1.- Este Real Madrid sigue sin ser el equipo que arrasó el año pasado durante casi todos los diez meses de competición liguera. No ha aplastado al Mallorca porque haya dominado, creado continuas ocasiones y, en definitiva, superado al rival mediante la creación continuada de juego colectivo.
2.- Probablemente el partido hubiera adquirido otros matices de no ser por lo inocente del planteamiento del Mallorca. Caparrós, extrañamente pudoroso, decidió guardarse a su vera a su carta más preciada, Tomás Pina, creando de esta manera un centro del campo más estático y trabajador y menos imaginativo. Con la pareja Fontàs-Martí el técnico pretendía ahogar la salida del balón madridista, evitar que Xabi Alonso trabajara con comodidad, como tratan de hacer todos aquellos buenos entrenadores que juegan contra el Madrid.
3.- Así esbozado, la idea resulta hasta seductora y, sobre todo, factible. Con un centro del campo de un corte parecido, el Dortmund eliminó a Xabi y los blancos perdieron su brújula y deambularon sin rumbo por la ribera del Ruhr. Arriba, Caparrós pretendía dar libertad casi absoluta a su hombre más creativo, Gio dos Santos, para que se asociara continuamente con Casadesús y Hemed, con Nsue muy pegado a la derecha para hacer daño al extraño lateral Essien. No funcionó.
4.- Lo que probablemente no preveía Caparrós en su confección del esquema eran los dos errores infantiles que cometieron algunos de sus jugadores en los primeros compases del partido. Si pierdes un balón contra el Real Madrid en campo rival, probablemente acabe con un contragolpe peligroso. Pero si ya lo haces cerca del área propia, un porcentaje muy alto de las veces concluirá en gol. Eso ocurrió con el atroz intento de despeje de Anderson previo al gol de Higuaín. Y con la pérdida de Fontàs que originó la preciosa jugada del primer tanto de Cristiano.
5.- En este tipo de encuentros, Higuaín es único. Probablemente Benzema tenga más técnica, sea más rápido y tenga mayor capacidad asociativa que el argentino, pero Higuaín es un depredador, un delantero que huele la sangre del gol y lo busca con ahínco. Sus dos goles son buena prueba de ello: colocación, atención y definición. A ellos añadió dos asistencias deliciosas al primer toque para que Cristiano siga dentro de la feroz lucha por el Pichichi.
6.- En situación de ventaja en el marcador, y además cómoda, el triángulo mágico del Real Madrid en la medular funciona a la perfección. Modric, mediocentro de hecho, es el que más colabora con Alonso en la faceta de destrucción y presión, y tras robo, la combinación para buscar el contraataque es fugaz. Tan sólo un pase de Xabi tanto al croata como a Özil y estos ya son capaces de dejar en situación ventajosa ya sea a Di María o a Cristiano e Higuaín, que muchas de las veces se quedaban en un dos para dos.
7.- Puede que una de las razones por las que el rendimiento de los tres jugadores técnicos del medio campo haya mejorado sea que Özil no ha jugado fijo en el centro del terreno. Mourinho lo ha colocado como interior diestro, más pegado a la banda que los otros organizadores, pero lo suficientemente alejado de la línea de cal como para permitir las subidas de Sergio Ramos. El andaluz tiene de nuevo la obligación de ejercer la función de lateral ofensivo que veía reprimido cuando compartía rol con Marcelo. Cuando ataca, Ramos siempre es peligroso en la banda; cuando defiende, la historia es más bonita jugando de central.
8.- La salida de Pina nada más comenzar el segundo tiempo tiene una lectura negativa y otra positiva. La primera es que Caparrós ha señalado a Fontàs como uno de los principales causantes del mal resultado, sustituyéndole al descanso. Es cierto que el ex culé no ha estado a un gran nivel, pero también es verdad que no es un mediocentro defensivo, aunque tenga físico para ello y capacidad para sacar el balón jugado. Como central es imperial, pero pierde fácil la posición jugando en la segunda línea y su capacidad de creación se ve muy mermada cuando tiene encima a varios rivales.
9.- La lectura positiva es el notable progreso del Mallorca en los primeros instantes de la reanudación. Pina ha dado más solidez aunque aportara más toque. Además, los bermellones fueron más intensos y agresivos, factor del que carecieron al inicio del partido. Con esta actitud desde el primer minuto probablemente esta crónica hubiese contado una historia diferente. Con ya casi una hora de fútbol sobre las piernas, la intensidad dura sólo unos minutos.
10.- Con el partido absolutamente sentenciado, Mourinho dio un cuarto de hora sin presión a Morata para que vaya adquiriendo el ritmo de competición de Primera División. En ese tiempo, el delantero dejó para el recuerdo un precioso pase bombeado a Özil que precedió al gol de Callejón.
y 11.- El Real Madrid ejerció de castigador por los fallos del Mallorca. Expió los pecados de los baleares para purificar así el alma propia, herida sensiblemente tras el batacazo en la Champions. Tras la penitencia de Dortmund, el Madrid ha conseguido purificar su alma de la forma que más le gusta: goleando al contragolpe.
* Jesús Garrido es periodista.
– Fotos: Víctor Carretero (Real Madrid)
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