Si en las quinielas previas a Barcelona ’92 un atleta figuraba como fijo para el oro, no era otro que el saltador con pértiga Sergey Bubka, considerado el mejor pertiguista de la historia. Ganador de seis Mundiales consecutivos y todavía hoy detentor del récord mundial que, centímetro a centímetro por aquello de rentabilizar al máximo los premios en metálico de los «meetings», batió hasta en 35 ocasiones, el ucraniano llegó a Barcelona con el reto de revalidar el titulo olímpico logrado en Seul. Nada hacia prever que se torcerían los pronósticos, pero el destino le había preparado un amargo trago.
Mientras la mayoría de los participantes comenzaba el concurso, Bubka fue pasando alturas y no entró en competición hasta los 5,70 m, realizando dos inesperados nulos. Ante la situación de la prueba, Sergey optó por pasar altura y jugárselo todo a cara o cruz sobre 5,75 en un único salto. Pero ante la sorpresa general también derribó el listón. Su eliminación dejó abierta la prueba que, en aquel momento, de forma provisional y contra todo pronostico, encabezaba el saltador barcelonés Javier García Chico, que estaba haciendo el concurso de su vida.
Tras un titubeante inicio, en que García Chico tuvo que jugarse a cara o cruz el tercer intento sobre 5,30, una vez superada la presión incial, el barcelonés comenzó a saltar como los ángeles, pasando a la primera los 5,40, lo que le situó como líder provisional. Tras reservarse en las dos siguientes alturas, entró de nuevo en acción pasando también a la primera los 5,60 y, luego, poco después que Bubka quedara sorprendentemente eliminado, Javier enardeció el Estadi Olímpic superando los 5,75 en su segundo intento, colocándose de nuevo en primer lugar.
Eliminados otros dos saltadores, el americano Volz y el finlandés Peltoniemi, solo quedaban cuatro atletas en competición. La medalla para el español había dejado de ser una quimera y, aunque no pudo con los 5,80, los tres nulos del norteamericano Tapening le aseguraron el bronce. Los dos rusos, Tarasov y Tradenov, se disputaron el oro con el listòn a 5,90 que no lograron sobrepasar, llevándoselo Tarasov por menor número de nulos. Fue una prueba que tuvo su cara y su cruz; una memorable cara para Javier García Chico, nuestro mejor pertiguista de siempre, y una amarga cruz para Sergey Bubka.
* Juan Manuel Surroca es periodista. Ha sido Responsable de deportes de RNE en Catalunya durante 17 años. En Twitter: @SurrocaJM Su blog: elmarcadordejmsurroca.blogspot.com
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