1.- Atlético y Real Madrid empataron a uno en un partido que controló, o eso parecía, el Madrid durante los primeros 60 minutos, para irse difuminando después. El Atlético fue verticalizando su juego con los cambios y terminó embotellando al rival en su área en los últimos a base de tesón, explotando la banda izquierda y castigando la cantidad de minutos en los que el conjunto blanco amasó una posesión estéril y muy poco dañina para los locales.
2.- Rafa Benítez dispuso sobre el tapete un 4-3-3 con Casemiro como hombre ancla por delante de los centrales. El brasileño estuvo imponente. Se coloca francamente bien y ayuda a que el rival no tenga fácil progresar por dentro. Además, estuvo especialmente lúcido en los cambios de orientación. Con él, Kroos y Modric pueden jugar como interiores con más libertad. Casemiro jugó muy bien durante todo el partido, pero eso no significó que su equipo jugase igual de bien que él. Él cumplió la primera parte del plan, pero Kroos y Modric no estuvieron a su nivel en la producción ofensiva. Isco sufre en la banda derecha, alejado de su zona de influencia: corre a destajo, pero se desgasta en funciones defensivas y tiene poco peso en la generación de juego.
3.- El Cholo Simeone dibujó un 4-4-2 con Griezmann alejado del área en el costado derecho y Óliver Torres en la banda izquierda. Arriba jugaron de inicio el argentino Ángel Correa y Fernando Torres. Correa estuvo muy bien entre líneas. Fue el único argumento ofensivo del Atlético en los primeros 45 minutos, consiguió recibir en bastante ocasiones y causar problemas e incertidumbre a la defensa del Madrid. El problema principal del Atlético era que jugaba muy atrás; las recuperaciones de balón eran a 70 metros de la portería de Keylor Navas. Este hecho y el buen hacer de Casemiro como guardián de la morada blanca dificultaba cualquier posibilidad de mandar en el partido, con o sin la pelota.
4.- El Madrid se está convirtiendo en un equipo que acumula muchos minutos de posesión de balón, pero la pregunta posterior debería ser qué quiere hacer con él. Durante el primer acto ejerció un fútbol control para minimizar riesgos, con muy pocas llegadas claras, priorizando el orden tras la pérdida del balón, pero con muy poca profundidad. La mejor jugada fue la del gol. Carvajal rompió el ritmo de una jugada lenta con un magnífico autopase sobre Filipe Luis y un centro todavía mejor. Cristiano arrastró a los centrales y Benzema remató de cabeza completamente solo dentro del área.
5.- El 0-1 supuso una dosis extra de dormidina al partido. El Atlético era la sombra del equipo intenso, abnegado y agresivo de no hace tanto y el Madrid parecía a gusto instalado en campo contrario, balanceando la pelota de un lado a otro. Esa especie de armisticio se rompió con dos errores consecutivos de Sergio Ramos: uno en el pase delante de Fernando Torres y otro tras recuperar la posición y la pelota, porque no vio la llegada de Tiago y el portugués le robó el balón dentro del área. Ramos midió mal y le derribó claramente. El penalti lo lanzó Antoine Griezmann y encontró la soberbia respuesta de Keylor Navas, que adivinó el lanzamiento y desvió el balón a córner.
6.- El Madrid no se inmutó con el aviso y el Atlético tampoco fue capaz de envalentonarse ni revelarse tras el fallo del penalti. El descanso llegó bajo la sensación de que el Madrid dominaba con facilidad el partido. ¿Era una sensación o una realidad? Se había jugado casi sin áreas. Solo una ocasión clara para cada equipo. La del Madrid terminó en gol y la del Atlético la enmendó Keylor Navas.
7.- En la segunda parte, el paso de los minutos iba difuminando la silueta del Madrid. Kroos y Modric participaban menos del juego y ya no tenían la profundidad de Carvajal en la banda derecha porque tuvo que ser sustituido por un problema muscular. Arbeloa puede ofrecer otras virtudes en ese puesto, pero no la calidad ofensiva de Carvajal. Marcelo estaba instalado en campo contrario a una altura muy baja y desde ahí no sorprende, es menos Marcelo. El Atlético tampoco había mejorado en exceso, pero se podía intuir que, a poco que lo hiciese, el Madrid terminaría teniendo problemas.
8.- Rafa Benítez comenzó a realizar cambios. El mensaje era claro: seguía buscando el control. Primero entró Bale por Isco, sin modificar el sistema; minutos después metió a Kovacic por Benzema y ahí sí cambió del 4-3-3 inicial a un 4-4-2 unos metros más atrás para buscar el contragolpe con la velocidad arriba de Cristiano Ronaldo y el galés. El Atlético entendió que si no hacía algo distinto no iba a llegar a la orilla, y Simeone decidió incendiar el partido.
9.- El Cholo convirtió su banquillo en un mensaje continuo a la afición para que no decayese en su aliento. Y comenzó haciendo cambios con la intención clara de verticalizar el juego, buscar vértigo por los costados e intentar que la pelota acabase de la forma más rápida posible en el área del Madrid. En el descanso había entrado Ferreira-Carrasco por un Óliver Torres desaparecido en todo el primer acto. El canterano es menos jugador cuando no puede ver de frente el arco contrario porque pierde juego entre líneas y capacidad para filtrar pases. El segundo cambio que hizo tampoco tuvo un efecto inmediato. Dio entrada a Vietto por Correa, pero en un principio no pareció tener mucha trascendencia en el partido, aunque Simeone probablemente sabía la intención del mismo.
10.- La entrada posterior de Jackson Martínez terminó dando sentido a todo. El Atlético no elaboraba mejor, pero sí ocupaba mejor los espacios. El Madrid no tuvo respuesta, fue un equipo lánguido, cada vez más metido atrás. Simeone ordenó a Jackson que cayese a la banda izquierda y, junto a Ferreira-Carrasco, buscó el dos contra uno ante Arbeloa. Kovacic llegaba tarde a las ayudas y el Atlético terminó encontrando un filón por ahí. La jugada del empate llegó en un magnífico cambio de ritmo del colombiano. Su centro lo remató de tacón Griezmann y la pelota quedó muerta para que Vietto marcara.
y 11.- Para entonces, minuto 83, el partido ya estaba bajo los designios de la épica y ahí el Atlético estaba a gusto por primera vez. El Madrid no tuvo respuesta y solo buscaba contragolpes con envíos imprecisos en largo. Terminó pidiendo la hora y amparándose en un soberbio Keylor Navas, que hizo una gran parada tras un lanzamiento desde fuera del área de Jackson Martínez. Pudo ser el 2-1, aunque quizá tampoco habría sido justo. Ninguno de los dos equipos hizo un partido lo suficientemente bueno para merecer la victoria. El partido deja un punto para cada uno y muchas dudas en ambos de cara al futuro inmediato. El Atlético tiene que buscar la manera de activar todo el talento que tiene arriba y el Madrid cómo rentabilizar tantos minutos de posesión.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: EFE
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