La picadura del escorpión

por MARTI PERARNAU el 19 enero, 2013 • 22:11

1.- Montanier tejió una tela de araña en el centro del campo y el Barça se enredó en ella sin saber como salir del laberinto. Y eso fue así desde el primer minuto, no solo en el tramo intermedio del partido. Illarramendi, Markel Bergara, Xabi Prieto e incluso Griezmann ejercían mucha presión sobre Cesc, Xavi e Iniesta, buscando torpedear las recepciones. Y lo consiguieron desde el pitido inicial, lo que era augurio de una tarde complicada.

2.- El Barça salió con su once titular buscando apretar el cerco a la Liga. Teniendo por delante un ciclo largo de cinco días antes del compromiso de Málaga de Copa, no había ningún obstáculo para que los titulares pudieran jugar también el próximo jueves. Los hombres básicos del equipo incrementaron el volumen de carga del entrenamiento en la primera semana de diciembre y se encuentran ya en el tramo final del mismo. Es norma de la casa desde hace años: eneros difíciles., ejemplificados en la menor finura de un Messi, por ejemplo.

3.- La carga de trabajo no es la explicación de la derrota. Perdieron en el juego, no en el gimnasio; y decir lo contrario es confundir. Pero la carga existe y ya se han cumplido cinco de las seis semanas planificadas, adelantadas esta temporada con respecto a las anteriores. Pero el Barça ha perdido por juego y no por otras causas. Por no conseguir imponer su juego.

4.- No lo ha logrado ni siquiera cuando dominaba por 0-2, un marcador que también parece costumbre en Anoeta cuando lo visita el Barça. Tras un error de Messi en la finalización, noticiable por inaudito, el propio argentino ha roto el balance donostiarra tras recuperación de Iniesta a mal saque con el pie del guardameta Bravo. Engaño de Cesc, control suave de Messi, que se perfila y marca, por décima jornada consecutiva de Liga.

5.- Ni con ese gol, ni con el segundo de Pedro, ha logrado el Barça dominar el juego como le gusta y necesita. Y no lo ha conseguido pese a tomar una medida que en otras circunstancias habría sido definitiva: el retroceso de Iniesta al centro del campo para unirse a Xavi, Cesc y Messi. Sin ubicarse en su teórica posición de ‘11’, salvo para hacer daño, Iniesta se ha ido al medio para iniciar o para descargar, según hiciera falta.

6.- Ahí se ha encontrado con Messi, cada día más centrocampista en esa reconversión a nuevo propietario de la batuta, alter ego de Xavi. Las bandas eran para Alves y Alba y la punta de ataque quedaba vacía, excepto para las llegadas. Como siempre, vamos, pero más agudizado si cabe. El Barça buscaba juntar a sus mejores en zona media para superar la telaraña donostiarra. No ha acertado apenas a hacerlo y cuando lo consiguió fue aprovechando que la Real se adelantaba, hacía el campo largo y en cualquier pérdida lograba Cesc imprimir sentido vertical a su equipo.

7.- No todo era negativo en el equipo de Tito. Carlos Vela apenas era un náufrago agarrado a sí mismo contra los centrales barcelonistas, alejado de sus compañeros. E incluso viejas sintonías volvían a escucharse en el Barça: Xavi para la aparición de Alves, gol. Una acción cien veces repetida, una apuesta de mano ganadora a menudo. No era un mal Alves el de ese tramo, atacando con sentido aunque con ese punto de precipitación que siempre le ha caracterizado, incluso en sus grandes épocas.

8.- Lo más interesante de esa primera media hora, en que el Barça ha disparado además dos veces al palo, rozando la sentencia definitiva, ha sido el rol de Pedro como único atacante, ocupando todas las posiciones del frente, profundo, arrastrando defensas… Él solo contra cuatro, permitiendo a sus compañeros moverse en el centro del campo, avanzar en comandita y llegar como puñales cuando sonaba la corneta. Parecía el único remedio para superar la telaraña. Pedro está jugando de 9 líquido, algo más que el falso 9 que fue Messi hasta que Pep le reubicó en el centro del campo. Pedro es capaz de pasar por todas las posiciones de delante en dos segundos y cuando se mueve, abre autopistas.

9.- Pero ha sido poco remedio para el gran atasco en las zonas medias. Con el 0-2 a punto de ser 0-3, la Real logra superar a los centrocampistas visitantes. Llevaba muchos minutos separando a Xavi de Busquets hasta que consigue empujar hacia atrás al Barça: su peor pesadilla. Y de inmediato, una de esas basculaciones de lado a lado que tan mal defiende el Barça -especialmente Alves- le da oxígeno a los de casa, con Chori Castro batiendo a Valdés.

10.- Más que el marcador, el síntoma estaba en el control del juego: era de la Real y eso es sinónimo de sufrimiento barcelonista, equipo que se desenvuelve mal en defensa organizada. El Barça se defiende atacando y cuando no lo hace (o no puede hacerlo) padece un calvario, que es lo que le ha ocurrido en el segundo tiempo mientras estuvo con once jugadores sobre el campo.

11.- Apretado hasta las agallas, perdido casi todo contacto con el balón y expulsado Piqué, la pesadilla culé ha devenido mazazo con el gol en rebote desafortunado de Mascherano a disparo del Chori. El empate local era totalmente razonable: había logrado inclinar el campo hasta hacer caer al Barça. La Real parecía saciada, colmados sus objetivos del partido.

12.- En ese nuevo escenario, el Barça debía tomar una decisión e Iniesta lo ha decidido: ir a por la victoria. Coherente con el modo de jugar del equipo, se ha lanzado a por el gol del triunfo, chocando de nuevo con la perspicaz telaraña. Aunque Iniesta se ha puesto las botas de seda, ni Messi ni Xavi han estado a su altura para acompañarle en el desafío y durante media hora ha sido una percusión roma.

y 13.- En el último minuto, quien buscaba la victoria pudiendo firmar el empate ha encontrado la derrota. La Real esperaba bien agrupada, con sus redes cerradas de manera eficaz y la caña esperando. El Barça ha mordido ese anzuelo porque forma parte de su ser, como el escorpión no puede evitar picar a la rana en mitad del río. Está en su forma de ser. A este equipo lo parieron así y así morirá, ganando casi siempre, perdiendo alguna vez, dominando la mayoría de partidos, siendo sometido en algunos casos. Hoy ha sido uno de ellos.