pina como piedra angular, que se hinchó durante la primera parte a cortar balones. Los centrales del Athletic eran incapaces de conectar con los hombres de arriba.

5.- Cuando menos aparecía el tridente Muniain-De Marcos-Susaeta, este último se sacó un centro perfecto al segundo palo. Allí esperaba el único jugador que está rindiendo a su máximo nivel: Aritz Aduriz se coló a la espalda de Nunes y remató cruzado, consiguiendo su décimo gol en Liga en apenas quince remates intentados. Un verdadero destello del pasado, cambiando la melena rubia de Llorente por los perfectos testarazos de Aduriz. Caparrós se descomponía en el banquillo, sufriendo uno de esos goles que vienen de un error defensivo y que a él le duelen especialmente.

6.- La reacción del Mallorca fue buena en cuanto a elaboración, pero nefasta en la finalización. Aumentaron la presión y tomaron el control del partido. Gorka Iraizoz tuvo que hacer uno de los mejores partidos de la temporada para salvar los lanzamientos parados de Dos Santos y la constante presencia en el área de Hemed. Laporte y Ekiza cortaron casi todos los centros que el Mallorca colgó desde las bandas; para los demás estuvo la mejor versión de Gorka. El peligro rojiblanco se redujo a los escasos contragolpes dirigidos por Ander y finalizados por Aduriz. En los primeros 45 minutos premió la efectividad: un gol en un remate del Athletic Cub por más de una decena de ocasiones claras del Mallorca.

7.- La segunda parte tuvo un ritmo altísimo. El Mallorca arrancó mejor, pero Bielsa recolocó su medular y San José parecía estar mejor posicionando, taponando las llegadas de Víctor y Giovani. A los siete minutos, los locales volvieron a desaprovechar sus ocasiones. El pase de la muerte de Bigas lo desaprovechó Víctor Casadesús a portería vacía. Como casi siempre en el fútbol, perdonar es augurio de derrota.

8.- El cansancio fue haciendo mella en las piernas de los futbolistas y el campo se hizo más largo para los centrocampistas mallorquines. Poco a poco, el Athletic empezó a parecerse a sí mismo: con los jugadores moviéndose cuando no tienen en el balón y apareciendo por cualquier lado del campo. Ander Herrera cogió las riendas del partido en los minutos de mayor intensidad del conjunto vasco, dejando entrever el estilo que ya consiguió implantar El Loco Bielsa la pasada temporada. La inercia del resultado empujó al Mallorca a asumir más riesgos y desprotegió una retaguardia que hasta ese momento no había recibido peligro. Con más huecos, salió Ibai Gómez al terreno de juego y un centro suyo casi se convierte en el segundo en la cuenta de Aduriz.

9.- El partido se le hizo eterno al Mallorca. Caparrós sacó al campo a Martí y a Brandon, un canterano de 17 años que ocupó la posición de Dos Santos. El mexicano se marchó entre pitos por su intermitencia y porque aún siguen esperando al crack que les prometieron. Bielsa mandó replegar a su equipo y cerró el partido con la incorporación de Gurpegui al centro del campo. La consistencia defensiva fue el remate final para un Mallorca exhausto y falto de ideas.

y 10.- Con el decimoquinto lanzamiento de esquina del Mallorca se llegó al pitido final. Los de Caparrós merecieron el empate, pero la mejoría en defensa del Athletic fue suficiente para ahondar en la herida del equipo bermellón. Caparrós, el más necesitado de los dos entrenadores, prolonga la pésima racha y tiene pocas soluciones en su plantilla; mientras tanto, el público volvió a agitar sus pañuelos contra la terrible racha de los últimos meses. En cambio, la expedición de Bielsa regresa navegando en aguas más tranquilas a Bilbao, pero aún con muchos problemas que resolver, como el bajísimo rendimiento de Muniain, el desagradable caso Llorente y la alarmante falta de competitividad.