"Se llama genio a la capacidad de obtener la victoria cambiando y adaptándose al enemigo". Sun Tzu
Liga BBVA 2012-2013 / Análisis / Fútbol
La vuelta de la Supercopa de España ha dejado en el recuerdo para el Barcelona la primera parte en la que más claramente se ha visto superado en años, así como un segundo tiempo en el que, con un jugador menos, consiguió nivelar el encuentro y acercarse a la remontada. Más allá de la entrada de Montoya en el lateral derecho tras la expulsión de Adriano, quien se vio superado en el costado en el que no esperaba jugar, llamó la atención el buen funcionamiento del 4-4-1 que se pasó a utilizar.
En el mismo, Xavi estaba aún más cerca de Busquets de lo habitual, mientras que Pedro e Iniesta ocupaban las bandas de un modo menos fijo del que se suele ver en los extremos culés, en una posición también ligeramente más retrasada. Con ello se lograba que Andrés tuviera participación en la creación, así como la generación de espacios para la aparición por sorpresa de los laterales. También el canario disponía de más metros para desplegar su fútbol. Y al seguir Messi ocupando su plaza habitual, ninguno de los jugadores culés se encontraba en una posición incómoda. Más bien, todos estaban en una idónea, siendo los laterales los más beneficiados.
Y todo eso, con uno menos. ¿Cómo sería ese sistema con uno más? Tres opciones cabrían: 1) Song o Thiago cerca de Busquets reforzando la base y liberando a Xavi; 2) Cesc con total libertad de movimientos (como más le gusta); o 3) un delantero centro que fijara a los centrales (Alexis, Villa o incluso el propio Fàbregas). Ésta última se antoja como la más plausible dado que no habría extremos encargados de fijar, función básica.
Así, con las dos últimas opciones, podríamos ver al de Arenys de Mar o al Niño Maravilla, respectivamente, en el papel en el que más trascendentes se han mostrado. De no retornar el Guaje a su mejor nivel, ello se hace especialmente necesario dado que en el once tipo culé de lo que llevamos de temporada hay un gran jugador que no acaba de funcionar (Alexis) y otro de nivel superlativo que se queda en el banquillo por no encajar en el arquetípico 4-3-3 (Cesc).
Pep ya enseñó en la temporada 2009-10 que el club catalán puede funcionar a la perfección con un esquema similar al 4-2-3-1, generalmente utilizando la tercera de las opciones planteadas (con un 9) y en alguna ocasión también la primera (con Xavi en la mediapunta). Cabe recordar que antes que como falso 9, Messi empezó a desatarse como súper goleador con ese sistema, sintiéndose más cómodo cuando tenía por delante un punta móvil como Henry (rol que asumirían Alexis, Cesc o Villa) que cuando el mismo era más estático (Ibrahimovic). También que la mejor media hora del Barça de Guardiola, la que coincidiera con el mejor partido de la carrera de Almunia (ex guardameta del Arsenal), tuvo lugar con este dibujo táctico.
Sin embargo, cabe tener en cuenta que entonces el lateral izquierdo era un coloso defensivo como Abidal, y que Keita o Maxwell ocupaban la banda izquierda al estar Iniesta lesionado, por lo que el funcionamiento no sería idéntico. Con Andrés y Jordi Alba (o Adriano) cabría esperar mayor fluidez ofensiva y menor seguridad defensiva, si bien ésta última no tendría por qué ser inferior a la mostrada con el actual 4-3-3. Seguramente no se trate de cambiar el dibujo paradigmático culé cada 3 días, mas la mejor noticia que dejó el Bernabéu es que el funcionamiento puede ser igual o mejor con uno distinto en el que además habría sitio para la mejor versión de Cesc o Alexis.
* Rafael León Alemany. En Twitter, @_rafaleon_
– Fotos: AFP
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