En Lee Valley, Ander Elosegi volvió a repetir el mismo resultado obtenido en los Juegos Olímpicos de Pekín.
El resultado fue el mismo pero la historia no se ha repetido. Ander es ahora un palista maduro y consolidado. Volvía con el objetivo de mejorar ese cuarto puesto obtenido en el canal de Shunyi cuando tenía tan sólo 19 años. Ante él tenía rivales que iban a Londres con el objetivo de hacer historia, como era el caso del francés Estanguet o el eslovaco Martikan, los dos más grandes exponentes de la historia de la canoa en Aguas Bravas.
Ander era consciente de que la gesta iba a ser difícil pero también sabía que tenía su sueño al alcance de la mano. Fiel a su técnica de paleo y a su valentía, salió a realizar su mejor actuación. La primera parte del descenso fue espectacular e iba decididamente encaminado a lograr la deseada medalla pero tuvo un pequeño problema en la parte central de la carrera donde perdió algunas décimas de segundo. Volvió a recuperar la concentración y luchó hasta el final logrando el mejor tiempo a falta de los últimos cuatro competidores. Tocaba esperar. Una espera que se vuelve en un lento tormento para cualquier deportista.
Los cuatro que faltaban eran dos históricos, uno en una forma espectacular y el último, un palista en racha imparable. El eslovaco Martikan, campeón olímpico en Pekín donde realizó uno de las más elegantes descensos de todos los tiempos, era el siguiente en competir y consiguió superar el tiempo de Ander por más de 4 segundos de diferencia. Ander pasaba a segundo lugar con un tiempo de 102,61.
Faltaban tres palistas. El siguiente era el francés Tony Estanguet. Decidido a hacer historia. Realizó una bajada increíble que hizo enloquecer a los espectadores presentes en Lee Valley. En especial a su numerosa legión de seguidores franceses, a quienes más tarde les dedicó el triunfo. Con esta victoria, Estanguet se convierte en un mito viviente de las Aguas Bravas tras lograr su tercera medalla de oro olímpica.
El siguiente en descender era el esloveno Savsek quién era consciente de lo que podía conseguir durante los próximos segundos. En las semifinales había logrado un impresionante tiempo de 99,92, que en caso de repetirlo superaría a Ander y le otorgaría puestos de medalla. La presión era grande. Por la mente de un atleta pasan muchos pensamientos. Es un momento difícil. Te encuentras sólo, esperando a que den la salida. Durante el descenso 12.000 espectadores te observan y otros cientos de miles más te ven por televisión. Y al final de la llegada se encuentra la tan deseada medalla. Evadirse de todo eso se vuelve muy complicado y Savsek no consiguió mejorar su tiempo de las semifinales, saltándose incluso dos puertas. La presión.
Sólo faltaba el alemán Tasiadis. Joven palista de origen griego y actual campeón de Europa. Había realizado el mejor tiempo en las semifinales, lo cual hace que algunos palistas se crezcan pero otros empequeñezcan. Tasiadis demostró una frialdad característica de los grandes campeones y ejecutó otra grandísima bajada mejorando incluso su tiempo en las semifinales, pero no pudo superar al francés.
Ander veía como su sueño se le escapada de entre los dedos una vez más pero puede irse de Londres con la cabeza bien alta porque ha demostrado ser uno de los mejores canoistas de los últimos tiempos con tán sólo 22 años de edad. Algo al alcance de unos pocos elegidos.
* Ekaitz Saies es piragüista internacional. En la web: ekaitzsaies.wordpress.com. En Twitter: @Ekaitzsaies
– Fotos: London2012
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