1.- La puesta en escena de Polonia en el partido ha sido magnífica, explotando todas las virtudes del sistema 4-2-3-1 que propone su técnico Smuda, especialmente la banda derecha. En los primeros veinte minutos el conjunto anfitrión ha hecho daño hasta tres veces por ese lado. Hasta que el partido cambió de directriz, Polonia fue un equipo agresivo, vertical, rápido y contundente, firmando un comienzo inmejorable en el primer partido del torneo.
2.-El avión Lukasz Piszczek, doblando a «Kuba» Blaszczykowski, se ha convertido en un puñal que ha rasgado constantemente la defensa griega, haciendo mucho daño al lateral izquierdo, Holebas. Con la colaboración inestimable del mediapunta zurdo Obraniak, aportando movilidad y apoyo constante, ha hecho mucho daño a Grecia en el primer tramo del encuentro. En la tercera aparición polaca por banda derecha, Obraniak asistió sobre la carrera de Piszczek, que la puso perfecta para el «ejecutor» Lewandowski, que marcó de cabeza en un gol «made in Dortmund».
3.- Grecia tiene opciones en los partidos cuando el ritmo es lento. Hace muchos años que una de la principales virtudes del fútbol griego es dormir los partidos: conseguir que pasen pocas cosas. Fernando Santos ha formado de inicio con su 4-3-3 habitual, con el habilidoso Ninis en la derecha, que ha pasado casi inadvertido. Mientras Polonia ha sido intensa, Grecia ha tenido pocas opciones de buscar al agente silencioso: Theofanis Gekas.
4.- El partido ha mostrado claramente lo que necesita cada selección para lograr sus objetivos. La necesidad polaca es ser un conjunto intenso, que apriete arriba, ya que sus mediocentros son de contención y en el juego elaborado sufren bastante. Les cuesta dar ritmo al juego (aunque Polanski ha distribuido con acierto, sobre todo en la primera parte). La necesidad de los griegos es tener el balón e imponer un ritmo lento que permita aparecer a sus jugadores de talento, que los tiene.
5.- En el estilo de juego que necesita cada equipo terminó imponiéndose el griego. La inverosimil expulsión al filo del descanso por doble amarilla del central Sokratis Papastathopoulus ha dejado a Grecia con diez hombres. Y ahí es donde los helenos han encontrado lo que su fútbol necesita. En la renudación, Polonia dejó de ser intensa y perdió ambición al verse con un hombre más. Se puede decir que el conjunto local ha tenido un efecto efervescente en el partido: mucho gas al principio y casi nada en el resto del mismo.
6.- Fernando Santos ha estado brillante en la reconstrucción de los diez hombres que le quedaban en el terreno de juego. Ha colocado a Katsouranis de central y dado entrada al bullicioso Salpingidis por un Ninis que ha pasado de puntillas por el partido. El efecto en el encuentro del extremo derecho heleno ha sido devastador. Ha empatado el partido, le han hecho el penalti que ha fallado Karagounis y le han anulado correctamente un segundo gol por fuera de juego.
7.- El tercer cambio del técnico portugués merece dedicarle un punto. Con Grecia ya mandando en el partido, ha dado entrada al centrocampista Kostas Fortounis por el delantero centro Gekas, pasando Samaras a ser un falso nueve. Fortounis se ha acostado cerca de la banda izquierda, cerquita de Karagounis, para tener más el balón. En la primera bola que ha tocado ha dejado a Salpingidis solo delante de Szczesny, provocando el penalti y la expulsión del portero polaco. Pese al fallo de Karagounis, el partido ya estaba diez contra diez, más fácil de controlar aún para Grecia que ya estaba siendo mejor en el diez contra once.
8.- La selección griega ha recordado a la de la Eurocopa de 2004. Se ha ido haciendo el dueño de la pelota, sobre todo con diez hombres, jugando con un ritmo pausado, teniendo mucha posesión y, sobre todo, consiguiendo anular cualquier peligro del rival, en este caso Polonia. Smuda no ha querido arriesgar con los cambios, quizá temeroso, tras observar que se le estaba marchando un partido que tenía ganado.
9.- Reconozco mi debilidad por los centrocampistas. El partidazo que se ha marcado el capitán griego Giorgos Karagounis a sus 35 años ha sido fantástico. Cuando Grecia juega al ritmo de Karagounis, no suele perder. Fue el jugador diferencial de su selección hace 8 años en la Eurocopa de Portugal, donde fueron campeones, y en el final de su carrera sigue siendo un jugador clave. Dueño y señor en todos los balones parados, marca siempre el ritmo pausado que le conviene a su selección. Y como le ha pasado a muchos de los grandes, también ha fallado un penalti.
– Foto: Reuters
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