25 de Febrero de 1.900.
Domingo de Carnaval. El día ha amanecido cubierto de nubes pardas que dejan caer, a intervalos, una ligera llovizna, acompañada de un viento que poco a poco va aumentando proveniente del sudeste. Hace bastante más frío que ayer. No invita el día para pasear ni mucho menos para ir hasta el antiguo velódromo de la Bonanova para hacer unas fotografías.
La revista semanal para la que trabajo, “Iris”, no lleva aún un año en la calle. Su primer número apareció el 13 de Mayo de 1.899 a un precio de venta de 25 céntimos por ejemplar. La publicación es esencialmente literaria con alguna nota de sociedad y actualidad, aunque por lo que se distingue es por lo cuidado de las ilustraciones, muchas veces coloreadas. De aquí el nombre de “Iris”.
Seguiría en la cama si pudiera en lugar de irme allá arriba a la calle Modolell justo al lado de los Ferrocarriles de Sarriá. Pero he quedado con el redactor Eduardo Calatrava para desplazarnos juntos. Como si no hubiésemos tenido bastante ya con ir el domingo anterior día 18. Suerte que el tiempo acompañó más que hoy y al sol se estaba bien.
“Foot ball”. A eso nos han enviado. Y para eso he debido salir a la calle aún con el riesgo de coger un resfriado. Maldita lluvia. “Foot ball”. Ese “sport” practicado por extranjeros y señoritos de buenas familias burguesas y algunos aristócratas corriendo tras una pelota enorme. “Foot ball”. Al que le han dado publicidad en esta ciudad “La Vanguardia” y “Los Deportes” especialmente, aunque claro, algunos de los practicantes devotos de este “sport” colaboran con ellos. “Foot ball”. Quién cree que esto interese a nadie si en cuatro días desaparecerá, tal y como ya ocurrió años atrás. Que cuando llegan los primeros calores, a mediados de abril, dejan ya de practicarlo hasta finales de septiembre no fuera que se acalorasen los “sportmens”. “Foot ball”. El “sport” al que los señoritos del Barcelona hoy no juegan pues es domingo de Carnaval.
Hoy juegan, a las tres de la tarde, un partido el “Football Club Català” y el “Escocés Football Club San Andrés”. El Català presume de poner hoy toda una alineación con gente española. Jugarán los socios Julián García, Fermín Lomba, Sanmartín, Busquets, Garcés, Valls, Artús, Vila, Valls y Soley. Aunque esto no es del todo cierto que este Soley es costarricense. Aunque igual los escoceses ni lo han percibido. Por el “team” escocés juegan los Young, Langlan, Mauchan, Denniston, Fallon, Black, Girvan, Barringer, Dykes y otro Black. El árbitro será el señor Hamilton.
Suerte tengo del amigo y compañero de “La Vanguardia”, Don Alberto Serra, que me facilitó las reglas de este “sport” y que llevo en el bolsillo para releerme en el tren, a ver si entiendo algo de este juego de pelota al pie.
“Foot-ball. Dada la progresión de este juego en Barcelona de algún tiempo á esta parte, y la celebración próxima de grandes matchs, uno de los cuales tendrá lugar el próximo domingo 24, entre el Foot-ball Club Barcelona y e! Foot-ball Club Catalá, creemos del caso Indicar algunas de las principales reglas á que se somete este atlético deporte.
Se juega en un terreno cuyas dimensiones máximas son 185 metros largo por 92 1/2 ancho, y las mínimas 85 por 47 1/2, respectivamente.
Este terreno rectangular está limitado por banderolas, y en el punto medio de cada extremo se levanta, una especie da puerta ó dintel formado por tres palos, dos perpendiculares y uno transversal.
El ancho de la puerta es de 34 pies y la altura mide 8 pies.
Se forman dos bandos de once jugadores cada uno de ellos, cayo objeto es hacer pasar la pelota por la puerta de sus contrarios, empujándola con los píes ú otra parte del cuerpo, excepto las manos y brazos. Estos once jugadores se reparten del modo siguiente en cada bando: 1 guardia de puerta (gool keeper), 2 defensores (Backs), 3 medio-delanteros (halfbacks), y 5 delanteros (forwards).
Las reglas principales que rigen son las siguientes: Al guardia de la puerta se le permite usar de las manos para 1a mejor defensa de aquéllas contra los que atacan intentando pasar la pelota, á la que procurará lanzar lejos de ésta, pero dentro del campo, cuando pueda cogerla.
Los defensores tienen por misión separar con buenos golpea la pelota de las cercanías de la puerta, y si se ven abrumados por el numero ó habilidad de sus contrarios, pueden empujarla fuera, del campo por los limites laterales, para así dar tiempo á que se replieguen los medio-delanteros, aspirando á la defensa.
Los medio-delanteros tienen posición de mucha importancia, pues juegan generalmente como defensores, aunque atacan también si las circunstancias lo requieren. Detrás de ellos siguen los defensores, de modo que si se les escapa la pelota por habilidad del contrario ó cualquiera otra causa, deben procurar impedir el paso y avance del adversario, cargando en último caso para dar tiempo á los defensores de su bando á que acudan.
Los empujes á la pelota deben tender siempre a entregarla á sus delanteros.
Estos son generalmente escogidos entre los más corredores y deben atacar siempre en su línea, sea derecha, Izquierda ó centro del campo. Se considera mala jugada la que realiza un delantero cambiado; esta libertad sólo se otorga al delantero-centro, generalmente capitán o director del partido. Cuando se vean atacados no deben vacilar en parar la pelota a un compañero de los que se hallan próximos. Deben procurar llevar siempre la pelota cerca de sus píes, pues con golpes fuertes sólo consiguen entregarla á sus contrarios. Al salir la pelota fuera de los límites laterales deben colocarse los delanteros del bando que la tira de manera que le sea fácil al medio-delantero arrojársela. Cuando el que la devuelve es del bando opuesto, deben colocarse para impedir que los delanteros de aquél la reciban ventajosamente.
Los tantos ó partidas se cuentan por el número de veces que pasa la pelota por la puerta.
El fallo del juez es final, decisivo é inapelable.
Se debe obedecer sin discusión á los capitanes respectivos del bando en que se juegue. Deben también evitarse las discusiones (lo más difícil en nuestro país), formulando lacónicamente las protestas, si las hay, al juez ó
capitán respectivo, esperando su fallo.
En este «sport», quizás mejor que en otros, «vale más mafia que fuerza», y aunque el juego sea un poco fuerte, cualquiera que disfrute de buena salud puede tomar parte en él.
Con las reglas enunciadas basta para formarse idea de uno de los deportes más animados é interesantes que se conocen.”
El pasado domingo fue peor. Se encontraron el “Català” y el “Foot ball Club Barcelona” en el velódromo. Y realizaron dos partidos. Pero no unos contra otros. No. Socios del Barcelona contra socios del Barcelona, uno, y el otro, socios del Català contra socios del Català. Que cosas. Y es que para disputar un encuentro no basta con encontrarse en el campo, cosa que cada vez sucede con más frecuencia, sino que deben haber tenido que pactarlo y anunciarlo con anterioridad. Y es lógico. Que las apuestas tienen su importancia. Me conformé con sacar un par de fotografías tan solo. Una de cada equipo. El Català de blanco y los del Foot ball Club Barcelona con ese atuendo tan llamativo de dos colores, azul oscuro y encarnado y el pantalón blanco. Aunque eso sí, su segundo equipo viste de blanco y por eso en la fotografía que hice se mezclaron ambas equipaciones.
Hoy espero realizar alguna fotografía del “match”, alguna en la que plasme a los “sportmens” corriendo tras el balón o en alguna de las muchas cargas existentes. Veremos cómo se da. Aunque dudo mucho que sirvan para algo más que para el próximo número de la revista. ¿A quien va a interesarle este juego?
Un fotógrafo con frío
* Josep Bobé.
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