Con otra remontada para la historia del baloncesto, cuando casi nadie apostaba (yo el primero) a que volviera a repetirse lo de hace un año, y acompañada de una producción ofensiva más propia de hace 50 años gracias al despertar de Spanoulis, el Olympiacos volvió a ganar la Euroliga, y tanto el club como su gran estrella pueden mirar a la cara de las grandes leyendas colectivas e individuales del baloncesto continental.
Pero antes hubo que jugar las semifinales en el O2 Arena de Londres, ciudad que acogía la fase final por primera vez en su historia y que repetirá la temporada que viene.
La esperada revancha de la final del año pasado no fue tal y la defensa del Olympiacos ahogó al CSKA Moscú. Ettore Messina perdió en semifinales por primera vez en su carrera (en su novena presencia en una Final Four) y el CSKA tan solo consiguió 52 puntos, su peor anotación europea en 16 años (hizo 51 visitando al propio Olympiacos en la fase de grupos de la temporada 1996/1997).
El duelo español fue para el Real Madrid. Las bajas y los problemas físicos del Barça se notaron al final del segundo y del último cuarto y el Madrid, magistralmente liderado por Sergio Rodríguez, pudo recuperar 9 puntos de desventaja para volver a una final 18 años después. Fue la primera vez que el Madrid eliminaba al Barça en la Euroliga tras haberse enfrentado en tres duelos directos previos (Final Four o playoffs) siempre ganados por el equipo catalán.
La final, la misma que coronó al Madrid como campeón de Europa por octava y última vez en 1995, empezó con el equipo blanco imponiendo su juego veloz y un altísimo nivel de acierto en el tiro. Fue tan alto que el primer cuarto acabó 27-10, el segundo más desequilibrado de la historia de la Final Four solo superado por el 31-13 con el que el Maccabi Tel Aviv empezó la final de 2004 ante la Fortitudo Bolonia.
En el segundo cuarto los campeones (que el año pasado recuperaron en la final 19 puntos en apenas 13 minutos) reaccionaron y casi devolvieron el mismo parcial porque incluso tuvieron posesión para empatar, pero finalmente se fueron al descanso 4 puntos abajo (37-41), un éxito teniendo en cuenta de dónde venían y la pésima racha desde el triple de Vassilis Spanoulis.
La estrella helena inició el tercer periodo con una estadística de 2/24 en triples en los 5 últimos partidos de Euroliga, pero no tuvo miedo de responsabilizarse de los ataques de su equipo y metió tres triples en tres acciones consecutivas para voltear el marcador. Pese a todo, el Madrid aguantó el ritmo del Olympiakos y el partido llegó con empate (61-61) a falta de 10 minutos.
En el último periodo, nueva exhibición del equipo griego, que ayudado también por los tiros libres del final del encuentro, anotó 39 puntos, récord histórico de un cuarto en la Final Four superando al mencionado Maccabi Tel Aviv de la final de 2004, que metió 38 a la Fortitudo en los últimos 10 minutos.
El partido concluyó 100-88 para Olympiacos. Unos 100 puntos que suponen la segundo mayor anotación en la final de la Copa de Europa en los últimos 44 años, superado nuevamente por el Maccabi de 2004, que metió 118. En lo que sí igualó el equipo griego al israelí fue en la anotación en una mitad: ahora ambos comparten el record en cualquier final de Copa de Europa con 63 puntos (los dos lo lograron en la segunda parte).
El Olympiacos (que venció sus partidos por 17 y 12 puntos), se convierte en el tercer club de la historia que gana sus dos encuentros de Final Four por 12+ puntos tras el Real Madrid en 1995 (13 y 12) y la Virtus Bolonia en 1998 (22 y 14).
El título supone la cuarta Copa de Europa de la historia del Olympiacos, tercera en baloncesto. Y le permite unirse a la Jugoplastika Split (1988-1990) y al Maccabi Tel Aviv (2004-2005) como los equipos que han ganado títulos seguidos con formato Final Four.
Vassilis Spanoulis (22 puntos, todos en la segunda parte) agrandó su leyenda. Ha jugado tres finales de Copa de Europa (una con Panathinaikos y dos con Olympiacos), ganando las tres y siendo el MVP las tres veces. Solo Toni Kukoč había recibido el premio al mejor jugador en tres fases finales, pero el croata solo ganó dos con la Jugoplastika Split, perdiendo con la Benetton Treviso la final de 1993 ante el Limoges.
Y tampoco debe faltar una mención para Giorgios Bartzokas. El entrenador griego, que nunca había ganado un título porque había estado en los banquillos de equipos helenos menores, cogió a un club campeón de Europa y ha mantenido tal condición. El último que consiguió ese reto fue Željko Pavličević; el croata lo hizo por primera vez con la Cibona Zagreb en 1986 y lo repitió con la Jugoplastika Split cogiendo el testigo de Božidar Maljković y derrotando en la final de 1991 al nuevo equipo de su antecesor, el F. C. Barcelona.
Y además…
En la Champions League el Győri ETO hizo valer la renta de tres goles en el partido de ida y ganó en casa la vuelta para conseguir el primer título europeo de su historia después de siete finales perdidas (2 en Champions, 1 en Recopa y 4 en EHF). Un club húngaro no ganaba la Copa de Europa femenina desde el Dunaferr en 1999.
El último campeón de Europa que ganó los dos partidos de la final sacando más ventaja como visitante que como local fue el Zvezda Zvenigorod en el 2008 ante el Hypo austriaco (victoria por un gol en casa y por dos fuera).
El Hypo aplastó en la final de la Recopa al Issy Paris y consiguió su primer título europeo desde su octava y última Champions League en el 2000. La renta de 18 goles en el global de la eliminatoria es la segunda mayor diferencia en cualquier final continental femenina tras la Recopa de 1985 cuando el Budućnost Podgorica sacó 19 goles al Drustevnik Topolniki checoslovaco.
En la Copa EHF saltó la sorpresa y el Metz, que venció en Dinamarca por cuatro goles, perdió el título en su propia pista al caer por cinco ante el Tvis Holstebro danés. Es la primera vez en las historia de las finales europeas femeninas que un equipo es campeón tras perder por cuatro o más goles el partido de ida en casa.
Cinco equipos españoles afrontaban los cuartos de final y tan solo el F. C. Barcelona estará en la Final Four, después de eliminar al vigente campeón, el Liceo La Coruña. El Barça hizo valer su fortaleza en eliminatorias a doble partido, ya que ha superado 25 de las 26 últimas jugadas en competición internacional.
Acompañarán al Barça el FC Porto, el SL Benfica y el Valdagno. Y será la primera fase final con un solo club español desde el 2004, cuando el Barça también estuvo solo.
Aunque todos los clubes han disputado alguna fase final en sus diversos formatos, contando solo las Final Four (que no se celebraba desde el 2008), el F. C. Barcelona cumplirá su duodécima presencia, el FC Porto la octava, el SL Benfica la tercera (y la primera desde 2002) y el Valdagno italiano debutará.
Año mágico del Moritz Vendrell. Acabará tercero en la liga, jugará la próxima Liga Europea y encima ha ganado los dos primeros títulos de su historia. Y de la misma manera, con gol de oro. En marzo fue la Copa y ahora, en casa, la Copa CERS, venciendo a un gafado Vic que ha perdido cinco de sus seis finales continentales. Desde el 2009, con el CH Mataró, no se veían las dos cosas conseguidas por el Vendrell, ganar la CERS en gol de oro y vencer en la primera final europea disputada.
Doha inauguró la temporada atlética al más alto nivel con un aluvión de mejores marcas mundiales del año. Las más importantes fueron el 3’56’’60 de la sueca (de origen etíope) Aregawi en 1.500, ya que una atleta de nacionalidad europea no hacía algo así desde las rusas Fomenko y Soboleva en París 2006, y el 7,25 m. de Brittney Reese en longitud, el mejor visto desde el campeonato de Rusia del 2004 cuando Lebedeva y Simagina llegaron aún más lejos.
Reese no solo consiguió una gran marca, sino que también obtuvo su octava victoria en salto de longitud, récord en la historia de la Golden League/Diamond League. Algo similar supuso la victoria de Sandra Perković: la croata se convirtió en la primera mujer que vence en cuatro mítines seguidos en disco.
Tres pilotos de países y escuderías distintas se están repartiendo las victorias, y parece que serán los que luchen por el mundial. Un campeonato que está más apretado que nunca puesto que el aún líder, Sebastian Vettel, fue 4º, Kimi Räikkönen fue otra vez 2º, y Fernando Alonso venció por segunda vez en Montmeló, tras conseguirlo con Renault en el 2006.
Alonso es el segundo piloto que gana en el Circuit de Catalunya sin salir en primera fila. Tan solo había ocurrido en 1996 cuando Michael Schumacher partió tercero y acabó ganando tras dar una de las mayores exhibiciones de la historia bajo la lluvia.
Kimi Räikkönen sumó puntos por 22ª carrera consecutiva y ocupó el segundo puesto por tercera vez seguida. Hacía 6 años que un piloto no repetía tantas veces el segundo lugar: Hamilton lo hizo en cuatro grandes premios consecutivos al inicio del mundial del 2007.
Nadal y los hermanos Bryan coincidieron en la capital española en ganar su 23ª título de Masters Series. El balear siguió su particular dominio sobre Wawrinka (9-0 en partidos y 19-0 en sets) para conseguir su 40º título en tierra, tantos como Thomas Muster y a solo seis del argentino Guillermo Vilas. Los gemelos estadounidenses siguen buscando uno de los pocos récords que se les resisten: los 25 títulos de Daniel Nestor en Masters Series en dobles.
El torneo femenino fue ganado por Serena Williams, que volvió a derrotar (y van 11 veces seguidas, casi 9 años) a Maria Sharapova. Serena, que venía de vencer en Miami, no conseguía títulos consecutivos en torneos Premier M+5 desde el 2008 (Miami y Charleston). Es la segunda vez desde la creación de los torneos Premier (entonces Tier I) en 1988 que una misma jugadora gana dos torneos seguidos ante una misma rival, tras conseguirlo Martina Hingis ante Monica Seles en Miami y Hilton Head (1997). Con esta victoria, Serena Williams reafirma su liderato del ranking mundial con récord de puntuación (con el actual sistema), 11.115 puntos.
Con la ausencia de las principales estrellas, entre ellas Marianne Vos, aún líder de la general, la Copa del Mundo fue a Chongming (China), donde inesperadamente venció Tatiana Ryabchenko, que se convierte en la primera ucraniana en vencer una carrera en la competición.
La competición regresó a Sudamérica 17 años después de ir a Porlamar (Venezuela) con carreras celebradas en la ciudad argentina de Santiago del Estero. Connor Fields fue el vencedor en categoría masculina, la cuarta victoria de su carrera a tan solo una del récord masculino del neerlandés Robert de Wilde. Algo idéntico ocurre con la triunfadora femenina, la británica Shanaze Reade, que ya venció en Manchester en la primera prueba. Reade suma seis victorias, una menos que la francesa Le Corguillé, que tiene el record histórico con siete.
Persiste el dominio de los hermanos Brownlee, y si en San Diego venció Alistair, en Yokohama lo ha hecho Jonathan. Ambos son los que más victorias parciales han conseguido en las Series Mundiales, pero nunca antes habían ganado en la ciudad japonesa y solo una vez (Alistair en Pekín 2011) habían vencido en Asia.
En la prueba femenina la triunfadora fue la misma de San Diego hace tres semanas, Gwen Jorgensen. La estadounidense es la undécima mujer que logra dos o más victorias y la séptima que lo hace de manera consecutiva, aunque solo dos llegaron a un tercer triunfo seguido, el siguiente y dificilísimo reto de Jorgensen.
Twickenham despidió la temporada de las Series Mundiales de rugby a 7 con otro triunfo de Nueva Zelanda en el torneo (el 46º de su historia) y en la general, que los All Blacks ganan por undécima vez (de 14) y tercera consecutiva.
Kenia, quinta, consiguió el mejor puesto de su historia, mientras que debido al sexto puesto de Inglaterra, ningún europeo se metió entre los cinco mejores por tercera vez. En 1999 los siete primeros fueron no europeos y en el 2000 los seis mejores fueron países de fuera del Viejo Continente.
España, Escocia y Portugal, en un minitorneo paralelo, mantuvieron la categoría y no habrá ningún ascenso de cara a la temporada que viene.
En cuanto al torneo en sí, destacó que por primera vez en once años Australia y Nueva Zelanda volvieron a encontrarse en el partido por el título. El resultado fue apabullante, 47-12 para los neozelandeses, igualando la quinta mayor diferencia de la historia en la final.
Un empate del Real Madrid en el campo del Espanyol garantizó, de rebote, la el título de liga al F. C. Barcelona, la 22ª de su historia y una de las más especiales por tres motivos.
El Barça asegura matemáticamente el título en un partido que él no disputa, tal y como ocurrió en 1991 (la primera liga con Cruyff en el banquillo) y en el 2009 (la primera liga con Guardiola de entrenador). El Barça ha sido líder desde la primera hasta la última jornada. En el club existía un precedente, 1985, y en toda la historia de la liga otro más: el Real Madrid en 1988.
Y por último un hecho inédito en la historia del Barça: siempre se había pasado dos años, como mínimo, intentando recuperar el título perdido. Es la primera vez que gana la liga el año inmediatamente posterior a no defender con éxito el título.
Una victoria en Castro Urdiales sentenció el título a favor del equipo donostiarra del Bera Bera, que logró el sexto trofeo de su historia (1 Liga, 3 Copas y 2 Supercopas). Habían pasado 28 años del último título liguero de un club vasco: el Medina Guipúzcoa en 1975.
La penúltima jornada tuvo una final anticipada entre el Burela y el Atlético de Madrid Navalcarnero. El club lucense, que actuaba como local, venció por 5-1, ganó el primer título de su historia y se convirtió en el cuarto club gallego que es campeón de liga tras Sal Lence Coruña, C. D. Ourense y Ponte Ourense. Galicia es la comunidad autónoma con más clubes campeones de liga, cuatro; del resto, solo Madrid (con dos) tiene más de uno.
El Real Club de Polo necesitó de los tres partidos del playoff final ante el Club de Campo para conseguir el undécimo título de su historia y romper la hegemonía del Atlètic Terrassa, que duraba cuatro años. Fue una final atípica porque ninguno de los partidos se decidió por un solo gol, algo que solo había ocurrido en 2004. Y curiosamente, el segundo partido, Polo 3-6 Club de Campo, fue el de más goles de la historia del playoff final y el primero donde alguno de los equipos alcanzó los 6 tantos.
En la competición femenina, el tetracampeón consecutivo, Club de Campo, sí se metió en la final. También se llegó al tercer partido, incluso a los penaltis, pero ahí la suerte sonrió a la Real Sociedad, que obtuvo la novena liga de su historia, primera desde 1999. Nunca antes la liga se había decidido en los penaltis del último partido.
El F. C. Barcelona volvió a conquistar su competición talismán. La Copa del Rey nació en el 2010, a la vez que se consolidaba el proyecto culé, cuya su trayectoria está siendo inmaculada: 18 partidos sin perder (16 de ellos fueron triunfos) y tres títulos. El último ante ElPozo Murcia, calcando el marcador de la última final: 6-3. El Barça y el equipo murciano se han enfrentado en cinco finales de tres competiciones diferentes y la copa siempre ha sido levantada por el club catalán.
La Serie A recuperaba la serie de playoff para decidir el campeón (las tres últimas temporadas se jugó a partido único) y se alcanzó el quinto partido. En él, el Trentino hizo valer el factor campo conseguido gracias a su título de liga regular y ganó su tercer Scudetto (todos en los últimos 6 años) vengándose de la final 2009, donde en la misma situación (5º set del quinto partido jugado en casa) perdió ante el mismo rival, el Piacenza. Son ya ocho años sin que ningún club repita título, la segunda mayor racha de la historia de la Serie A (fueron 12 entre 1968 y 1979).
* David Fernández es estadístico.
– Foto: Lefteris Pitarakis (AP)
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