Hubo una época en la que nos comprábamos cromos. Incluso nuestros padres compraban la Interviú con la excusa de los imanes de sus jugadores de fútbol… Otros pintaban a sus jugadores preferidos en las figuras del pro-action-football y ansiaban la actualización de última hora de la Guía Marca con los últimos fichajes. La liga española era la mejor de Europa, había varios aspirantes al título y cada año llegaban fichajes que vendían camisetas antes de que eso fuese lo importante. Hoy la realidad es otra.
Los excesos de los noventa y de la primera década del siglo XXI son ya evidentes en la Liga de Fútbol Profesional (LFP). La temporada pasada fue la primera en los últimos veinte años en los que la liga obtuvo un beneficio considerable en cuanto a la relación compra-venta de jugadores. Este año va camino de seguir la misma línea, pese a que el Real Madrid pueda maquillar las cuentas a última hora con el fichaje de Gareth Bale. Si no lo hace, será la temporada con mayor beneficio de la historia de los clubes de Primera División. Un signo latente de que el fútbol está enfermo y algo está empezando a cambiar.
Desde la temporada 1989/1990, los clubes de Primera División de la LFP han gastado 1.587 millones de euros más de lo que han ingresado por traspasos de jugadores, un agujero negro para la economía de la mayoría de equipos.
Fue con la llegada de los años noventa cuando aparecieron en España las televisiones privadas. Estas cadenas apostaron por fuertes inversiones en la compra de los derechos de retransmisión de partidos y los clubes comenzaron a enriquecerse. Eso provocó un cambio en la política de fichajes de los equipos: empezaron a desembolsar cantidades astronómicas en estrellas extranjeras, apoyados por el colchón económico que ofrecían los nuevos contratos con las televisiones.
El fútbol se convirtió en un fenómeno televisivo con grandes beneficios publicitarios. Como consecuencia, la Liga de Fútbol Profesional fue conocida como La Liga de las Estrellas. Un claro ejemplo de lo que sucedió entonces fueron los fichajes de Denilson por el Betis, Romario por el Valencia o, primero, Bebeto y, luego, Rivaldo por el Deportivo de La Coruña. Algo totalmente impensable en los tiempos que corren, dejando al margen a Real Madrid y Barcelona.
El globo se fue hinchando. La burbuja inmobiliaria surtía a los bancos de fondos que facilitaban la llegada de los mejores jugadores del planeta a la liga. El espectáculo en los terrenos de juego estaba garantizado y las audiencias televisivas, también. Pero la burbuja estalló, el globo se desinfló y los jugadores emigraron. Los equipos modestos volvieron a ser modestos y los descensos administrativos y desapariciones de instituciones empezaron a ser frecuentes (Compostela, Logroñés, Oviedo y, recientemente, el caso del Salamanca son ejemplo de ello).
Como consecuencia de este derroche durante las últimas dos décadas, la LFP ha alcanzado una deuda total imposible de pagar a corto plazo. Según datos del gobierno, los equipos de Primera y Segunda División tienen una deuda de 4.114 millones de euros (610 del total con Hacienda).
Hasta el día de hoy, esta temporada va camino de convertirse en la campaña con mayores beneficios por compra-venta de jugadores en la historia de la LFP. Además, la liga española es la única competición, de las siete con más peso económico en Europa, cuyo balance en ventas-compras es positivo. Un hecho que consolida la idea de que la competición ha dejado de ser importadora para convertirse en exportadora de talentos: si en campañas anteriores emigraron, entre otros, Mata, Cazorla, Borja Valero, Javi Martínez o Monreal, esta temporada el éxodo de figuras está siendo mayor.
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Precio del traspaso (en millones de euros) |
Origen |
Destino |
Thiago Alcántara |
22 |
Barcelona |
Bayern München |
Callejón |
9,5 |
Real Madrid |
Napoli |
Albiol |
12 |
Real Madrid |
Napoli |
Higuaín |
37 |
Real Madrid |
Napoli |
Falcao |
60 |
Atlético de Madrid |
AS Monaco |
Joel |
4 |
Atlético de Madrid |
Everton |
Tino Costa |
7 |
Valencia |
Spartak Moscú |
Joaquín |
2 |
Málaga |
Fiorentina |
Toulalan |
5 |
Málaga |
Monaco |
Jesus Navas |
20 |
Sevilla |
Manchester City |
Negredo |
25 |
Sevilla |
Manchester City |
Luis Alberto |
8 |
Sevilla |
Liverpool |
Abdel Barrada |
10 |
Getafe |
Al-Jazira |
Iago Aspas |
8,25 |
Celta |
Liverpool |
Zapata |
6 |
Villareal |
AC Milan |
Soldado |
30 |
Valencia |
Tottenham |
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265,75 |
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Fuente:Transfermarkt |
La parte positiva de esta pérdida de nivel futbolístico puede ser el saneamiento de una institución muy dañada como es la LFP. Los equipos están rebajando sus deudas paulatinamente ante la amenaza de la desaparición. Pero lo más interesante debería ser la apuesta por la cantera que los clubes van a tener que realizar para poder subsistir en este panorama. Es sabido que el injusto reparto de los derechos televisivos adultera la competición dejando todo en un mano a mano entre Real Madrid y Barcelona. Pero eso es otra cuestión que solo puede solucionarse con una reforma total de las normativas relacionadas con los ingresos y gastos económicos.
Hasta el momento solo tres equipos, aparte de los dos grandes, han gastado más que han ingresado: el Villarreal, en su intento de volver a formar un equipo competitivo para Primera División (-5 millones de euros); el Granada, siempre apoyado por la familia Pozzo (-5); y el Athletic Club, que busca una reconstrucción tras las salidas de Javi Martínez y Fernando Llorente (-11).
Cuando termine el mercado será mejor momento para hacer balance, pero por ahora parece que el fútbol en España se ha dado cuenta de que está enfermo. De momento, nos conformaremos con limpiar el polvo de los cromos.
* Marc Pons es periodista.
– Foto: Tottenham Hotspur
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