1.- Había dudas respecto al PSG. Muchas. El equipo de Laurent Blanc, aunque parezca extraño, no conoce la victoria fuera de casa esta temporada en competición oficial, y los empates ante Rennes y Ajax en menos de una semana habían cimentado unas dudas que se extienden desde el final de la temporada pasada. El rival de este fin de semana de los parisinos invitaba a pensar en un encuentro que podía suponer un punto de inflexión para el cuadro de Laurent Blanc. Pero tras el final del partido, los problemas continúan haciendo daño en el Parque de los Príncipes. El PSG no pudo pasar del empate a uno ante un gran Lyon que tuvo ocasiones para ganar el encuentro al final.
2.- Laurent Blanc quiso realizar alguna variación con respecto al equipo que no pudo ganar el miércoles en Ámsterdam. Ingresaron Digne, Cabaye, Aurier y Lavezzi en el once local para intentar darle más velocidad con balón a un equipo acusado de conformista y lento la semana pasada. Blanc presentó de inicio con un 4-3-3 que se transformaría en un 4-4-2 en ciertos tramos del partido, con Cavani de nueve para dar libertad a las internadas de los laterales. Por su parte, el Lyon mantuvo el once que le llevó la victoria ante el Mónaco en la última jornada de Ligue 1. Fournier no ha podido acoplar a sus jugadores a una especie de 4-2-3-1 y se ha dado cuenta de que el equipo no tiene jugadores para actuar con extremos puros. Así pues, un 4-4-2 con un rombo en el que Malbranque era la cúspide y Ferri y Mvuemba hacían de escuderos por detrás. El once fue una declaración de intenciones de Fournier. Darle el balón al PSG, forzarle a entrar por fuera y cerrarle líneas de pase por dentro.
3.- Los primeros minutos confirmaron el preludio que comentábamos en el punto dos. El PSG no se sentía del todo cómodo con el balón, en parte por el gran esfuerzo táctico del Lyon, que se acentuaría durante toda la noche. Cabaye no tenía influencia en su innovadora posición de interior –Verratti actuó esta vez de pivote y sin influencia tampoco– e Ibrahimovic no bajaba tanto a recibir para descongestionar el juego parisino. Pese a ello, el Lyon, mostrando valentía y pundonor, se animó a realizar triangulaciones rápidas. El problema de este equipo está siendo la baja de Grenier. Con él, quizás el equipo de Ródano podría haberle hecho daño a la espalda de Verrati, pero al tener a un jugador tan lento como Malbranque y después a otro tan irregular como Lacazette, las transiciones ofensivas del equipo de Fournier se limitaban a pases planos sin superioridades por dentro.
4.- El plan Fournier fue divisado por Blanc, que comenzó a realizar cambios en sus transiciones ofensivas. Cavani pasó de ser extremo a incrustarse como nueve; Ibrahimovic, con libertad de diez con el objetivo de potenciar las llegadas por fuera. Aurier y Digne buscaban constantemente los centros laterales. Unos centros laterales que hacían sufrir a Koné y Umtiti, dos centrales con una capacidad de reacción bastante reacia a las emociones fuertes. Cavani aprovechó sus dudas para rematar un centro de Digne en el minuto veinte. El gol pudo matar a un Lyon que daba la sensación de ser valiente, pero sin ideas en los metros finales. Tras el gol de Cavani, apareció Fekir para iniciar diagonales en conducción desde todas las partes del campo. Esa valentía del canterano le dio un plus con balón al Lyon, aunque Lacazette seguía sin aparecer.
5.- El final de la primera parte fue lo mejor que le pudo pasar al PSG. Bastantes dudas en el cuadro de Laurent Blanc. Ibrahimovic, más apático de lo normal, no tuvo ninguna zona de influencia donde marcar su territorio. Matuidi y Cabaye seguían sufriendo el acoso constante de Mvuemba y Ferri, quienes sin balón fueron la mejor noticia para el Lyon. Esta solidez táctica se debía en parte al exagerado trabajo de Gonalons como mediocentro defensivo –siempre pendiente de Ibrahimovic, frenándolo durante toda la noche– y Jallet. El exjugador del PSG, aunque parta como lateral, tiene unos galones y una jerarquía idóneas para un equipo de fútbol. El gol fue por su banda, sí, pero tras esa jugada Digne no volvió a superarle en toda la primera mitad. Con un 1-0 un poco discutido se llegaba al descanso.
6.- El inicio de la segunda parte sirvió para confirmar una buena noticia y una mala para cada equipo. La buena para el Lyon –la mala para el PSG y quizás la peor de todo el encuentro– es que ha encontrado en Anthony Lopes a uno de los mejores porteros de toda la Ligue 1. El portugués era suplente de Vercoutre hace poco más de un año, pero con sus reflejos, su espectacular timing y su óptimo juego de pies se ha erigido como el mejor portero joven de Francia y quizás de Europa. La parada que hizo ante Ibrahimovic desde el suelo es digna de elogiar, recordándonos a los tiempos en los que Casillas podía hasta con lo imposible. Lopes privó marcar más goles a un PSG que aflojó un poco más de lo normal debido a un Lyon que con el cambio de N’Jie por Malbranque dio aún más libertad a Fekir. La buena noticia para el PSG es que a pesar de no tener a Thiago Silva tiene a David Luiz y Marquinhos, dos centrales de plenas garantías para el suplir al exfutbolista del Milán. Los dos brasileños no tuvieron ni un error durante los noventa minutos y dejaron inadvertido a un Lacazette más desaparecido de lo normal.
7.- Los cambios de Fournier y Blanc reforzaron claramente al entrenador del Lyon. Ingresó N’Jie por Malbranque y el equipo ganó más velocidad de transición con el balón. Todo lo contrario para el PSG con la entrada de Motta por Cabaye. Se ha convertido en una rutina que cuando el PSG va ganando esta temporada, el equipo intente dormir el partido y parezca que no está en el campo. Motta no durmió el partido, sino que resucitó a su rival. Gourcuff ingresó por Fekir y minutos después lo hizo Bedimo por Mvuemba, por lo que el Lyon se convirtió en el más parecido al de Fournier en sus inicios en Ródano, con un 4-2-3-1 con Lacazette de nueve y Mvuemba y Gonalons en el doble pivote. Laurent Blanc, por su parte, metió a Pastore para ganar la posesión del balón y se encontró al mejor Lyon del partido, presionando bastante arriba y con Umtiti y Koné erradicando sus errores de juego aéreo.
8.- Anthony Lopes continuaba con su recital, mientras que el Lyon intentaba empatar un partido que parecía dormido. En una jugada a balón parado, donde más difícil es hacerle gol al equipo de Laurent Blanc, Motta se durmió y dejó solo en la frontal a Umtiti, que remató y, para desgracia del PSG, la pelota tocó en Matuidi y desconcertó a Sirigu. Empate a uno, por tercera vez consecutiva en menos de siete días un equipo le empataba al PSG un partido en el que los parisinos se habían puesto por delante. Digno de una película de drama. El empate, en parte, era muy justo. Teniendo un equipo infinitamente inferior al de su rival, el Lyon estaba plantando cara y dando una imagen muy positiva en el Parque de los Príncipes.
9.- Ahora es cuando todos piensan que el PSG buscó la heroica y tuvo las ocasiones más claras en el tramo final del partido. Y no, no llega ese momento de la crónica. En una gran jugada personal, Lacazette –quizás la única en la que hubo superioridad de dos contra uno por dentro– dejó a Tolisso solo frente a Sirigu. Ganar al campeón de la Ligue 1, en su estadio y con gol tuyo sin superar los 21 años, debe ser algo soñado. Tolisso continuó soñando y mandó el balón por encima de la portería de Sirigu. Estuvo más cerca de llegar el 1-2 que el 2-1.
y 10.- Empate a uno entre PSG y Lyon que por juego y sensaciones deja mucho más satisfecho al conjunto de Hubert Fournier que al de Laurent Blanc, que acumula ya tres empates consecutivos en competición oficial. y en los tres se ha adelantado en el marcador. Será difícil encontrar un equipo que esta temporada puntúe ante Mónaco y PSG, respectivamente. Fournier puede afirmarlo y ahora buscará revalidar estas sensaciones en las próximas jornadas.
* Andrés Onrubia.
– Fotos: AFP – Getty Images
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