La convicción le da el triunfo a la Lazio
La Lazio se ha impuesto a la Roma en la final de la Coppa Italia por 0-1 en un partido trabado, con muy poca continuidad si analizamos el juego, pero en el que los de Petkovic supieron trabajar, ahogando a la Roma en la zona ancha y evitando que sus jugadores de talento apareciesen, y en algunas ocasiones incluso impidiendo que tocasen la pelota.
UN ONCE COMPENSADO; OTRO, NO
De inicio el once de la Lazio estaba más equlibrado que el de la Roma, pese a que el conjunto de Andreazzoli tiene más talento puro, sobre todo arriba. La Lazio formó con su 4-1-4-1 habitual con Ledesma por delante de los centrales y cuatro hombres por delante con una misión clarísima: asfixiar permanentemente a la Roma en el mediocampo, aislando a Lamela y Totti del juego y por extensión a Destro, el más adelantado.
Para responder a esta tela de araña la Roma presentó un once con De Rossi y Bradley al mando. No son futbolistas que puedan dar ritmo y continuidad al juego, y si a eso añadimos que Marquinhos, lateral derecho hoy, no es un jugador para dar amplitud por banda ya que es central, la Roma intentó atacar siempre por el costado izquierdo a través del dúo Balzaretti-Marquinho, pero nunca con ventaja. Lamela se desesperó entre líneas y Totti retrasó su posición sin éxito.
Desde la marcha de Zeman, Andreazzoli dejó de contar con el joven mediocentro griego Tachtsidis, un jugador lento pero que en un partido como el de hoy quizá hubiese aportado criterio y más calidad para neutralizar la presión y agresividad de la Lazio. Bradley tiene sus virtudes, entre otras su recorrido y llegada, De Rossi tiene oficio y sabe aguantar el balón, pero ninguno de los dos pueden batir líneas rivales dotando de ritmo de juego con la pelota al equipo.
Ambas escuadras abusaban de los pelotazos, Onazi y Hernanes tapaban los huecos por dentro y el partido era un embudo que nadie desatascó con sentido aunque la Lazio estaba más a gusto, con su misión más clara.
CONVICCIÓN LAZIALE
El segundo acto reafirmó más aún la intención del equipo laziale y, con algunos matices, fue poco a poco gobernando el partido en función de sus intereses. La Roma nunca jugó de cara y se fue desesperando poco a poco.
En el aspecto ofensivo, la Lazio depende de Hernanes, y no apareció nunca, aunque su sacrifico defensivo fue notable. El paso de los minutos hizo sentir cada más vez segura a la Lazio e incrementó la ansiedad de la Roma. En algunas acciones vimos a Bradley obligado a conducir la pelota muchos metros sin ninguna solución alguna por delante.
LESIÓN DE LEDESMA
La lesión del mediocentro defensivo de la Lazio, Cristian Daniel Ledesma, era un problema y de los gordos. Pero su técnico Petkovic lo convirtió en una solución. Entró Mauri, otrora indiscutible, y retrasó la posición de Onazi. Una de las virtudes de Mauri es su facilidad para llegar al área contraria. La Lazio robaba y encontraba en el reducto de Candreva en la banda derecha una solución ofensiva. Mauri y Candreva se asociaron generando un dos contra uno ante Balzaretti. El centro de Candreva lo desvió Lobont despistando a Marquinhos, que venía cerrando, y el balón quedó a los pies de Lulic, que metió el único gol del partido llegando al segundo palo.
El propio Mauri tuvo minutos después el segundo en otra acción en la que se desenganchó arriba, pero su disparo encontró los puños de Lobont. Su entrada en el partido tuvo peso e influencia.
Reaccionó Andreazzoli con la entrada de Osvaldo en sustitución de Balzaretti, otorgando toda la banda izquierda a Marquinho. Minutos más tarde entró el joven zurdo Dodó por un Marquinho exhausto. Pero la Lazio seguía con el control casi absoluto del partido.
Las opciones de sorprender de la Roma pasaban por sacar rápido en un saque de banda o en una falta, en el juego elaborado era imposible. Petkovic dio entrada a uruguayo Álvaro González por Hernanes para revitalizar más aún el trabajo del equipo en mediocampo.
El triunfo de la Lazio es justo. En un partido que tuvo poco juego, el paso de los minutos aumentó la convicción del grupo en la propuesta de su técnico, neutralizó el mayor talento de la Roma y poco a poco encontró vías ofensivas por las que lastimar a su rival.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: AFP
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