Hace apenas un mes que Gerardo Martino se convirtió en entrenador del F. C. Barcelona. El técnico argentino llegaba a Can Barça con varios frentes abiertos. La contratación de un central, la sucesión de Xavi y la adaptación de Neymar al esquema blaugrana, amén de la recuperación del estilo, abandonado a su suerte desde principios de año. Martino ha ido introduciendo con cuentagotas al brasileño en las alineaciones, dejando el ‘11′ prometedores detalles de clase en el encuentro del domingo ante el Málaga. Todo parece indicar que Neymar se hará con un puesto de titular más pronto que tarde. Ese, en un principio, es el menor de los problemas de Martino.
A falta de cinco días para el cierre del mercado, tras una infructuosa búsqueda durante meses, con Adriano de nuevo en la enfermería y Abidal jugando todo lo jugable en el país vecino, el tiempo se acaba para contratar un futbolista que se antoja prioritario si el Barcelona quiere aspirar a lo máximo esta temporada. Martino no parece verlo así, tras afirmar que el defensa que espera es Carles Puyol, centenario en internacionalidades y también en lesiones, con 35 años y cuyo último partido oficial disputado data del 12 de marzo. La tendencia de lesiones en la retaguardia culé, reactivada con los problemas musculares de Adriano, reaviva la polémica de una plantilla con sólo tres centrales puros (Piqué, Puyol y Bartra), uno postizo (Mascherano) y varios de circunstancias (Adriano, Busquets y Song). Semejante panorama, sumado a la experiencia del pasado curso, torna en difícilmente entendible la inmovilidad del club al respecto y vuelve a poner en tela de juicio una de las decisiones más cuestionadas de la junta: la no renovación de Abidal. Dejando de lado su valor humano, el defensa francés habría sido muy útil en la actual plantilla y su salida podría entenderse si al menos se hubiera contratado un sustituto de garantías.
Se ha hablado en este medio de las posibles alternativas de juego del F. C. Barcelona, de que el éxito del modelo depende en mayor medida del rendimiento del centro del campo azulgrana. Gerardo Martino tendrá que saber gestionar uno de los mayores problemas que afronta el conjunto culé: la transición de Xavi. El centrocampista azulgrana, que ya finalizó de forma muy discreta la pasada temporada, ha evidenciado en el nuevo curso la trayectoria descendente que se le intuía. El ‘6’ ha dejado de ser ese futbolista que marcaba el zafarrancho de combate, se giraba de forma fulgurante sobre sí mismo y movía el balón a velocidad de crucero por el césped. Los problemas físicos, la edad y los errores en el juego posicional que ha padecido el equipo en su totalidad han influido para que el Xavi actual sea mucho más lento, previsible y horizontal. El de Terrassa sólo emerge cuando el ritmo del partido desciende a un 60 % y la iniciativa es azulgrana, es decir, en encuentros ante rivales menores o cuando el partido ya enfila su recta final. A día de hoy parece imposible imaginarse a Xavi resultando diferencial en un partido de postín. Una posible solución podría ser su titularidad en los encuentros más propicios para su juego y su salida desde el banquillo, si es necesario, en los partidos de mayor enjundia, poniendo sobre la mesa la pregunta del millón. ¿Quién hará de Xavi sin ser Xavi?
El partido de Supercopa ante el Atlético de Madrid evidenció lo que sufre el egarense ante la presión rival, las dificultades que encuentra para deshacerse de su marcador y los problemas inherentes de la transición defensiva. Su menor fiabilidad obliga a Iniesta a caer hacia el centro o a Busquets a abarcar más campo del que debe, descompensando al equipo, que sufre a su espalda. El domingo ante el Málaga sucedió otro tanto de lo mismo, recordando el juego del equipo a las pesadillas sufridas allá por marzo, únicamente sostenidos por un Cesc ubicuo, un Alexis mastodóntico en la movilidad y comprensión del juego, un Valdés salvador de nuevo y un Mascherano que parece haber vuelto por sus fueros. Por otra parte, Iniesta, Pedro o Jordi Alba fueron también primaverales, mostrando una baja forma alarmante.
Martino, en sus primeras alineaciones, ha decidido optar por una faceta continuista, confiando en el bloque de mayor jerarquía, introduciendo a Neymar poco a poco en la dinámica del grupo y entregando el timón del equipo a Xavi. El centrocampista ha sido titular en los tres partidos oficiales del Barcelona, jugando 268 minutos de 270 posibles. El partido ante el Levante resultó un espejismo y resquicios de déjà vu contaminan la atmósfera azulgrana. Difícil papeleta para el técnico, que deberá gestionar la complicada situación de sentar a uno de los mitos del barcelonismo, que pueden ser dos si al final Puyol se convierte en su solución para el centro de la zaga.
* Sergio Pinto es periodista.
– Foto: Alberto Olivé (EFE)
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