Internacional / Champions League 2013-2014 / Fútbol / Crónicas 2013-2014
En Europa aún pesa la tradición, la mística de ciertos escenarios y el peso del escudo. Estos tres factores, por encima de los futbolísticos, eran los principales argumentos del United para intentar remontar la desventaja de dos goles que se trajo de El Pireo.
Otro punto a favor del United era la jerarquía de sus futbolistas más importantes, especialmente dos: Ryan Giggs y Wayne Rooney, aunque por motivos muy diferentes cada uno. Giggs es un jugador con una influencia casi espiritual. Ya es casi más ayudante de Moyes que jugador en activo, pero su presencia en el once tenía mucho que ver con los tres factores que comentaba al principio de este análisis. Además completó un buen encuentro. Rooney es un caso distinto. Trabaja y corre como un meritorio, con el balón marca la diferencia y demuestra ser el mejor jugador inglés del momento.
El Olympiacos entró bien a la disputa. Míchel repitió como sistema el 4-2-3-1 con Maniatis y N’Dinga como mediocentros, una pareja que funcionó a las mil maravillas en Grecia en el partido de ida. Por delante optó por Hernán Pérez en la derecha y David Fuster en la izquierda a pierna cambiada. Arriba, sin Olaitan, optó por Joel Campbell para intentar aprovechar su velocidad y movilidad permanente cuando l partido se situase en un contexto claro de contragolpe. El tico prefiere arrancar desde un costado, pero era lógico que Míchel pensase en él como jugador más adelantado para aprovechar su velocidad a la contra. Por detrás de él aparecía el Chori Domínguez, que completó un buen partido de nuevo buscando el balón y dando a cada jugada lo que más le convenía, pero con menos frecuencia que en el partido de ida.
El Olympiacos tenía más el balón que el United, el ritmo del partido era bajo y cuando Campbell recibía la pelota arriba generaba una sensación de peligro permanente. Una gran maniobra suya cayendo a la banda derecha regateando a Phil Jones con un magnífico arrastre de balón estuvo a punto de adelantar a su equipo, pero Hernán Pérez marró su remate tras el centro atrás del propio Campbell.
El United saltó al campo con un sistema 4-1-4-1 con Carrick como guardián de la morada e iniciador del juego por delante de Ferdinand y Jones, la pareja de centrales. Giggs y Rooney completaban el triángulo por delante. Valencia estiraba el campo por la derecha y un errático Welbeck lo hacía por la izquierda, dejando a Van Persie arriba. El delantero neerlandés fue clave con su hat-trick.
El conjunto de Moyes fue ganando metros en el partido con centros laterales y córneres que casi siempre terminaban rematando superando a la zaga visitante. Este hecho era un augurio de que los noventa minutos en Old Trafford se harían largos para el conjunto heleno.
Olympiacos tiene una debilidad defensiva evidente en sus laterales, Leandro Salino y José Holebas, y el United poco a poco buscaba castigar por esas zonas del campo lanzado diagonales largas, especialmente hacia la zona derecha de su ataque. Carrick y Giggs entendieron perfectamente la lectura correcta de la situación, especialmente Giggs, que sirvió dos balones extraordinarios en largo. En el primero de ellos llegó la jugada del inocente penalti –por empujón– de Holebas a Van Persie. Pareció más penalti de lo que realmente fue. Robin lo transformó en el uno a cero.
Antes del descanso, otro nuevo balón de Giggs a la espalda de Holebas le cayó a Rooney, y su centro lo aprovechó el delantero neerlandés empujando el dos a cero.
El resultado era injusto a todas luces. De Gea había aparecido instantes antes con dos paradas consecutivas ante David Fuster y el Chori Domínguez, pero la realidad era que la eliminatoria estaba empatada al descanso.
El segundo acto fue más igualado. Un error de Manolas precipitándose tras cometer una falta en la frontal del área dio la oportunidad a Van Persie de anotar el tercero de golpe franco directo. Roberto no vio salir el balón.
El United estaba por delante en la eliminatoria, pero su incapacidad para controlar los partidos permitiría a Olympiacos tener opciones de hacer un gol hasta el final. Un tanto griego eliminaba al United.
Míchel consideró que necesitaba un nueve puro y dio entrada al paraguayo Nelson Haedo Valdez en sustitución de su compatriota Hernán Pérez. Joel Campbell se fue a la derecha para explotar sus condiciones a pierna cambiada. Minutos después entró el portugués Paulo Machado, un jugador con muy buena conducción y un gran disparo para intentar dañar por dentro. El último recurso fue el joven Vergos, para terminar jugando con dos puntas. Al equipo griego le faltó acierto y puntería, sin olvidar que David de Gea estuvo espléndido en sus intervenciones, especialmente en los balones aéreos en los últimos instantes.
Moyes fue pensando en conservar el tres a cero. El United arriesgó poco en busca del cuarto tanto. En el tramo final dio entrada a Ashley Young por Valencia, que jugó casi todo el partido con un golpe terrible en un ojo. También blindó más la zona ancha con la entrada del escocés Fletcher por Welbeck para ayudar en medio a Carrick. Finalmente entró Fellaini para hacer lo que mejor sabe, recibir de espaldas arriba y proteger la pelota con su cuerpo en el descuento. El belga sustituyó a Van Persie, que se marchó en camilla tras sufrir una entrada dura del central Manolas por detrás. Veremos las consecuencias, porque el delantero de la selección de Louis van Gaal emitía signos claros de dolor.
El Manchester United estará en el sorteo de cuartos de final habiendo sido inferior a Olympiacos durante gran parte de la eliminatoria. En esta ocasión le bastó tener más pegada en la vuelta que su rival, pero tendrá que mejorar mucho para pensar en unas hipotéticas semifinales.
El Olympiacos se marcha de la competición dejando una gran imagen. Fue un equipo ordenado, muy superior en la ida y en varios tramos del partido de vuelta, pero le faltó elevar su nivel en ambas áreas en el Teatro de los Sueños.
* Alberto López Frau es periodista.
– Foto: AFP
©2024 Blog fútbol. Blog deporte | Análisis deportivo. Análisis fútbol
Aviso legal