La Real Sociedad empezó la temporada 2012/2013 con la esperanza de aspirar a cotas más altas de las que se consiguieron en temporadas anteriores, en las que la permanencia en la Liga BBVA era el único objetivo. Para ello se reforzó con jugadores de gran talla técnica como José Ángel o Chory Castro. Junto a estas incorporaciones, la dirección técnica dirigida por Loren mostró su confianza en los canteranos que en la temporada anterior habían dado el salto al primer equipo con gran éxito (Iñigo Martínez, Illarramendi y Rubén Pardo, todos ellos internacionales en las categorías inferiores de la selección española).
El calendario marcaba un inicio de campaña muy complicado, al tener que visitar el Camp Nou en la primera jornada de Liga. Montanier decidió alinear un once muy defensivo, con el fin de no permitir a los azulgranas llegar a la meta de Bravo con facilidad. Instauró un centro del campo formado por dos futbolistas de corte defensivo y de poca calidad técnica como son Elustondo y Markel Bergara, con Illarramendi muy próximo, teniendo además la orden de, cuando su equipo consiguiera la posesión del balón, colocarse como falso mediapunta por el centro para poder asistir con garantías a los delanteros. Todo ello no fructificó, ya que la Real Sociedad apenas tuvo el balón durante el encuentro y el Barcelona pasó como una apisonadora por encima de los txuri urdin.
En los siguientes partidos Montanier se decantó por un sistema de juego con doble pivote (el 4-2-3-1), situando en él de manera fija a Illarramendi y Markel Bergara. Esta formación permitió el intercambio de posiciones entre mediapuntas y delantero de forma continua gracias a su polivalencia. El único jugador de la parte delantera que no es tan polivalente es Agirretxe, ya que su única opción es jugar como delantero centro, lo que le complica la posibilidad de contar con minutos porque debe competir con Vela e Ifrán. Por otra parte, sorprendió que Montanier confiara durante los primeros encuentros ligueros el lateral derecho a Estrada en lugar del hasta entonces titular indiscutible Carlos Martínez, pero este último, cuando tuvo la oportunidad, demostró que por su entrega y tenacidad merecía el puesto. El resto de la zaga, a excepción de lesiones y sanciones, se ha ido manteniendo inamovible con Mikel González e Iñigo Martínez como centrales y De la Bella como lateral izquierdo, relegando a José Ángel al banquillo. Los centrales están dando una gran seguridad al equipo. Iñigo es quien atesora mayor calidad técnica, por lo que es el responsable de sacar el balón jugado desde atrás. A pesar de ello, muchas veces se confía en el gran toque de balón que tiene el guardameta Claudio Bravo para que sirva balones largos a los delanteros.
El equipo se hizo fuerte en los primeros partidos en casa, ganando a Celta, Zaragoza y el derbi ante el Athletic, pero demostraba sus carencias fuera de casa al caer ante Mallorca, Levante y Betis. Jugaba a empujones y dependía mucho de las individualidades de jugadores como Prieto y Vela para conseguir puntos en cada partido.
Las dudas que suscitaba el conjunto no pararon de incrementarse a partir de la visita del Atlético de Madrid en la jornada ocho, ya que el equipo cayó derrotado en su feudo por un tanto de Falcao en el último minuto, quebrantando la imbatibilidad realista como local. Tras ello, un pobre empate en Valladolid y una derrota en casa contra el entonces colista Espanyol causaron una gran inquietud en la afición por el juego soso, previsible y demasiado conservador. Aquello provocó las primeras protestas desde la grada, desilusionada con el equipo y preveía una nueva temporada de lucha constante para no descender, ya que la derrota ante los catalanes dejó al equipo en la posición decimoséptima, a solo un punto del descenso.
La siguiente jornada, la undécima, no parecía ser la más idónea para resarcirse, ya que tocaba visitar La Rosaleda para enfrentarse a un equipo Champions como es el Málaga. Pero los donostiarras mostraron su mejor versión de la mano de la gran novedad en el equipo, Rubén Pardo, alineado a causa de las bajas de Bergara y Zurutuza. Realizó un gran encuentro y fue esencial para derrotar al equipo local por 1-2. Este resultado fue el inicio de una gran racha para el equipo realista, ya que desde entonces y hasta la jornada veintitrés el equipo solo ha perdido un encuentro, que fue en la visita al Santiago Bernabéu. Tras la victoria en Málaga, Pardo se afianzó en el doble pivote con Illarramendi y el equipo empezó a llevar la batuta de los partidos encerrando a los rivales atrás.
Además, Montanier ha conseguido dar confianza a Ifrán y el uruguayo está cosechando su mejor temporada en la Real Sociedad. Él da al equipo cosas diferentes de las que puede aportar Agirretxe. Sus características recuerdan a Saviola, ya que busca aprovechar su velocidad para irse de los contrarios y suele caer a la banda para combinar con los mediapuntas. El técnico francés suele rotar a sus delanteros dependiendo de qué jugador convenga alinear por las características del rival. Los únicos que parecen tener un sitio fijo en el once inicial son Prieto y Vela, que han demostrado ser fundamentales para la reacción del equipo. El mexicano es el máximo goleador del equipo, y gracias a su movilidad y gran disparo es un jugador perfecto para jugar entre líneas o como nueve falso. El dominio del juego que tiene la Real Sociedad en la mayor parte de los encuentros ha provocado que durante siete partidos consecutivos el rival se quedara en inferioridad numérica, lo que ha permitido al equipo donostiarra tener más espacios para combinar y crear jugadas de peligro.
En la jornada veinte, ante la visita del F. C. Barcelona, volvió al once inicial Markel Bergara en lugar de Pardo y el conjunto no solo no se resintió sino que consiguió derrotar al hasta entonces imbatido equipo catalán, demostrando ser ya un equipo hecho, con un engranaje que no depende exclusivamente de que se alinee a un jugador u otro. Pese a ello, gran parte de la afición exige que Pardo sea titular indiscutible, ya que este jugador goza de una calidad técnica inmejorable que le permite ser capaz de hacer asistencias inverosímiles además de poseer un gran disparo.
Esta gran racha de resultados ha hecho que la Real Sociedad esté luchando para clasificarse para la Europa League y no muy lejos de la cuarta posición que daría la posibilidad de jugar el año que viene la Champions League, situación que ilusiona a la grada txuri urdin, que ya sueña en conseguir, después de muchos años, el billete para competir la próxima campaña en Europa.
* Carles Nicolau.
– Foto: Juan Echeverria (Marca)
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