A estas alturas de Liga, el Barça acumulaba hace un año cuatro empates y una derrota: 11 puntos perdidos sobre 39. Recordemos que cedió el título por 9 puntos ante el Real Madrid (100 a 91). Transcurridos doce meses, hoy suma 37 de 39 al haber concedido únicamente un empate, precisamente frente al Madrid. Así pues, un primer vistazo nos permite apreciar cómo ha cambiado el duelo de un año a otro: en la decimotercera jornada de la Liga 2011-2012, el Madrid sumaba 34 puntos por 32 el Barça. Hoy, en el mismo punto, el Barça acumula 37 (5 puntos más) y el Madrid 26 (8 menos). Las diferencias de rendimiento de uno y otro equipo son notables. De hecho, en solo trece jornadas el Madrid ha perdido más partidos que en toda la Liga conquistada, pues entonces cayó dos veces (Levante y Barça) por tres que ya ha cedido (Getafe, Sevilla y Betis).
Sin la menor duda, semejante diferencia de rendimientos debe atribuirse a numerosos factores, pero yo destacaría por encima de todos el desgaste emocional. El fútbol actual, con su carga de partidos cada tres días, genera un alto desgaste emocional, mucho más que físico. No se trata de que los jugadores no puedan competir dos veces por semana a causa del cansancio físico, sino que ello les genera una profunda fatiga cognitiva, especialmente si no están acostumbrados a ello. Pero incluso así, dicha fatiga siempre aparece, de ahí que sean imprescindibles las rotaciones durante todo el año. Mucha gente las cuestiona, en especial a principio de temporada, porque las interpreta únicamente desde el punto de vista físico: no, el desgaste es especialmente mental, de ahí que un entrenador consciente del problema incluso haga más rotaciones al inicio del curso que en el tramo decisivo, pues se trata de recorrer muchos meses evitando la aparición de dicho desgaste. En este sentido, resulta fundamental la profundidad de la plantilla útil: no de la plantilla en términos numéricos totales, sino de la auténticamente útil. A veces hay plantillas de 25 jugadores en las que apenas compiten de verdad doce o trece y eso las hace más cortas que otras con solo 18 futbolistas. En el caso que nos ocupa, las batallas entre Barça y Madrid de los últimos años han sido tan formidables que las secuelas tardan muchos meses en desaparecer: la mala actuación liguera del Barça en el curso pasado solo puede interpretarse desde dicha fatiga; el mal rendimiento actual del Madrid cabe interpretarlo de manera similar.
El Pep Team fue imbatible durante tres años, en los que sostuvo cientos de batallas enormes. El Madrid se empeñó en derrocarlo, para lo que apeló a todo. Los enfrentamientos resultaron cruentos y quien primero lo pagó fue el Barça, que física y sobre todo mentalmente palideció en el cuarto año de Guardiola, vacío el entrenador, agotados los jugadores. El Madrid lo está pagando ahora de forma cruda, justo cuando los barcelonistas vuelven a sentirse frescos y ligeros de mente. Y de piernas.
– Foto: Pierre-Philippe Marcou (AFP)
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