Louis Van Gaal ha conseguido dos grandes resultados en su regreso a la selección de Holanda. Pero ni el 2-0 ante la correosa Turquía ni el 1-4 frente a una atrevida Hungría pueden esconder que la nueva oranje está muy verde, sobre todo en defensa, y que se sigue sustentando en el talento de los veteranos Sneijder, Van Persie y Robben.
La sorprendente derrota por 4-2 en el amistoso ante Bélgica levantó ampollas en un combinado holandés que venía de perder sus tres partidos en la Eurocopa y necesitaba ganar autoestima. Ese negativo resultado, sin embargo, permitió a Van Gaal iniciar una revolución intensa en la que acabó de un plumazo con varios veteranos para dar la alternativa a los jóvenes.
Fuera del equipo quedaron Van der Vaart, Afellay, Van der Wiel o De Jong para hacer hueco a los nuevos internacionales absolutos Jordy Clasie, Martins Indi y Daryl Janmaat (Feyenoord), Leroy Fer (Twente), Ricardo van Rijhn (Ajax) o Adam Maher (AZ). El seleccionador de Holanda siempre se ha mostrado partidario, en todos los sitios donde ha estado, de dar oportunidades a los nuevos valores y poner en liza el sistema 4-3-3, olvidando el 4-2-3-1 de la época de Van Marwijk.
«La Federación me ha dado la premisa clara de jugar al estilo de la ‘escuela holandesa’, y con la calidad de este equipo tiene que ser así. En Holanda, donde juegan muchos de estos jugadores, se usa mucho este sistema», aseguró el técnico antes de medirse a Turquía. Caras nuevas, aprovechar a los futbolistas que están más en forma y hacer retoques suficientes para abandonar el antiguo camino.
Jugadores muy jóvenes reclutados con la idea de curtirlos de cara al Mundial de Brasil. La idea es acabar con los problemas defensivos de los últimos años. Pero las primeras pruebas no salieron nada bien. El central Martins Indi (20 años) es inexperto, a veces alocado. Janmaat (23) peca de lo mismo y pareció no poder superar la presión del Amsterdam Arena. Lo mismo le ocurrió a Willems (18). Todos ellos cometieron errores graves ante Turquía. Incluso Tim Krul (24), que parece haber ganado la batalla por la titularidad a Martin Stekelenburg, falló gravemente en alguna salida.
Al menos, los elementos introducidos en el mediocampo funcionaron mejor. Desterrado el doble pivote, Van Gaal juega con tres medios con buen trato del balón. Jordy Clasie y Kevin Strootman se reparten las tareas de destrucción mientras Sneijder se reserva exclusivamente para la construcción.
El medio del Feyernoord combina a la perfección con Strootman (22 años, PSV). El primero es agresivo, enérgico en la recuperación, y el segundo se descuelga habitualmente para llegar al ataque desde segunda línea, además de aportar trabajo. Sneijder es imprescindible en este equipo. Siempre controlando el juego, siempre clarividente, rara vez toma una decisión equivocada.
Arriba, el técnico holandés mantiene las dudas entre Van Persie y Huntelaar que vienen de la etapa anterior. Aunque Van Gaal ya ha dicho públicamente que prefiere al jugador del Schalke, le ha dejado en el banquillo en los dos partidos. Juntos no pueden jugar después de que el ex delantero del Arsenal y ahora en el Manchester United abandonara el extremo para situarse como 9. Con Robben (cuando no está lesionado) en la izquierda, el seleccionador oranje reserva la banda derecha para Luciano Narsingh (22 años, PSV).
Con estos mimbres, Holanda comenzó bien ante Turquía e incluso logró adelantarse en el marcador. Pero poco a poco, y probablemente por la inseguridad que transmitía su defensa, el conjunto neerlandés fue perdiendo confianza y se vio superada por un combinado otomano que desaprovechó buenas ocasiones y que acabó recibiendo el golpe mortal en el minuto 93 con un gol de Narsingh en una de las pocas apariciones que tuvo en el encuentro.
El conjunto naranja superó una prueba de fuego, aunque dejó una larga lista de debilidades. Quizás otro técnico habría aprovechado para cambiar cosas en el segundo partido, pero no Louis Van Gaal. Fiel a su estilo, mantuvo su planteamiento y solo relevó a los lesionados Krul y Robben y al veterano Heitinga.
Los partidos de esta nueva y atrevida Holanda son abiertos, sin control, con muchos espacios. Los imberbes futbolistas por los que ha apostado el seleccionador holandés sufren en cada duelo individual ante futbolistas más curtidos. Equipo muy vertical, sin más pausa que la que pone Sneijder. Quiere llegar muy rápido arriba porque sabe que la pegada es su fuerte.
En el minuto 2 la suerte ya le había sonreído. Mientras Holanda y Hungría aún se estaban acostumbrando al terreno de juego, Jeremain Lens recibió un pase de Narsingh que le permitió adelantar a su equipo. Tres minutos después, apareció de nuevo la debilidad defensiva de los holandeses para permitir empatar a los locales. Martins Indi erró en la marca y Clasie cometió penalti.
Luego, la selección de Van Gaal conseguiría el 1-2 a balón parado y ya en el segundo tiempo ampliaría el resultado hasta el 1-4 final, demostrando que en ataque no tiene la oranje los mismos problemas que atrás. Extremos rápidos, con desborde y llegada y dos delanteros centros con gol.
Van Gaal y sus ayudantes Patrick Kluivert y Danny Blind, deberán desear que los resultados les sigan acompañando mientras esperan que sus jóvenes pupilos vayan madurando con el tiempo y los partidos.
* David Ruiz Marull es periodista.
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– Fotos: Reuters
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