«Aquel jugador perteneciente al primer equipo del F. C. Barcelona que, habiendo sobrepasado los treinta años de edad, rinda de manera continuada durante una temporada a un nivel claramente inferior de aquel que le corresponde de acuerdo con su salario y estatus en el equipo abandonará el club a final de temporada.
Excepcionalmente, los jugadores que, no habiendo empeorado notablemente su rendimiento, sobrepasen la citada edad, sea previsible que inicien dicho declive a corto plazo y tengan un vínculo contractual de escasa o nula duración restante también abandonarán la entidad».
Esta ley la he escrito yo, pero no me la he inventado. Márquez, Henry, Milito, Villa, Keita o Abidal pueden corroborarlo. Al margen de gustos personales, cuestiones sociales y, en definitiva, de la particularidad de cada caso, esta medida se ha mostrado magnífica para el mantenimiento en el máximo nivel de la plantilla mediante su continuo rejuvenecimiento y la debida correlación de estatus y salario-importancia en el juego.
Sin embargo, ninguno de los anteriores, pese a su ascendencia entre sus compañeros, era un pilar irremplazable de la columna vertebral del equipo –quizá con la excepción de Abidal–, uno de los mejores jugadores de la historia del Barça, catalán, canterano ni capitán. Justo lo que sí son Xavi y Puyol, quienes constituyen la excepción a la citada norma.
En lo que se refiere a Xavi, aunque en la 2011-12 pudo discutirse, en la última campaña confirmó ajustarse completamente a los requisitos citados para abandonar la entidad. En cuanto a Puyol, pese a conservar un nivel alto cuando puede jugar, son tan numerosas sus ausencias –y tan nefastas sus consecuencias, tanto para la gestión del grupo como para la configuración de la plantilla– y tan difícilmente evitable su declive que también constituye una excepción. Sobre todo si se tiene en cuenta su situación contractual previa a diciembre.
Evidentemente, se trata de un asunto complejo que posee infinidad de matices que pueden dar la razón tanto a los que piensen de una manera como de otra. En un antiguo análisis más concienzudo e individualizado traté de explicar los motivos por los que esta norma me parece óptima, al contrario que sus excepciones.
Sólo el tiempo dará o quitará razones. Dependerá de la gestión que haga Martino, quien ha demostrado un enorme talento para devolver a un nivel alto a jugadores veteranos como Heinze o Maxi Rodríguez. El éxito o fracaso en la misma será uno de las claves que determine el devenir del Barça en la presente temporada y, por ende, su futuro como técnico.
* Rafael León Alemany.
– Foto: FC Barcelona
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