La recuperación de Javi Martínez

por MARTI PERARNAU el 24 septiembre, 2015 • 15:20

La proeza de Lewandowski acaparó todas las luces del enfrentamiento con el VfL Wolfsburg y, como es lógico, el regreso del jugador español pasó desapercibido, pero a Guardiola se le alegró el rostro aún más porque supone la recuperación de una pieza fundamental, como lo será pronto también la de Holger Badstuber.

Javi Martínez ha sido el gran ausente en la etapa de Guardiola en el Bayern. El defensa español solo ha conseguido jugar 2394 minutos en las tres temporadas de Pep: solo un 22,7 % del tiempo total que han ocupado los 117 partidos que suma el entrenador a día de hoy. Es un tiempo irrisorio y minúsculo para un jugador que el entrenador consideraba clave y fundamental para el juego del equipo bávaro.

En su primera temporada, Guardiola empleó a Javi tanto como pudo. Le hizo jugar con tendinitis en las rodillas o recién salido de una gastroenteritis. Incluso hizo aplazar la intervención quirúrgica que Javi debía sufrir en la ingle para poder utilizarlo durante la Supercopa de Europa contra el Chelsea (Javi marcó el gol decisivo en el minuto 123). Le hizo jugar todos los partidos importantes que pudo: en la final de Copa como puntal de la defensa de 3; o en Dortmund, cuando el título de liga parecía muy lejano, llegando a colocarlo hasta en cuatro posiciones distintas del campo. Javi siempre respondió positivamente. Pese a las serias lesiones que padeció durante el curso, acabó la temporada 2013-2014 con 2199 minutos disputados, 20 partidos como titular y 14 como suplente.

En la segunda temporada llegó la grave lesión de rodilla de la que solo se ha recuperado ahora, trece meses después de producirse. En estos trece meses únicamente ha podido sumar 195 minutos de juego, con dos partidos como titular y tres de suplente. Ni él ni Pep podían imaginar un balance más doloroso que esos 2394 minutos que acumula desde julio de 2013. Javi se ha perdido más del 73 % de los partidos de Guardiola y el entrenador ha maldecido todos y cada uno de esos minutos perdidos.

Porque Javi es esencial en la idea de Pep. Es el defensa agresivo, potente y concentrado que facilita la vida a los compañeros. Lo vimos el martes por la noche en el Allianz Arena. En cuanto salió él cambió el status quo del partido. El dominio en el juego aéreo del Wolfsburg se terminó. Hasta ese momento, Bas Dost había ganado sus 5 duelos aéreos, terreno en el que Jérôme Boateng no se maneja con tanta soltura. Con Javi se terminó dicho dominio, pues ganó los 7 duelos por alto que tuvo en el segundo tiempo y le dio la supremacía completa al Bayern en este terreno: 17 duelos ganados contra 11 del VfL.

La presencia de Javi Martínez aporta otra ventaja que apenas se aprecia, pero que resulta fundamental: libera a Boateng para sustituir a Xabi Alonso como pasador en largo e iniciador del juego. Para Alonso, la vida en la Bundesliga fue muy plácida en los primeros meses. Sencillamente, los rivales no le vigilaban y él podía cumplir su mejor papel: el de Quarterback. Recibía el balón de sus defensas, lo controlaba con el cuerpo bien orientado y lanzaba de inmediato un pase largo -vertical o diagonal- que cruzaba las líneas enemigas. El primer equipo que lo sufrió fue el Schalke 04 en Gelsenkirchen, donde Xabi dio un recital. Naturalmente, facilitado por el contrario. Como es lógico, los entrenadores rivales reaccionaron y dedicaron uno de sus atacantes a vigilar a Xabi Alonso, que después de unos primeros meses plácidos empezó a padecer marcajes severos que le impedían ejercer su tarea de lanzador. Entonces intervino Boateng, que ha crecido de forma soberbia en este ámbito, hasta el punto de que le podemos considerar casi al mismo nivel que Alonso: lanza excelentes diagonales, incluso con la pierna izquierda, y sobre todo ha aprendido a superar las líneas rivales con pases verticales, rasos y tensos que Lewandowski o Müller reciben como regalos.

Javi Martinez

Por descontado, el martes Dieter Hecking dedicó uno de sus atacantes a vigilar a Xabi Alonso: fue Max Kruse, cuyo mapa de evoluciones, resumido en un círculo en el círculo central, demuestra que su misión principal durante el partido consistió en cerrarle el paso a Xabi para evitar que repitiera lo que le hizo al Bayer Leverkusen: el pase del Quarterback a Douglas Costa para que este corriera y centrara para la llegada de Müller y el consiguiente gol. El Wolfsburg consiguió evitarlo sacrificando a Kruse y redujo la participación de Xabi a solo dos pases largos acertados, una cifra ínfima para sus ratios. Más aún, el Bayern casi no pudo lanzar balones largos a los costados: solo el 5,5 % de sus pases fueron largos, la mitad que semanas antes frente al Bayer Leverkusen. Mérito de Kruse principalmente.

Pero entonces llegó Javi Martínez y toda la organización cambió. Alonso seguía inutilizado por Kruse, pero Martínez se ocupó del peligro por alto de Bas Dost y en ese momento Boateng quedó liberado para iniciar el juego desde atrás y lo hizo con acierto, bien apoyado por Alaba. Fueron los dos jugadores del Bayern que más veces tocaron el balón (114 y 112), los que más pases dieron (104 y 106) y Boateng se distinguió por acertar hasta 7 pases largos a sus compañeros, tanto los del exterior como los del interior.

Todo ello no habría sido posible sin la agresividad y la concentración de Javi Martínez. La noche del martes el mundo entero quedó boquiabierto por la exhibición rematadora de Lewandowski y el rostro de Guardiola fue suficientemente expresivo de dicho impacto. Pero esa misma noche ocurrió algo que puede ser aún más importante para el Bayern esta temporada y fue el regreso silencioso de Javi.