1.- Se acabaron los experimentos, las pachangas amigables veraniegas y de sopetón llega al Bernabéu la liga 2013-14. Así, sin presentación previa del equipo ni nada, todavía esperando por el arribo de Raúl a España. La aparente simpleza y comodidad de los encuentros amistosos transoceánicos previos a este sábado contrastan con la dificultad propia de la competición oficial, evidenciada en la multiplicación de las ganas de victoria del adversario y en la aplicación más concienzuda de éste de las ideas trabajadas las semanas previas.
2.- Y Mel tiene muy trabajado a su Betis. Media plantilla nueva y la idea, el germen del juego que los transportó a Europa hace tres meses sigue intacto. Los nombres cambian, la idea permanece, se estira y por momentos se mejora. Si bien es cierto que es mejor enfrentarse al Real Madrid ahora que a mitad de noviembre, ello no resta ningún mérito al concienzudo esfuerzo bético. Ninguna carrera carecía de sentido táctico, los movimientos de cada línea eran los necesarios y las fórmulas para atacar, las que hacían daño.
3.- El premio se le escapó, pero su labor sobre el tapete verde bien merecía algo más que una honrosa derrota para empezar la temporada. En los primeros días de competición, la precisión no es la ideal, los pases en profundidad son menos acertados que de costumbre, y de ahí que hoy más que nunca tuviera sentido la arriesgadísima línea defensiva implementada por Pepe Mel. Nueve fueras de juego que sacaron de quicio a Benzema, Cristiano y hasta a Morata. Uno se les escapó e Isco pudo encontrar a Karim para empatar el partido cerca de la media hora. La perfección, como siempre, era imposible, pero estuvo cerca.
4.- Que sea la primera jornada puede excusar a Modrić y Khedira de la incapacidad que demostraron para gobernar el medio del campo. Puede ser. Pero Carlo Ancelotti habría dado mucho por tener a Xabi Alonso desde el primer minuto en el campo. Croata y alemán estaban en la misma línea, ninguno delante o detrás del otro, sin ofrecer alternativas claras de pase para la salida fluida del balón ante la organizada presión verdiblanca. Cedrick y Juanfran cubrían los laterales y la unión de Verdú y Molina era suficiente para ahogar la creación blanca desde los centrales. Con balón, Nosa y Matilla campaban felices por el Bernabéu. Después de la lesión de Khedira, Casemiro hizo de cinco y liberó a Modrić, entonces mejoró el Madrid.
5.- El hombre de la cláusula de un euro convirtió el debut de Carvajal en un mal trago, al menos hasta el descanso. El lateral encontró un muro delante para mover la pelota y un sufrimiento a la carrera cuando le tocaba defender, como saboreó amargamente Sergio Ramos. Fue inocente al no querer cortar de raíz el brutal despliegue físico de Cedrick y así evitar una amarilla y liberó una autopista para que el congoleño se presentase al mundo con una asistencia de lujo a Molina, libre mientras Pepe cubría portería.
6.- Carletto no quiere contragolpear, quiere abandonar progresivamente el vértigo que caracterizó al Madrid mourinhista y construir con pausa y mimo las jugadas hasta llegar al gol. La materia prima ha llegado a la fábrica y es de primera calidad, pero la maquinaria todavía está en fase de construcción y engranaje. Una vez superada la primera línea de presión, las ideas escasean. Özil se acuesta en una banda para dejar hueco a Isco; se alejan uno de otro originando la nada. Cristiano la sigue esperando al pie o como mucho a la carrera, y Benzema se perdió mirando la bandera del juez de línea.
7.- La verticalidad viene arrastrada del puntilloso proyecto de Mourinho y eso depara impaciencia en la elaboración. Cualquiera de los peloteros que oteara el horizonte a pocos metros del área buscaba ya, sin prolegómenos, el pase definitivo, la asistencia de gol, la definición inmediata, cuando quizás la jugada pidiese regresar al origen y volver a empezar los enlaces. La asociación requiere, además de paciencia, un buen número de efectivos cerca de la zona de influencia con intención de participar en la jugada de combinación, algo que los puntas todavía no parecen haber asimilado.
8.- Se vio más a Diego López antes del descanso que al novato en la liga, que es Andersen. Sí, jugó Diego López y Casillas estuvo en el banco; habrá que esperar a los próximos acontecimientos para confirmar si es una medida esporádica propiciada por el palizón del viaje a Ecuador o si la decisión de Ancelotti es firme. Por cierto, y sin ánimo de menospreciar a Diego, le faltó seguridad y contundencia en los minutos iniciales en los balones por alto.
9.- Se fue el Betis al descanso con un empate que sabía bien pero que dejaba el estómago con sensación de vacío. La reflexión en el vestuario pareció ser amarrategui vistos los tres pasitos atrás que dio el Betis al saltar de nuevo al césped. El Madrid comenzó fulgurante, como en el primer tiempo, pero en la reanudación se mantuvo hasta el pitido final. Mel sabía que echándose tan atrás tanto tiempo corría más riesgos incluso que con su defensa adelantada y echó mano de Vadillo y Juan Carlos para animar a sus chicos a buscar el contragolpe, pero poco pasó desde que se marchó Cedrick.
10.- El Bernabéu ha visto mil y una veces la segunda parte de hoy. Insistencia, idas y venidas del cántaro a la fuente y victoria sufrida. Si hubiera sido un partido de Champions se habría mentado a la memoria de Juanito hasta la saciedad. Creatividad e ideas, más bien pocas, sólo ganas de ganar el primer partido de la era Ancelotti. Isco lo refleja todo. No le salió casi nada bien, como él hubiera deseado, pero se fue del Bernabéu con una asistencia de gol y el tanto de la victoria en lo que se tildará de debut soñado cuando no va mucho más allá de un partido normalito.
11.- Cómo echó de menos el Madrid el curso pasado al mejor Marcelo. Coentrão rindió a un nivel medio altísimo, sin ninguna laguna destacable en defensa ni siquiera en partidos grandes, pero no aportó ofensivamente lo que aporta el brasileño. Marcelo, a lo Alves en el Barça, apenas ocupó el lateral, sino más el extremo, muy cerca siempre de Cristiano Ronaldo, abriendo el campo, siendo una alternativa ideal de pase. Tres veces llegó con muchísimo peligro y a la tercera fue gol (con un remate de Isco más propio de Morientes). Su porvenir lo marcará su resistencia a las lesiones, pero el madridismo debe sentirse de enhorabuena por recuperar la sonrisa de Marcelo.
y 12.- Entró Morata por Benzema antes del gol de Isco. Apostó Ancelotti por el canterano en un partido que estaba complicado y Morata cumplió. Marcó un gol ilegal, se movió para recibir y aguantó los balones que le llegaron. Morata ha subido un escalón de influencia en el equipo y, si no llega Bale, podría incluso mejorar su estatus. El Bernabéu, con sus pitos al francés y la ovación al madrileño, lo tiene claro.
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