1.- El Mundial de rugby tiene un favorito claro: Nueva Zelanda. El torneo lo confirma. El recorrido de los All Blacks es fenomenal. Pierde a su gran estrella, Dan Carter, pero gana a un joven prometedor: Aaron Cruden. Su historia es apasionante: hace un año se estaba recuperando de un cáncer testicular. Hace tres semanas estaba de vacaciones, surfeando, pero la lesión de Carter le hizo interrumpir el placer y regresar al tajo. Juega con una personalidad arrolladora, pero a la media hora de la final se rompe la rodilla.
2.- La maldición de los Aperturas. Primero se rompió Dan Carter, probablemente el mejor 10 del mundo. A continuación, el segundo neozelandés, Colin Slade. Hubo que llamar de urgencia a Aaron Cruden, que se ha roto en la final. Y tuvo que salir Stephen Donald, el cuarto apertura black, también de vacaciones hace 15 días. En la final de consolación, el australiano Quade Cooper se rompió los ligamentos cruzados. En la final, al imprescindible francés Morgan Parra le han partido la cara dos veces y ha tenido que jugarla Trinh-Duc. Maldición del 10. Final con suplentes.
3.- El pronóstico es rotundo: Nueva Zelanda destrozará a Francia. Las dudas me las plantea @ASFerminDLCalle el viernes por la mañana: “Me parece que Francia saldrá con el cuchillo en los dientes y puede haber Maracanazo”, me dice. Hasta ese instante yo no tenía dudas. El torneo black había sido tremendo: continuidad, profundidad, confianza. El torneo francés estaba siendo lamentable, en la línea de los últimos años: gaseosa barata en lugar de champagne. Sólo contra Inglaterra había mostrado su talento. Su semi frente a Gales fue lamentable. Así que el pronóstico era rotundo.
4.- La realidad ha sido como intuía Fermín. Francia mordiendo, NZ desconocida. Piri Weepu no ha interpretado bien ni siquiera la Haka (McCaw eligió la Kapa O Pango). Con los nervios atenazando manos, cerebro y pie, el medio melé black ha protagonizado una actuación desconocida. Pese a ello, un ensayo de libro ha abierto la vía: touche que lanza Mealamu a 5 metros, rebota y desvía Whitelock y aparece Woodcock con su cuerpo de tanque para ensayar con facilidad.
5.- A partir de ahí, festival de errores con el pie de Weepu y gran superioridad black. Parecía que sí, que llegaba el tsunami. Alarma de tsunami. Pero se ha roto Cruden y NZ se ha diluido. Es cierto que Stephen Donald, el suplente del suplente del suplente, ha pasado un golpe y sumado el octavo punto, pero ahí ha terminado Nueva Zelanda. El resto ha sido de Francia.
6.- No sólo ha ensayado Dusautoir, transformado por Trinh-Duc en el 8-7 definitivo, sino que los franceses han creído en ellos mismos por segunda vez en el torneo. Quizás demasiado tarde como para borrar tanta tristeza en el juego. Pero honorable reacción, llena de coraje, percutiendo para continuar por atrás, retazos de aquel rugby-champagne que enamoró al mundo hace décadas.
7.- Durante larguísimos minutos, los All Blacks han estado KO. Literalmente. Equipo noqueado, absorto en la negatividad. La tensión, el miedo, la sensación de que habría Aucklanazo, que la historia les apartaría de los honores. La tensión del deportista, esa cortina pesada que nubla la vista y espasma los músculos. Nueva Zelanda era un guiñapo por la tensión.
8.- Weepu fuera. El 9 black ha vivido una pesadilla y Andy Ellis le ha sustituido para evitar que la final se escapara. Medios suplentes en los locales: sin glamour, pero con la lucidez necesaria para sobrevivir. Francia jugando a la mano, combinando con acierto, apuntando al triunfo. NZ encomendándose al oficio de dormir el partido. Lucidez, la virtud de encender una pequeña lucecita en medio de la oscuridad.
9.- Y así ha muerto la final, la de resultado más breve de la historia (8-7), la segunda vez en 20 años que Nueva Zelanda no llega a los 10 puntos en un partido (6-3 contra Australia el 24 de agosto de 1991). Entre la lucecita neozelandesa y la furia francesa. Mucho mejor Francia en la final, mucho mejor NZ en el torneo. Francia recibe la misma medicina que le propinó a Gales en las semis.
10.- La historia cierra un círculo pendiente. All Blacks ganaron en este mismo Eden Park en 1987 frente al mismo rival (29-9). Saldan una deuda con el oval. Francia pierde su tercera final (1987, 1999, 2011). El rugby le debe una.
11.- Rugby es respetar al rival, acatar al árbitro, luchar sin tregua, sonreir en la derrota, honrar al derrotado, ser honesto. El rugby es la vida. Larga vida al rugby.
y 12.- Próximo Mundial > 2015, Inglaterra, el rugby vuelve a casa.
– Fotos: AFP – Reuters – EFE
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