La Vecchia Signora está en los cuartos de final de la Liga de Campeones tras vencer al Celtic de Glasgow por 2-0 en un partido en el que le costó entrar, pero en el que terminó imponiéndose con relativa solvencia.
Es difícil analizar el encuentro sin tener en cuenta el resultado del partido de ida. El 0-3 de Celtic Park fue un resultado excesivo, pero reflejó bien las diferencias de calidad entre uno y otro. Por encima del funcionamiento colectivo de uno y otro conjunto, la Juve ha conseguido marcar las diferencias tanto en la ida como en la vuelta en acciones en las que se ha visto claramente la diferencia de calidad individual entre ambos.
En un Juventus Stadium que presentaba un aspecto majestuoso pese al resultado de la ida y la lluvia incesante, Antonio Conte decidió introducir varios cambios respecto a su once más habitual, pero como diría Luis Aragonés, mantuvo un pasillo de seguridad de absoluta garantía con Buffon y Pirlo al mando de las operaciones.
Esta Juve, juegue con el sistema que juegue, coloca dos escuderos flanqueando a Pirlo; ayer fueron Pogba y Vidal. Los laterales largos fueron Padoin y Peluso, con Matri y Quagliarella alternando la posición de hombre más adelantado.
Atrás, conociendo las virtudes del Celtic en el juego aéreo, Conte colocó a los antiaéreos Bonucci y Barzagli flanqueando a Marrone, ayer en eje de la zaga.
El Celtic fue un equipo valiente de inicio, con sus limitaciones técnicas, pero que planteó un 4-3-1-2 ofensivo y sobre todo una actitud de querer plantear batalla con Commons por detrás de Samaras y Hooper.
La Juve tardó en entrar en calor; cuando lo hizo fue bajo sus señas de identidad habituales, con Pogba y Vidal llegando y presionando en campo contrario, aunque en general esta temporada el equipo lo hace menos que en la pasada campaña.
En una jugada en la que Peluso apretó arriba, la pelota terminó en los pies de Quagliarella, su disparo lo rechazó Forster y Matri estuvo atento para atacar el balón y poner el 1-0. Buffon apareció para hacer un rectificado y firmar un paradón extraordinario a un disparo envenenado de Commons. Estas dos jugadas sirven para explicar, en parte, las diferencias que han marcado la eliminatoria. La Juve gracias a su calidad terminaba acertando y el Celtic no podía plasmar en gol sus buenas intenciones.
En el segundo acto, Conte dio entrada a Asamoah por Peluso para refrescar la zona izquierda. Unos minutos más tarde entró el chileno Isla para dar descanso a su compatriota Vidal y poco después dio descanso a Pirlo, con la seguridad de tener pie y medio en cuartos, dando entrada a Giaccherini y otorgando los mandos a Pogba.
El Celtic seguía manteniendo una línea similar, pero el resultado global de la eliminatoria era ya una losa casi imposible de superar. El segundo gol de Quagliarella, tras una combinación entre Pirlo y Vidal previa a los cambios, redondeó el resultado.
Lennon había movido su banquillo retirando tras el descanso a Wanyama para dar entrada a Ambrose. Retiró al lateral Matthews por Forrest, colocando a Ambrose en la banda y a Forrest en la línea de tres centrocampistas, retrasando a Mulgrew a la posición de central. Por último, buscó las conducciones de Lassad sacrificando a Commons, para intentar enlazar con Samaras y Hooper.
Para entonces el partido y la eliminatoria estaban decididos, pero el Celtic ha demostrado orgullo hasta el último segundo y su técnico nunca se ha rendido haciendo todos los cambios posibles para revertir la situación.
De las palabras de Conte en rueda de prensa se pueden extraer varias conclusiones: “Es la primera experiencia para mí y para muchos de mis jugadores. Esta competición es un sueño y tenemos que seguir con los pies en la tierra”.
Esta Juve es nueva en Europa, pese al gigantesco palmarés del club, y eso lo sabe el Conte técnico (como jugador fue campeón de Europa). De la mano y experiencia de Buffon y Pirlo, más un sistema de juego muy definido, la Juve vuelve a estar entre los ocho mejores equipos de Europa sin renunciar a nada.
* Alberto López Frau es periodista.
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– Foto: AFP
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