"Cada acto de aprendizaje consciente requiere la voluntad de sufrir una lesión en la propia autoestima". Thomas Szasz
Hace unos días, como consecuencia de un artículo de Martí Ayats sobre la posesión, Martí Perarnau y yo mismo mantuvimos un pequeño debate en Twitter sobre el tema de la ortodoxia en el fútbol y si estaba bien vista. Martí Perarnau me comentó si me veía capaz de escribir un artículo, y aquí estamos.
Hoy en día parece que para escribir del tema, sea cual sea, hay que buscar palabras complicadas o adjudicar nombres diferentes a cosas que ya tienen uno. Si no lo haces así parece que seas un antiguo y que tus ideas están caducadas.
Somos muchos los que hemos utilizado, en los cursos de entrenadores, los libros escritos por Mariano Moreno cuando era director de la Escuela de Entrenadores de la Real Federación Española de Fútbol. Podrá gustar más o gustar menos, pero lo cierto es que los libros incluyen una definición de principios del fútbol (ofensivos y defensivos) y una terminología que no existe en muchos países. En el Reino Unido o en Estados Unidos hay muchas diferencias entre lo que unos consideran principios y otros no. Esto, como se dice muchas veces, no es ni bueno ni malo. Esto es verdad. A partir de ahí, seguro que se puede abrir un debate sobre si lo que hay es mejorable o rebautizable, que seguro que lo puede ser.
El Barça de Guardiola recibió parabienes y felicitaciones de todo el mundo del fútbol por la manera tan vistosa de jugar, a la que, obviamente, acompañaron los resultados. Si no, difícilmente habría llegado a tan alto grado de unanimidad. Más allá del juego posicional, del falso nueve, de la salida lavolpiana y de un montón de cosas más, lo que para mí, en el sentido estricto de entrenador, caracterizó a este equipo fue la aplicación más estricta de los principios del fútbol que hablábamos antes.
Vimos la temporización de Xavi, los desmarques (de ruptura, con Villa metiéndose por detrás de la defensa para recibir el pase de Iniesta; y de apoyo, con Messi cayendo para juntarse con Xavi y Iniesta y tener un tres contra dos); vimos apoyos, con Busquets llegando para incrustarse entre los centrales para la salida del balón, pero también lo que comentábamos de Messi; vimos conservación del balón (¡cómo no!); y vimos cambios de orientación (de derecha a izquierda y viceversa) y espacios libres y paredes (centenares de ellas).
Y esto, en ataque. En defensa vimos el pressing (¡y qué pressing!), las coberturas y pemutas entre Alves y Pedro o entre Piqué y Puyol, o vimos la anticipación y, conjuntamente con ella, la interceptación (¿Cuántos balones por partido se robaban?). Y la temporización (también la defensiva). Vimos cargas y entradas (Mascherano, Keita o Touré Yayá rebañando balones son clásicos).
Vimos todo eso en aquel equipo. Y muchas cosas más. Todo lo que acabo de poner son principios del fútbol. De los que explican los libros de texto de los cursos de entrenadores en España.
Sigo poniendo algunas cosas, textuales, de dichos libros:
Podría estar horas poniendo más cosas de esos libros. No creo que haga falta. De la misma manera que no creo que nadie se deba esconder por seguir y utilizar estos principios. Se puede ser genial o creativo haciendo las cosas de una manera reglamentada. ¿El extremo viene hacia dentro y el lateral dobla? Pues, vale. ¿El lateral por dentro y el extremo por fuera? También vale. Un mediocentro, un doble pivote, un delantero centro armario, un falso nueve, tres bajitos en mediocampo, un central de 1,75 m, extremos clásicos, extremos a pierna cambiada… Todo vale mientras se apliquen los conceptos, mientras no tengamos el equipo partido en dos, mientras sepamos qué hacer con y sin balón.
Todo esto (que lo hizo Pep en el Barça) es ortodoxia pura. Es lo que dicen los libros. No hay más. Ni menos. Que ya es muchísimo.
Que nadie tenga miedo de ser ortodoxo, de seguir los cánones. Cruyff dijo que lo más difícil era hacer las cosas fáciles. Y creo que tenía mucha razón. Inventemos lo que queramos, que la creatividad siempre es buena, por supuesto, pero no confundamos el tocino con la velocidad, ni la ortodoxia con el inmovilismo, que son cosas diferentes.
Sólo espero que, si algún día Guardiola lee estas líneas, me perdone por llamarlo ortodoxo. Los genios, genios son.
* Jordi Pascual es entrenador y Director Técnico del FS La Massana.
– Foto: EFE
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal