La suma y la resta

por MARTI PERARNAU el 4 diciembre, 2014 • 15:38

Los grandes equipos de la historia del fútbol se han construido a partir del efecto multiplicador de sus jugadores. El resto de los equipos, los que siendo muy buenos no alcanzaron la categoría de extraordinarios y fueras de serie, se construyeron a base de sumar y restar. Sumando virtudes y restando flaquezas. Todo entrenador inteligente comprende esta realidad: si no puede llegar a todo, si no es posible alcanzar el efecto multiplicador que solo se ha dado en contados casos a lo largo de siglo y medio de historia del fútbol, en este caso resulta sensato plantearse ecuaciones más sencillas.

El Barça de hoy es, de momento, un equipo “terrenal”. Quizás dentro de un tiempo consiga regresar al estado que alcanzó hace unos años, pero hoy aún no lo es. Consciente de ello, Luis Enrique plantea una ecuación en cada partido, intentando que lo sumado menos lo restado arroje saldo positivo. Lo es a menudo en el marcador y a veces también en el desarrollo del juego. Lo fue el domingo en Valencia en el marcador aunque no en el juego, probablemente uno de los menos productivos y más espesos de los últimos años. Su ecuación del pasado domingo fue muy evidente y el propio Sergio Busquets la verbalizó al terminar el partido: defender la espalda de Dani Alves. El entrenador dio prioridad a este factor, para lo que modificó la composición de todo su centro del campo, moviendo hasta tres piezas a fin de proteger el flanco derecho del equipo.

Luis Enrique está empleando el método de ensayo y error, habitual en los procesos de construcción de un equipo. En su propuesta inicial consideró que la aportación ofensiva de Alves podía resultar más positiva, en términos de sumas y restas, que los efectos negativos de mover a sus centrocampistas. El desarrollo del encuentro y la baja productividad de juego mostrada por el Barça evidenciaron un saldo poco positivo, pues pesó bastante más lo restado en el centro que lo sumado en una banda. Toca ensayar una nueva ecuación.