1.- Por las características del Sevilla y el patrón que maneja Emery, el partido era un gran ensayo para el Barça: de nuevo un equipo cerrado y en repliegue bajo, con sus dos líneas juntas y la de medios flotando. El 95 % de los rivales de los últimos cinco años han planteado una defensa parecida. Vestido de blanco y no de rossonero, el Sevilla ha repetido la del Milan, incluso adelantándose en el marcador en su único remate del primer tiempo.
2.- Aunque ha equivocado el ritmo y cedido el marcador, el Barça ha jugado un buen primer tiempo pero con errores. Ha salido intenso, un punto demasiado frenético, confundiendo la circulación rápida de balón con la precipitación. Alexis y Villa como atacantes exteriores se mantenían abiertos, aunque sin capacidad de desborde por fuera, con lo que la evolución ha llevado el encuentro hacia otro embudo central.
3.- El Sevilla se defendía con rigor mayúsculo, lo que no ha impedido la creación de buenas ocasiones para los locales, que no han acertado ninguna, ni siquiera las más nítidas. Estos errores han generado una dinámica gradual de agarrotamiento, pérdida de frescura mental y la sensación de que el equipo se viciaba, víctima de un estado emocional novedoso por casi inédito.
4.- Al Barça jamás le fue bien el exceso de adrenalina, especialmente si se genera desde el exterior, pero tampoco le ayuda elegir de manera tan exagerada en qué partidos se pone las botas de verdad y en cuales las de fingir y algo así viene haciendo en las últimas semanas, cuando parece demasiado selectivo a la hora de elegir el ritmo de juego.
5.- Contra el Milan optó por la prudencia extrema y tanto exageró que no comprendió cómo reaccionar tras encajar el primer gol en San Siro, no digamos el segundo. Contra el Sevilla ha salido con frenesí, pero tras errar algunas opciones claras se ha metido de nuevo en el laberinto central, donde el ensimismamiento le hace perder clarividencia. Pese a ello, el balón era suyo y el espacio no era del Sevilla, que no es poco.
6.- En ese primer tiempo ha logrado comprimir al equipo de Emery en escasos metros y no concederle salidas. Con los minutos, las ocasiones han disminuido y la fluidez se ha reducido mucho, víctima de tres factores: la tendencia de Villa y Alexis de irse hacia dentro; la buena organización sevillista y la presencia de Iniesta como generador de juego en lugar de desequilibrador.
7.- Pero siendo poco fluido y empeorando por minutos, el juego del Barça no concedía respiro al Sevilla. Hasta que ha llegado el gol de Botía en una acción suelta, con un globo pésimamente defendido por Montoya que ha desembocado en otro globo frente al que Alves no podía hacer demasiado. Curioso: en vez de profundizar en el agarrotamiento, el gol ha relajado a ese grupo tan espeso.
8.- El segundo tiempo ha visto de nuevo un buen Barça con mala elección de ritmos y ha confirmado dos aspectos interesantes: ni había ni hay la menor dificultad física; y el intervencionismo desde el banquillo ha sido notable, lo que no deja de resultar curioso tras lo que Jordi Roura ha tenido que escuchar y leer en los últimos días.
9.- Aunque Tello ha sustituido a Alexis en la alineación, sobre el césped se ha ubicado en el puesto de Villa. Tello ha permitido abrir por fuera y al estirar al Sevilla hacia la banda ha generado espacios por dentro. Después, también ha marrado sus ocasiones, pero su presencia estirando la lona ha resultado espléndida, si bien se echa en falta siempre una mayor ayuda en fase defensiva.
10.- En esa segunda mitad, más que remontar el partido el Barça se ha quitado un peso de encima. No ha jugado mucho mejor, pero sí corregido detalles importantes. Ha aumentado la movilidad de los interiores, incrementado la rapidez de circulación y adelantado unos metros la posición de Messi, buscando atraer rivales para aclarar a compañeros.
11.- El gol del empate llega en un error serio de la defensa sevillana, que en línea de cinco es atacada únicamente por Villa, discreto en la banda derecha pero influyente en el centro del ataque moviendo a los centrales. Tras el empate, el segundo gol sí ha sido hijo de todos los detalles corregidos, con Messi atrayendo hacia dentro, abriendo a Tello y rematando tras llegar al punto de penalti, recordando que la mayoría de ataques del Barça se inician sin nadie en el área rival, donde lo importante no es estar sino llegar.
12.- La réplica del Sevilla ha sido brillantísima, ganando el centro del campo a partir de un Rakitic imperial, con Emery lanzando las tropas a por el empate, desbocados ya a partir de la entrada del prometedor Kondogbia. Tiene varias ocasiones el Sevilla porque el Barça sigue equivocando los ritmos: cuando ha de agredir con balón, como en Milán, opta por la posesión defensiva; cuando ha de congelar el tiempo, elige correr sin parar. Falla la elección del ritmo, no el catálogo de ritmos, lo que equivale a volver a otoño, cuando el equipo de Tito aún estaba probando variantes antes de encontrar la tecla clave.
13.- A base de prueba y error, en otoño halló la mezcla idónea: pausó a los acelerados y aceleró a los calmados hasta encontrar la combinación que le hizo funcionar como una máquina. Ahora, destensado en algunos partidos, demasiado prudente en Milán, excesivamente agarrotado hoy en el Camp Nou, vuelve a errar en la elección, como si le costara mantenerse paciente cuando hace falta y veloz cuando se necesita.
14.- Con el partido remontado ha elegido jugar a las carreras hasta el punto que el banquillo ha tenido que intervenir para frenar la desbandada, primero con Xavi y después con Busquets haciendo doble pivote con Song, punto en el que el Barça ya se ha apropiado nuevamente el balón, el espacio y el cronómetro.
15.- El movimiento de juntar a Song y Busquets quizás sea casual o quizás no, aunque si algún día importante se reproduce posiblemente sea con Busquets de mediocentro y Song por delante suyo. Tampoco parece casual el empleo sucesivo de dos exteriores abiertos con tendencia al interior (Alexis y Villa), modificado a un extremo abierto y un ‘9’ centrado (Tello y Villa) con un lateral profundo (Alves). En realidad, unos jugadores no anulan a los otros, sino que les complementan en la búsqueda de las soluciones más adecuadas a cada partido.
y 16.- Y el próximo no tendrá nada que ver con estos dos recientes. El Real Madrid no jugará como Milan o Sevilla, entre otras razones porque le ha funcionado bien variar las alturas de presión y repliegue. Lo sabe el Madrid, pero también lo sabe el Barça, a quien no le pesan las piernas y parece haberse quitado un peso de encima. Su clave reside en acertar con los ritmos y no volver a equivocarse en la elección del catálogo necesario.
– Foto: Miguel Ruiz (FC Barcelona)
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